En un video difundido a través de redes sociales, jóvenes de La Libertad Avanza mostraron cómo taparon un mural en San Isidro sobre la recuperación del nieto 138. Los materiales para la acción los sacaron de un Falcon verde, símbolo de los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura. Los liberfachos no pasarán: el repudio a sus discursos y acciones de odio es cada vez más grande y se preparan multitudinarias movilizaciones para apoyar las luchas y para el 8 y el 24 de marzo.
Viernes 24 de enero 16:14
En un acto que combina provocación y desprecio hacia la memoria histórica y los Derechos Humanos, militantes de La Libertad Avanza llevaron adelante hace pocos días una acción que generó repudio en amplios sectores políticos y sociales y que se está difundiendo ampliamente por estas horas.
La acción en San Isidro
Según denunció el diario Perfil, el hecho ocurrió hace pocos días en San Isidro (el video está posteado el 14 de enero), donde un grupo de militantes identificados con La Libertad Avanza, bajo el liderazgo de Pipo Paolucci, protagonizó un acto de borrado de murales alusivos a la restitución del nieto 138. Los murales, pintados por la agrupación H.I.J.O.S., celebraban la recuperación de la identidad de un nieto apropiado durante la última dictadura militar. Estos militantes se trasladaron en un Falcon verde, un vehículo que evoca sombríamente los operativos de secuestro y represión de la dictadura, y pintaron de blanco los murales mientras se grababan y declaraban que "están tapando las mentiras que se dijeron durante años".
Una simbología cargada de provocación
El uso del Falcon verde, vehículo que simboliza el terror y la violencia de Estado, no es casual. Lejos de ser un simple "acto de limpieza", esta acción se enmarca en una serie de gestos que buscan confrontar directamente con los movimientos de Derechos Humanos y con la memoria histórica. La provocación quedó subrayada con las declaraciones de los militantes, quienes al finalizar el acto, celebraron el "trabajo terminado".
Milei es responsable de incitar al odio y la violencia
Este acto no puede analizarse de manera aislada. Si bien la acción liberfacha sucedió unos días antes, se da en un contexto donde el presidente Javier Milei ha intensificado sus discursos contra sectores de la izquierda y movimientos sociales. En los últimos días, Milei realizó declaraciones en las que amenazó con "perseguir zurdos hasta el último rincón del planeta", acompañadas de una retórica violenta y antidemocrática. La izquierda ha denunciado que estas palabras no son simples exabruptos, sino que constituyen una incitación a la violencia que ya ha tenido consecuencias concretas, como en el caso del abogado Matías Aufieri.
En paralelo, durante su participación en el Foro Económico Mundial de Davos, Milei reforzó su postura ultraderechista al criticar abiertamente a las feministas, ecologistas y sectores progresistas, demonizándolos como "enemigos de la libertad". Estas declaraciones, que buscan legitimar un programa de ajuste y represión, fueron interpretadas como un intento de ampliar su agenda de confrontación no solo en el ámbito local, sino también a nivel internacional.
Desde la izquierda se ha señalado que estas acciones y discursos no son hechos aislados, sino parte de una ofensiva integral contra los derechos democráticos y la memoria histórica. El ataque al mural del nieto 138 es visto como un símbolo de esta escalada ultraderechista y autoritaria.
Pero los liberfachos no pasarán: el repudio a sus discursos y acciones de odio es cada vez más grande y se preparan multitudinarias movilizaciones para apoyar las luchas y para el 8 y el 24 de marzo.
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