Un amplio debate a generado la conformación de un Consejo Asesor contra la Desinformación, promovido desde la Secretaría General de Gobierno a cargo de Camilla Vallejo, pero que estará a cargo del ministerio de ciencia. El objetivo de dicha comisión es entregar recomendaciones para el desarrollo de políticas públicas sobre la base del análisis de la relación entre la desinformación y el debilitamiento de la democracia.
Jueves 6 de julio de 2023
Tipógrafo e impresores del siglo XIX trabajando con la imprenta de hierro fundido Stanhope. Créditos: Arterra Picture Library
Desde la derecha se ha criticado abiertamente la instancia por considerar que el objetivo de la comisión es crear una especie de ente “censor” para que el gobierno pueda “imponer” una visión única de los hechos ya que consideran que la crítica a la política gubernamental podría considerarse fake news.
Desde el gobierno han defendido la instancia, sobre todo luego de la importancia que tuvieron, durante el primer debate constitucional, los canales de comunicación que efectivamente transmitieron noticias falsas pagando publicidad y todo, a través de diversas redes sociales, la misma Irina Karamanos, lo señalaba durante su participación en un foro internacional en España.
Además, diversos académicos y ONG’s han advertido los peligros que puede tener para la libertad de prensa cualquier intento por parte del Estado de calificar los límites de la libertad de prensa en contexto de conflicto social, guerras u otros escenarios futuros.
Desde la izquierda revolucionaria no somos inocentes ni pensamos que la prensa reviste algún carácter de sacrosanta neutralidad o como le gusta decir a la radio Bio Bio “somos independientes, independientes de verdad”, cuando la verdad es que nadie que viva en una sociedad dividida en clases con un Estado que resguarda intereses de esas clases puede permanecer como “independiente” a las contradicciones de clase y los intereses propios de los que se defienden, por lo tanto menos aún la prensa o cualquier medio de comunicación social. Todo medio o prensa es un Partido diría Gramsci.
De hecho desde el 2014 hemos levantado la red internacional de diarios La Izquierda Diario que publica noticias diariamente de 15 países diferentes y 7 idiomas, es un esfuerzo inédito para una organización revolucionaria porque consideramos que el rol de los medios de comunicación y la prensa son claves en la expansión de nuestras ideas y abre la posibilidad de influir en la política, sobre todo en momento de lucha.
Desde nuestro medio hemos emprendido enormes esfuerzos para combatir la hegemonía de los medios de comunicación tradicionales y reaccionarios, quienes reciben una enorme cantidad de recursos para criminalizar la lucha de los trabajadores, las mujeres, la juventud o los pueblos originarios, lo mismo para encubrir los crímenes de la dictadura o instalar falsas acusaciones contra luchadores sociales durante el estallido social.
La burguesía conoce el rol de los medios de comunicación y por eso defiende con vehemencia su libertad para difundir sus ideas, pero también porque sabe que es un nicho de negocio que no está dispuesta a entregar.
Pero a diferencia del gobierno y algunos sectores de la izquierda, no consideramos que la mejor forma de combatir a la prensa reaccionaria sea la censura o el control desde la acción estatal, porque el Estado tiene un carácter de clase y el actual pertenece a la burguesía, por lo tanto cualquier avance contra la democracia en la sociedad burguesa, quienes terminan soportando las consecuencias últimas de estas medidas son los propios trabajadores y el pueblo pobre ya que como decía Trotsky: “sólo aventureros que no piensan más que en las necesidades del momento serían incapaces de tener en cuenta este peligro”.
Además, es totalmente hipócrita señalar que, desde el gobierno, se disponen a enfrentar las fake news que reproducen medios de comunicación mientras entregan millones de pesos a esos medios a través del avisaje estatal, el cual se concentra en tres grandes grupos (Archi, El Mercurio y Copesa) y dos más pequeños (TVN y RadioBiobio), además de las agencias de publicidad que luego venden dicho avisaje a otros medios.
Por eso no pensamos, bajo ningún punto de vista que, como resultado de medidas de prohibición de los medios y la prensa reaccionaria desde este Estado, los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre se librarán de la influencia de las ideas reaccionarias y del pensamiento dominante de la clase capitalista, por el contrario y siguiendo a Trotsky, consideramos que la clase obrera y los sectores populares “no pueden permitir que el puño represivo del estado burgués sustituya la lucha que ellos libran por medio de sus propias organizaciones y de su propia prensa. Hoy, el estado puede aparecer como bondadosamente dispuesto hacia las organizaciones obreras; mañana el gobierno puede caer y caerá inevitablemente en manos de los elementos más reaccionarios de la burguesía. En ese caso, cualquier legislación restrictiva que exista será lanzada contra los obreros”, cuestión que ya estamos presenciando con la aplicación de leyes represivas como el Estado de excepción (ya permanente) en el sur del país o la ley Nain Retamal, que entrega un amplio margen de impunidad para el actuar de las policías.
La mejor forma de combatir los medios reaccionarios es extender la propia prensa de la clase obrera y sus organizaciones, medios que puedan expresas sus luchas y de tribuna al debate e intercambio de ideas, que sirva para politizar a amplias franjas de la población como ocurrió durante la revuelta, momento en el que crecieron una enorme red de medios que se dedicaban día y noche a reproducir y visibilizar las denuncias contra la represión y las violaciones a los derechos humanos que cometieron agentes de la represión estatal.
Dentro de este esfuerzo que es las y los revolucionarios del PTR seguimos levantando con mucho esfuerzo y convicción este humilde pero estratégico espacio al servicio de la clase obrera y el socialismo