El dirigente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), Francisco Hernández Juárez y dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), se reunieron este 2 de junio en Acapulco Guerrero con la candidata del PRD-PT a la gubernatura, Beatriz Mojica.
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Miércoles 3 de junio de 2015
Esto, en el marco de las repudiadas elecciones en Guerrero tras la desaparición de los 43 normalistas y las movilizaciones del magisterio contra los comicios.
No es la primera vez que Francisco Hernández Juárez (FHJ) llama en este estado a votar por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En enero del 2011, en un evento público, anunció su respaldo total al entonces candidato Ángel Aguirre, al cual en su discurso anunció como: “sensible y atento con los trabajadores del estado”.
Después de la desaparición de los 43 normalistas -donde el PRD jugó el papel de verdugo, ya que fue de la mano de Ángel Aguirre que José Luis Abarca ganó la alcaldía de Iguala- el llamado explícito de FHJ a votar de nueva cuenta por el partido responsable de estas desapariciones es escandaloso.
El dirigente del STRM muestra así que no existe independencia de los sindicatos a estos partidos asesinos y que sus vínculos e intereses políticos en ellos son profundos, ya que da la espalda al llamado de los padres de los 43 normalistas a no avalar estas elecciones.
Entre otras cosas, lo ilustrativo es que en el acto del 2 de junio de este año, donde FHJ da su respaldo a Beatriz Mojica, ésta expresó públicamente casi con las mismas palabras que el exgobernador Aguirre: “prometo que juntos cambiaremos a Guerrero”.
Además la candidata resaltó: “yo les digo que nuestros muchachos tendrán la oportunidad de terminar sus estudios, porque es más barato mantenerlos en las escuelas que comprar un arma de asalto, la cual rebasa los 50 mil pesos, y garantizarles su universidad, sólo cuesta 10 o 15 mil pesos, algo que estoy segura, lograremos cuando gane los comicios”.
Este discurso muestra la política del PRD hacia la juventud, ya que es similar al discurso oficialista de Felipe Calderón durante la “guerra contra el narco”, que partía de considerar a los jóvenes como potenciales criminales, lo que nos evoca la masacre de jóvenes en Villas de Salvácar.
La participación en este acto del dirigente telefonista muestra nuevamente que el STRM es un botín para posicionarse políticamente. A nombre de este sindicato es
como ha podido colarse en partidos como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante décadas y más recientemente como diputado en el PRD.
El doble juego que lleva adelante -donde por un lado da su apoyo a nombre del STRM a partidos asesinos, pero en la otra cara de la moneda, los telefonistas nunca son consultados sobre estos temas- da cuenta de que este tipo de dirigentes se apuestan a que el descontento popular esté contenido. Busca llevar este descontento a las urnas y disciplinarlo para que él pueda entregar el contrato colectivo de los telefonistas a Carlos Slim, como recientemente hizo a espaldas de la base del STRM.
Sin mencionar ni una palabra de la desaparición de los normalistas, el dirigente telefonista llamó a sus agremiados a apoyar a Mojica y declaró: “yo creo que es tiempo de las mujeres, ellas son la luz del hogar; son jefas de familia, trabajadoras, empresarias, madres, hijas, hermanas, pueden hacer varias cosas al mismo tiempo, y es por eso que están más que preparadas para gobernar un estado, y eso es lo que hará Beatriz Mojica luego de su victoria este siete de junio”.
Con esta declaración FHJ evitó reivindicar lo que ha declarado sobre la corrupción al interior de PRD y el supuesto apoyo incondicional a los padres de los 43 normalistas.
La aparición de Juárez en el escenario político nacional también es un intento que busca respaldar al antidemocrático régimen de cara a los comicios en ese estado, ubicándose en la trinchera de los partidos patronales y fortaleciendo al PRD que junto al resto de los partidos patronales busca enterrar el caso de los 43 normalistas. Esto después de otros dos escándalos protagonizados por el Instituto Nacional Electoral (INE) y Lorenzo Córdoba, que dieron un cañonazo de 10 mil dólares a Rigoberta Menchú para legitimar las elecciones y el llamado a votar el próximo 7 de junio.