La Izquierda Diario asistió a la charla que Liniers diera en el salón de actos de la Universidad Nacional de Córdoba y entre risas y anécdotas dialogó con el creador de Macanudo. Aquí parte de lo que el artista denominó como “momentos patéticos de mi carrera”.
Sábado 9 de julio de 2016 19:47
En una charla amena, Liniers habló sobre su niñez, sus estudios, los inicios, el desarrollo de su carrera, los artistas que lo influenciaron como Quino, sobre la televisión donde “la gente no elige, no puede evitar verlos, elegir es ir al teatro”. Hasta los momentos más patéticos de su vida, teñidos con chistes y anécdotas de las que hoy se ríe, como su viaje a la Antártida. Dijo que trabajar de lo que le gusta es “como rascarse” y que con su arte intenta “intenta tirar salvavidas”. Además aclaró: “las tiras de Macanudo no están completas, están para que el lector las complete”.
¿Qué sentiste cuando una de tus ilustraciones se transformó en ícono de una lucha tan importante como lo es el #Niunamenos?
Lo del #Niunamenos… fue algo raro lo que pasó, porque es el dibujo más raro de mi carrera. Lo hice porque me escribió la periodista Florencia Etcheves, que es una de las organizadoras de la marcha, y me pidió si podía hacer algún dibujo para hacerla más visible, y obviamente dije que sí. Pensé, ¿ cuál era el personaje?. Mi personaje femenino es Enriqueta, entonces la dibujé con un puño en alto porque me parecía que hacía un contrapunto fuerte, porque es un personaje que se ve en contextos “muy lindos y tiernos”.
Lo mandé pensando en la gente que lee a Macanudo enganche, quiera ir a la marcha y listo, no mucho más, pero de repente se hizo viral. Por un lado el ego del dibujante estaría diciendo: “que fenómeno que soy”, pero el tema con ese dibujo es que odio haberlo tenido que hacer, no debería existir, ni la marcha, ni gente que piense que es dueño de alguien. Todas esas chicas fueron asesinadas por gente que les dijo que “las quería”, lo que lo hace mucho más perverso. Recuerdo ir a la marcha y no vivirlo como algo fácil, era una mezcla de sentimientos. Veías tu dibujo de Enriqueta y después mirabas para abajo y veías una foto, que generalmente vemos en la televisión durante dos o tres semanas y durante ese tiempo sabes el nombre, después pasa el tiempo y te olvidás. Debajo de esa foto estaban las personas que no se van a olvidar nunca más, que son las familias de las víctimas.
Yo estoy contento de que el dibujo sirvió para lo que queríamos que sirva, pero odio haberlo tenido que dibujar.
¿Qué les dirías a los artistas que están intentando producir en el marco de la crisis económica que se agrava y una situación que se pone más difícil para los artistas independientes?
Que no paren. Hay una película americana de los ´30 o ´40, es de un tipo que es director de cine que hace comedias y en EEUU están en plena crisis, hay hambre y la gente está desesperanzada. Entonces, el tipo se pregunta, ¿ para qué hacer comedias?, y se va a recorrer el país vestido como pordiosero, para ver cómo está la situación y qué tiene que hacer. Termina en un lugar con gente muy pobre, está todo el mundo desesperado, y llegan unos pibes con un camión y pasan una comedia de él, ve a todas estas personas que estaban en las últimas que se empiezan a reír a carcajadas y se da cuenta que su laburo es ese.
Entonces, ese es el laburo. El de un doctor es básicamente que no te mueras. El de un artista es el: “para qué miércoles vivís”, y la razón es hacer películas, música. Así que no paren.