Las petroleras intensifican el lobby mediático para justificar el negocio contaminante que buscan desarrollar en el Mar Argentino. El Gobierno copia sus argumentos, interesado en hacerse de dólares para pagarle al FMI. Pero la deuda sigue siendo impagable.
Viernes 7 de enero de 2022 10:37
Desde la masiva protesta de este martes, en Mar del Plata y otros puntos del país, las petroleras arremetieron haciendo uso de su poder de lobby en los grandes medios de comunicación para contradecir a ambientalistas y científicos que defienden un Mar sin Petróleo. Al simultáneo, el Gobierno nacional tomó argumentos similares a los de estas poderosas patronales, para justificar la autorización a la multinacional noruega Equinor a que comience tareas de exploración offshore a tan solo 300 kilómetros de la Costa Atlántica, en conjunto con YPF y Shell.
Este viernes, el portal de Ámbito financiero aseguró que un "paper reservado que circula entre empresas del sector" hidrocarburífero, estima que se podrían generar ingresos equivalentes al 70% del capital de deuda con el FMI: unos 35.000 millones de dólares.
Pero recordemos que uno de los favores que el Gobierno nacional le hizo a las empresas de hidrocarburos, además de entregarles el Mar Argentino y sus recursos, fue bajar el porcentaje de las regalías, por lo que solo quedarían 4.700 millones de dólares en las arcas públicas.
Aún más, la ambición capitalista proyectada en el "paper reservado" afirma que, si se explota la totalidad de la Cuenca Argentina Norte, podría generar 100.000 millones de dólares. Siguiendo esta estimación, entre regalías e impuestos, en manos del Estado quedarían alrededor de 13.400 millones de dólares. Menos del 30% del capital de la deuda odiosa que tomó el gobierno de Mauricio Macri.
Es decir que, ni siquiera entregando toda la Cuenca para el negocio multimillonario de uno de los sectores capitalistas más poderosos y contaminantes del mundo, alcanzaría para saldar la deuda con el FMI. Se confirma nuevamente que esta deuda, además de fraudulenta e ilegítima, es impagable. Así lo expresó el diputado Nicolás del Caño en una entrevista con DiputadosTV: "Quienes prestaron el dinero sabían que la Argentina no iba a poder pagar".
Aun así la intención del gobierno del Frente de Todos es dar vía libre a esta industria contaminante y profundizar el modelo extractivista, para complacer los mandatos de Washington. Pero no están solos. Por su parte, la oposición de Juntos por el Cambio -quienes tomaron la deuda en su última gestión y en 2019 habilitaron la licitación para entregarle el Mar Argentino a las multinacionales del oro negro- luego de patalear durante días, terminaron por aceptar una reunión con el ministro Martín Guzmán para conversar sobre las negociaciones con el FMI.
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El miércoles pasado, un día después de las manifestaciones, el jefe de Gabinete Juan Manzur se reunió con el cuestionado ministro de Ambiente Juan Cabandié y el Secretario de Energía, para tratar el proyecto "Campaña de adquisición sísmica offshore Argentina, Cuenca Argentina Norte".
Manzur declaró que “nuestro país cumple con todos los estándares de cuidado del medio ambiente al efectuar estas prácticas, de la misma manera que se realiza en los países más desarrollados del mundo, como es el caso de Canadá, Holanda, Noruega y Brasil, que lleva adelante esta actividad en el mar desde hace más de 50 años”. Medio siglo colaborando con el efecto invernadero a través de las emanaciones de carbono, le faltó aclarar.
El argumento es casi calcado del que dio un miembro del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas, para La Política Online: "En Noruega la actividad convive con la pesca, el turismo y la vida marina desde los años 60. Brasil es otro ejemplo, desarrolla intensivamente sus recursos de hidrocarburos en el mar desde hace 50 años y no conozco a nadie que se haya empetrolado en las playas mas paradisiacas del sur del continente".
Un solo archivo basta para desmentirlo. En 2019, un derrame de petróleo en altamar llegó a más de 280 playas "paradisíacas" de Brasil, al inicio de la temporada de verano. Los trabajos de limpieza los hicieron pescadores y voluntarios, en la mayoría de los casos sin herramientas ni medios de protección necesarios, por lo que varios fueron hospitalizaron con síntomas derivados del contacto directo con el petróleo.
Pero ni la realidad de los permanentes "accidentes" de esta industria, ni los argumentos de especialistas, científicos y ambientalistas sobre los daños en la fauna marítima y el medio ambiente, parecen importarles al Gobierno nacional. Que además, en declaraciones de Juan Manzur, planea "convertir al país en proveedor de gas de toda la región”.
El CTAE, Centro de Tecnologías Ambientales y Energía de la Facultad de Ingeniería de Olavarría planteó en un informe que “para algunos niveles de producción estimados para la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de grandes cantidades mayores a 1.000 barriles de petróleo”.
Además, la utilización de bombas acústicas en el mar, para localizar las fuentes de hidrocarburos, afectaría enormemente a la biodiversidad marina y el fino equilibrio del ecosistema marítimo. Se trata de una explosión cada 10 segundos las 24 horas del día, un método que a nivel mundial es el segundo contribuyente de ruino subactuático, siendo el primero las explosiones nucleares y militares.
Queda en manos de la movilización obrera y popular lograr impedir que se instalen estas industrias en el Mar Argentino. El pueblo de Chubut dio un gran ejemplo, ganando una primera batalla contra la megaminería contaminante y el gobernador Arcioni, luego de masivas movilizaciones, cortes de ruta y un contundente paro marítimo y portuario. Esta lucha recién empieza.
