A 50 años del lanzamiento de “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band”, el mejor disco de Los Beatles para muchos críticos, un repaso por esta joya de la música.
Jueves 1ro de junio de 2017
Sgt. Pepper: Historia de la Portada
50 años del lanzamiento de “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band”, el mejor disco de Los Beatles para muchos críticos. Una obra fundamental para todo aquel que disfrute escuchar música. Y en mi opinión personal, el mejor álbum que escuché en mi vida. Haremos, durante junio, un repaso por esta joya de la música.
Vamos a empezar durante este mes de junio un recorrido por esta obra imperdible para todo amante del rock, y comenzaremos por lo primero que un disco ofrece a sus oyentes: La Portada. Esa imagen que nos despierta la curiosidad de fijarnos en la obra y nos invita a conocerla. Y la portada de Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band, está al nivel de todo lo que es la obra en sí misma, es parte de un todo integrado, en donde la imagen de su portada y la música tienen igual poder de impacto en los espectadores.
Boceto adjudicado a Lennon
La idea primitiva
Las primeras conversaciones ente Los Beatles, con respecto a la portada del álbum, reflejaba una línea de acuerdo entre los cuatro, con una idea similar pero alejada de la que finalmente se concretó. En principio hablaron de una pared cubierta de portarretratos, con las fotografías de las personas que ellos más admiraban, y ellos mismos parados adelante con sus uniformes militares de colores. O, con esos uniformes, simulando ser alcaldes de algún pueblo, inaugurando una fábrica de arreglos florales.
John Dunbar, un artista fundador de la Galería Indica, (que patrocinaba Paul y que fue el lugar en donde se conocieron John y Yoko), sugirió una obra abstracta como portada, algo que fuera arte, y no dijera nada. La idea fue rechazada de plano por Los Beatles, pero si tomaron en serio que la tapa del Sgt Pepper debería ser un objeto de arte.
La persona más ligada al mundo del arte que conocían era Robert Fraser, un curador, cuyo vínculo con la banda era el de ser su más activo proveedor de drogas, se sospechaba que el tema Dr. Robert, estaba dedicado a él.
Algunos biógrafos señalan que McCartney se animó a bocetar una idea en lapicera, otros dicen que fue Lennon quien realizó el boceto, de hecho hace unos días se subastó un boceto de Sgt Pepper, realizado por Lennon. El asunto es que Robert Fraser se encontró con el boceto, y con la idea de conseguir “un artista de verdad” para comenzar a concretar la idea. Y recomendó a Peter Blake.
Autorretrato con chapas (1961, Tate Gallery, Londres)
Peter Blake
Peter Blake, un artista londinense de vanguardia venía profundizando en la técnica conocida como Ready-Made, (arte encontrado), que consistía en usar objetos comunes, como objetos artísticos dentro de una obra. Paul McCartney visitó a Blake en su pequeño departamento en los suburbios de Londres, en un ambiente lleno de cuadros y escultura, Paul, Blake y su esposa, la escultora Jan Haworth, conversaron sobre el proyecto y sobre sus gustos en rock clásico.
El matrimonio aceptó, encantado, trabajar la idea, y establecieron como nexo de comunicación entre la banda y los artistas a Robert Fraser, quien sin saberlo, y nunca de modo oficial se convirtió en el director artístico del trabajo. Lennon se acercó al departamento de Blake, cuando se empezaba a vislumbrar la portada, pero no mostró mayor interés, se excusó diciendo que vivía demasiado alejado, y que sería mejor que McCartney continuara manejando el curso del trabajo.
Los dibujos originales comenzaron a cambiar, en primer lugar lo que iba a ser un arreglo floral se transformó en el nombre de la banda escrito con flores, y la pared cargada de fotografías se transformó en una tribuna con los “héroes” de Los Beatles. Para esto, Peter Blake solicitó que cada uno enviara un listado con quienes deseaban tener en la portada. John, el más amplio, pidió desde el Marqúes de Sade, hasta Oscar Wilde, pasando por Jesucristo, Bob Dylan, Lewis Carroll, Edgar Allan Poe, y Adolf Hitler. Paul incluyó, entre otros, a Fred Astaire y William Burroughs. George, solo a Yogis de la India, Babaji, o Paramahansa Yogananda. Ringo, solo dijo que aceptaría lo que eligieran los demás. Peter Blake, decidió sumar a Sonny Liston, Shirley Temple, y Tony Curtis, entre otros. Robert Fraser hizo lo mismo con otros personajes como Terry Southen.
Neil Aspinall, eterno asistente de la banda, se encargó de buscar en la librería Indica, fotos de todos los personajes de las listas, tarea para nada fácil. Finalmente la lista original fue cambiando y se incluyeron personajes que nada tenían que ver con Los Beatles, descartando a, por ejemplo, la actriz Bridgitte Bardot, que tenía un lugar preponderante en la idea original del muro, o el pintor Rene Magritte, o al dramaturgo Alfred Jarry.
Llegado a este punto, se comenzaron una serie de reuniones en las que se estableció que toda decisión debería ser consensuada por los cuatro Beatles, Robert Fraser, y Peter Blake y con Jan Hawort. Se acordó fotografiar la tapa en un estudio acondicionado, y se contrató, a sugerencia de Robert Fraser, al prestigioso fotógrafo de la revista Vogue, Michael Cooper. Además, coincidieron en que se necesitaría más espacio para exponer la tapa terminada, lo que se solucionaría publicando el álbum en formato de disco doble.
Hitler en la portada
Negativa de EMI
EMI, la discográfica, rechazó de plano la portada. Solo porque se trataba de Los Beatles, la banda que le daba millones de ganancia, el director Sir Joseph Lockwood, aceptó reunirse personalmente con ellos para explicar la negativa. Entre los motivos estaban los derechos de copyright, por el uso de la imagen de las distintas personalidades. La tensión política entre el Reino Unido y la India, que podría verse incrementada por el uso de la imagen de Ghandi, además de que EMI, tenía un gran mercado en ese país. Lo mismo ocurría con la comunidad judía, por la inclusión de Hitler, con los católicos con Jesús, sobre todo, después de las polémicas declaraciones de Lennon sobre el catolicismo.
Otro motivo de conflicto fue el diseño, que ya estaba pensado con formato de álbum doble, pero además Los Beatles insistían en varios puntos extras, como literalmente, “una contratapa para pasar media hora leyendo”, y la inclusión de un sobre con calcos del bigote, y las insignias del Sargento, y pensando en la durabilidad, exigían una cartulina mucho más gruesa de los habitual, y además que por primera vez, las letras de las canciones aparecieran en el sobre, y que el vinilo fuera en colores, todo esto, con la desfachatez de reclamar que el álbum saliera al mercado con el valor de un disco común. EMI argumentó que el precio se iría a las nubes, y que la aparición de las letras bajaría, como ocurrió, la venta de partituras. Los Beatles, aunque renunciaron al pedido del vinilo en colores, se mostraron inflexibles en cuanto a los demás, y lograron su objetivo.
Con respecto a los conflictos legales por el uso de la imagen, el asunto se arregló con un depósito de diez millones de dólares, realizado por la banda en concepto de garantía. Accedieron a quitar la figura de Hitler, la de Ghandi, y la de Jesucristo. Se comprometieron a conseguir el consentimiento de cada persona que apareciera en la portada. Se contrató a la antigua secretaria de Brian Epstein, Wendy Hanson, solo para encargarse de las llamadas.
Aunque el autor Barry Miles, dice que solo se llegó a hablar con el compositor Leonard Bernstein, Phillip Norman, en su biografía sobre Los Beatles asegura que se gastó un dineral en llamadas transoceánicas. "Me la pase muchas horas y libras haciendo llamadas a los Estados Unidos", recuerda Wendy, "Fred Astaire fue muy dulce, Shirley Temple deseaba escuchar primero el disco, me lleve muy bien con Marlon Brando, pero Mae West quería saber que es lo que hacia ella en un Club de Corazones Solitarios." Hasta la actualidad no han aparecido las demandas tan temidas por EMI.
Planchuela con calcos del Sargento
Diseño
El diseñador irlandés Gene Mahon, y su asistente Al Vandenberg, fueron los encargados de definir el resto de las tareas sobre la presentación del disco. Su tarea consistió en seleccionar y supervisar las ampliaciones de las figuras. Escogió la frase de la canción de Lennon, “Being for the Benefit of Mr. Kite” para colocar al pie de la contratapa “Un espléndido momento garantizado para todos…”. El sobre interior se convirtió en una planchuela con calcos del Sargento, insignia, bigote, y el parche del bombo. Con lo que se volvió a pensar en un sobre interior, al que se sumaría la planchuela de calcos.
Se pensó en un dibujo de Los Beatles, para el sobre interior y se contrató a los holandeses Simon y Marijke de The Fool, una compañía de excéntricos diseñadores hippies, que habían realizado afiches para Bob Dylan, y eran famosos por sus trabajos psicodélicos. Pintaron un paisaje de ensueño de los picos de las montañas y pájaros estilizados maravillosos, como una influencia de LSD de sauce chino en el diseño. El cielo era de arco iris con dos paneles para el texto, uno de los cuales estaba lleno de estrellas y cometas.
Diminutas figuras de los Beatles se asomaba de entre la flora. Hubo una confusión con las medidas, y el trabajo quedó chico, se solucionó añadiendo un borde a modo de marco. Los Beatles quedaron encantados con el dibujo, pero Robert Fraser en su calidad de director artístico lo rechazó por considerarlo mediocre. Los Beatles deseaban que el disco fuera impreso en vinilos de colores, pero EMI les dijo que esto no era posible. Por lo que revivieron la idea, para el sobre que llevaría el vinilo, que fue decorado con un diseño abstracto en rojo, rosado y blanco, por The Fool.
El tambor de piel fue pintado por un artista auténtico de parque de atracciones, Joe Ephgrave. El hizo en realidad dos versiones. El diseño elegido es ahora parte de la iconografía de los Beatles, y el instrumento original se subastó en un millón de dólares en el año 2008.
Bombo de piel
El 30 de marzo de 1967, finalmente las ampliaciones estaban listas, y el Chelsea Manor Studios, acondicionado por Michael Cooper para comenzar con la sesión de fotografía.
Sesión que continuaremos conociendo en la segunda parte, al igual que todo lo vinculado a la creación de esta portada que se convirtió en un ícono del Pop Art.