En medio de la campaña electoral entre quiénes se postulan para administrar el capitalismo local se expresaron unos en el abrazo a neonazis y otros que festejan el pacto colonial con UPM.
Miércoles 31 de julio de 2019
Mientras el sistema político transcurre su campaña electoral con unos abrazados a los neonazis y otros festejando el acuerdo colonial con UPM, por detrás se esconde el consenso de hacerle pagar a los trabajadores los costos del deterioro de la economía gane quien gane.
A espaldas de estas expresiones está la realidad de las mayorías trabajadoras que gradualmente van sintiendo en sus bolsillos los efectos del estancamiento, que conviven desde hace ya mucho tiempo con la precariedad laboral, la violencia y la perspectiva de un futuro que parece cada vez más sombrío.
La colectora de reaccionarios
La foto del candidato ultraderechista Manini Ríos con jóvenes neonazis o que también podríamos denominar como morenazis (fricks sudamericanos con aspiraciones supremacistas) escindidos del Partido Nacional comprueba la falsedad de la postura de seriedad y rectitud con la que trata de mostrarse Cabildo Abierto.
Si bien en las últimas horas intentan distanciarse de la agrupación “Dignidad Nacional”, incluso con repudiables ataques verbales a medios de prensa que informaron lo sucedido, queda en evidencia la palabrería vacía del candidato cuando se refiere a la construcción seria y selectiva de su sector que constantemente se victimiza y acusa a los demás de “revanchistas”.
Mientras Cabildo Abierto intenta mostrarse como una “alternativa seria” a la política tradicional, enarbolando fraseología “artiguista” con un discurso de anti corrupción y nacionalista que apela a la unidad nacional frente a “las influencias extranjeras” que supuestamente “dividen a la nación”, la foto con los apologetas del nazismo evidencia su postura de abrazo a cuanto reaccionario encuentran en su camino para hacerse de un espacio propio en la política nacional.
Si Manini y su sector quieren hacer pasar como que ignoraban la procedencia política de este grupito de reaccionarios no hacen más que evidenciar la incapacidad y falta de seriedad como para ser engañados por este pequeño sector de admiradores del nazismo.
Tampoco no tenían nada que ver como ahora Cabildo Abierto trata de “explicar”, sino todo lo contrario ya que el joven admirador de los nazis (que en el colmo de lo bizarro ya se sabe que incluso es de ascendencia judía) aparece fotografiado con otros integrantes de “Dignidad Nacional” que son miembros fundadores e integrantes de la lista para la convención nacional de Cabildo Abierto como Aldo Velázquez (en el séptimo lugar de dicha la lista).
Las afinidades de Manini con los sectores más ultrareaccionarios son más que conocidas, defensor de la corporación militar y los represores de la dictadura, ya había trascendido la militancia por Cabildo Abierto de personajes como Enrique Mangini (militar retirado y ex integrante de la JUP responsable del asesinato de Santiago Rodríguez Muela en 1972).
El escándalo comprueba una vez más el proyecto de Cabildo Abierto como agrupamiento de diversas corrientes reaccionarias (como el pachequismo, el ruralismo, la corporación militar, etc) integrantes históricamente de otros sectores políticos y ahora atraídos bajo la figura aglutinante del nuevo caudillo ultranacionalista.
Se posicionan como out siders emparentados con el fenómeno internacional de los derechistas anti global y presentándose como “alternativa” frente a los partidos mayoritarios. En realidad huelen la oportunidad que se presenta frente a las señales de desgaste del tradicional sistema de partidos, pero no son más que una oferta bonapartista a futuro ante un posible escenario de crisis aguda del capitalismo criollo y su sistema de partidos, similar a cuando en el pasado se presentó el proyecto encabezado por el ex presidente Oscar Gestido (también militar retirado) luego transformado en el conocido pachequismo. Para salvar el capitalismo nacional: ajuste contra los trabajadores, represión y muerte.
No tardaron en aparecer pronto los alaridos de indignación de los que pocas horas antes del affaire con los apologetas nazis, habían expresado la posibilidad de hacer acuerdos precisamente con Manini Ríos como por ejemplo el sector político del ex presidente Mujica.
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No fueron inocentes esas expresiones de acercamiento para gobernar, a sabiendas de lo conocido sobre Mangini, del encubrimiento y defensa de Manini para los represores de la dictadura (por ejemplo su desempeño con respecto a lo sucedido hace muy poco con el “Tribunal de Honor Militar”), entre otras perlas.
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Tal vez porque (y no de ahora) varios sectores de “izquierda” (y no solo el MPP de José Mujica) se han embanderado históricamente de un burdo nacionalismo que usa demagógicamente figuras como el “artiguismo” (no profundizaremos aquí acerca de la deformación histórica e ideológica de estas concepciones) como una especie de tabla salvadora para los desposeídos bajo la idea de la unidad nacional sin distinción de clases. Las confluencias turbias son un fenómeno de larga data que responde a viejas concepciones y estrategias nunca autocriticadas de sectores de “izquierda” que van desde el MLN (ahora MPP) hasta el Partido Comunista.
Los que ahora se escandalizan con Manini y se abanderan como paladines de la lucha anti fascista, poco hicieron mientras Manini permaneció durante años como comandante en jefe del Ejército durante años bajo su propio gobierno, mientras Manini intervenía desbocadamente en política (y se construía políticamente por lo tanto), le mentía a los familiares de desaparecidos y defendía a los genocidas de la dictadura.
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Festejando el cipayismo
En paralelo al escándalo de Manini con los admiradores del nazismo, el sistema de partidos mayoritarios saludaba con un beneplácito más o menos acentuado la confirmación del trato colonial con la trasnacional finlandesa UPM. Fue en sectores del oficialismo frenteamplista donde el festejo fue más fervoroso y donde se pudo ver incluso la competencia vergonzosa entre medios gráficos (supuestamente identificados con concepciones de izquierda y cambio social) para ver quién era el más cipayo en la bienvenida a la nueva intervención de los amos del capital trasnacional.
Y es que como veníamos diciendo desde La Izquierda Diario el gobierno se aferra con todas sus fuerzas a UPM con tal de sostener el modelo económico que viene mostrando señales de desgaste y estancamiento.
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Incluso a costa de un pacto colonial que le otorga amplios poderes a la empresa trasnacional hasta en el ámbito educativo. No se cuestiona para nada que signifique la profundización de un modelo primarizador y dependiente que además traerá consigo daño medio ambiental y a la calidad de vida de la población. Se aduce que se traerán nuevos puestos de trabajo, pero nada ha hecho el gobierno para buscar una alternativa al deterioro económico más allá de profundizar el modelo dependiente.
Se argumenta siempre que no hay recursos para por ejemplo invertir en educación, salud y vivienda, pero mágicamente aparecen miles de millones de dólares que invertirá el Estado para la infraestructura que necesita UPM ¿entonces hay interés en el bienestar de las mayorías trabajadoras o hay interés en garantizarle las ganancias a una trasnacional?
No es una fatalidad
Por más que la campaña electoral de los grandes partidos lo trata de ocultar, las mayorías trabajadoras perciben el futuro sombrío en el horizonte, entre el tapar las bancarrotas cada vez más difíciles de ocultar y la demagogia de la salvación providencial siempre dentro del capitalismo. Toda esta podredumbre política que se expresa a espaldas de las reales necesidades de los trabajadores no es más que la expresión mezquina de la competencia entre quienes se ofrecen como los administradores potenciales del capitalismo nacional y los intereses transnacionales que actúan en él para el próximo período de gobierno.
Nada bueno pueden esperar los trabajadores de estas variantes patronales que acuerdan tras bambalinas el futuro ajuste por venir (reforma jubilatoria, austeridad fiscal, devaluación, etc).
La aparición de sectores abiertamente reaccionarios en el escenario político no se podrá combatir con fraseologías y enconos mediáticos, ni con gobiernos “progresistas” o ” tradicionales” que lo único que han hecho es sostener la impunidad de los genocidas del pasado y fortalecido a las fuerzas represivas del Estado (uno de los principales nidos de la reacción ultraderechista), sino con la autororganización y la lucha en las calles contra cualquier forma reaccionaria que intente imponerse por la fuerza. La independencia política y la movilización combativa de los trabajadores y la juventud es la única que puede verdaderamente detener cualquier ofensiva reaccionaria.
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El actual escenario político de nazis a cara descubierta y cipayismo hacia el capital imperialista, junto a la agonía del “modelo” económico no es una fatalidad del destino, es un desenlace incubado desde hace tiempo y que ahora emergen cuando el sistema económico y social empieza a exigir las cuotas de sacrificio “necesarias” para sostener su continuidad a costa de los trabajadores y las mayorías populares.
No habrá manera de salir de esta encerrona a la que nos conducen “progresistas” y reaccionarios, y a la que interesadamente se la presenta como una fatalidad del destino, si los trabajadores y la juventud conscientes de sus propias fuerzas para cambiar realmente su destino, no se autoorganizan y movilizan independientemente para combatir los ataques que se anuncian (desde todas las filas políticas) contra sus propios intereses.