Las recientes elecciones sindicales del SNTE en el centro del país, destaparon una situación importante para la educación superior, pues en su seno, existen instituciones que vienen recibiendo embestidas patronales y requerimos de la unidad urgente para enfrentarlas.
Miércoles 28 de junio de 2023
Recientemente tuvieron lugar las elecciones sindicales en las secciones 9, 10, 11 y 60 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el cual agrupa a las y los trabajadores del sector, desde el jardín de niños hasta algunas escuelas de media superior que también incluyen universitarios en sus planteles; entre ellas la ya mencionada sección 60 que corresponde al Instituto Politécnico Nacional (IPN), y como sabemos, es una de las instituciones de educación superior más importantes del país.
En las elecciones sindicales del Poli se presentaron dos planillas, la blanca y la guinda, con representantes que venían del mismo Comité Ejecutivo (CE), es decir, ambas pertenecen a la misma dirección charra que ha dejado pasar los ataques contra las y los trabajadores de la educación, y como muestra de ello, podemos poner de ejemplo que la situación de la mayoría de sus docentes no ha mejorado, por el contrario, reina la precarización laboral en todo su esplendor, las tareas burocráticas y administrativas, innecesarias en su mayoría, al igual que en el resto de los ciclos educativos, que absorben tiempos no pagados de las y los profesores, teniendo que robarles tiempo a sus propias vidas, ya de por sí muy precarizadas, así como crecen las figuras docentes sin derecho alguno, etc. Todo esto, sin que las direcciones sindicales estén a la altura de las circunstancias que atraviesa la base, y de hecho, son las cómplices que han dejado pasar la degradación y los abusos patronales.
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Pero esto no sólo sucede en el Poli, también lo podemos encontrar en las Escuelas Normales, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y los Centros de Actualización del Magisterio (CAM), que en la actualidad son consideradas universidades desde los marcos legales implementados por la 4T.
De la Ley del USICAMM a la LGES
A 5 años de su gobierno, también las y los trabajadores de la educación hemos hecho una experiencia, y para muchos, queda claro que el Morena ha dado continuidad a las políticas precarizadoras de administraciones anteriores, implementando mecanismos como la Ley General de la Unidad del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros, conocida como USICAMM, que en esencia implementa la Reforma Educativa impulsada por este gobierno y señalada por ser una copia en el 95% del contenido de la anterior reforma neoliberal de Peña Nieto y el odiado Nuño. Lo que ha producido una gran inconformidad en el sector magisterial, pues la promesa del presente gobierno fue que las cosas cambiarían y se dignificaría al sector, pero, como se comprenderá, no ha sido así.
Como vemos, dicha situación no se limita solo al nivel básico, pues ha encontrado una réplica en el nivel universitario con la Ley General de Educación Superior (LGES), que, entre otras cosas, fue señalada por las principales federaciones sindicales universitarias por permitir agudizar la problemática de la precarización laboral entre las y los docentes universitarios y con ello, la desigualdad y la discriminación, además de reforzar el poder de las burocracias académicas y permitirle al Estado poner un tope en la inversión en educación superior.
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¿Qué pasa con los sectores universitarios pertenecientes al SNTE?
La ley que regula la USICAMM dice, -en su artículo 5o fracción I-, que no serán sujetos de la aplicación de la presente Ley el personal que pertenezca a: “Las universidades y demás instituciones de educación superior a los que se refiere la fracción VII del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, y en la fracción IV menciona que tampoco aplica al IPN. Algo que, por supuesto, la dirección del SNTE jamás ha mencionado, porque los “charros” son agentes de la patronal al frente del Sindicato y su trabajo es garantizar la aplicación de estas medidas y no defender a los trabajadores. Tal como lo hizo la dirigencia del mismo SNTE con la mal llamada reforma educativa del sexenio anterior, y ahora, sin que se les mueva un pelo, se auto proclama, el ejército ideológico de la 4T.
Mientras tanto, en la LGES aprobada en abril de 2021, en su artículo 1ro dice que, esta ley, se aplicará a todas las instituciones de educación superior, incluidas las Escuelas Normales, escuelas pedagógicas del país, así como los Centros de Actualización del Magisterio, mencionados en el artículo 31 de la misma, dividiendo a las y los trabajadores de estas instituciones del resto de sus compañeros y sujetándoles a una ley distinta pero que en verdad es prácticamente la misma, basada en el mismo plan, y que solo viene a dificultar la unidad de las y los trabajadores de los diferentes niveles educativos, para luchar contra de las legislaciones que van socavando sus derechos.
En lucha hacia la unidad de los sectores educativos
Frente a esto, creemos que es necesario levantar una perspectiva de la más amplia unidad entre las y los trabajadores de los diversos niveles y sectores educativos, pues en los distintos ámbitos se aplican leyes que les afectan profundamente y casi de igual forma; y para ello, vemos que es de primer orden, hacer un llamado a los múltiples referentes históricos de organización y lucha del sector, a tomar esta gran tarea en sus manos, confiando en la fuerza de las bases unidas, en su lucha y movilización.
Hasta el momento, lamentablemente, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no ha promovido esta necesaria unidad, siendo que cuenta con algunos compañeros en el IPN, la UPN y las Normales, así como no ha tomado posición política clara ante la LGES, quedando esta importante problemática, ausente de sus planes y acciones.
Lo mismo ha ocurrido con la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUECIC), una de las principales federaciones sindicales de trabajadores universitarios y referente de organización, que se presenta como opositora y democrática. La cual, además de decir poco sobre el tema de la USICAMM, tampoco ha hecho un llamado a los sectores universitarios del SNTE a luchar contra la LGES, lo que de una u otra forma abona a la división entre las filas de las y los trabajadores, situación que ha permitido que los rasgos de continuidad de la política de la 4T se sigan imponiendo.
Ante la grave situación laboral, pero también de formación que atraviesa un sector clave para el país como el educativo, se requiere que las bases de los diversos sectores y niveles de la educación nos comencemos a organizar y hagamos una exigencia a las direcciones de los principales referentes de organización, a unirse para fomentar una lucha en común, llamando a una gran Asamblea Metropolitana que nos permita debatir nuestra situación, junto a todos los niveles, y resolver un plan de lucha unificado que nos permita conquistar las condiciones laborales y económicas que verdaderamente merecemos, que abarcan desde mejoras salariales y más y mejores prestaciones, hasta el aumento al presupuesto educativo; a la vez que nos fortalece para lograr que seamos nosotrxs, docentes y trabajadores del sector, junto a las y los estudiantes, quienes aportemos a las grandes decisiones sobre qué educación se requiere en nuestro país y al servicio de quienes debe de estar puesta: si del empresariado del sector educativo privado o de las y los hijos del pueblo trabajador.
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