Susana Malcorra declaró que hay "grupos destituyentes" que afectan la imagen del país y "afectan la legada de inversiones".
Martes 14 de marzo de 2017 10:32
En el marco de la crisis política que significó el cuestionamiento a las políticas del gobierno de miles que se expresaron en las calles la semana pasada sumado a la caída de la imagen del presidente, el macrismo salió con su discurso tipo de campaña a hablar de "cambio y esperanza", con escasos resultados. Luego intentó volver a la ya vieja fórmula de la "pesada herencia", que ya no convence mucho y ya pasa a ser más de lo mismo.
Ahora cuando ya es evidente que no hay luz al final del túnel (Michetti Dixit) y las inversiones internacionales no estarían llegando, el recurso que echó mano el macrismo es responsabilizar a los trabajadores que salgan a reclamar por sus derechos.
Así es que Macri la semana pasada y hoy Malcorra (que en diciembre pasado había sido denunciada por encubrir abusos sexuales) salieron a decir que "es evidente que hay grupos que buscan destituir afectando la gobernabilidad" y que por esta razón no llegarían las inversiones mesiánicas a salvar al país de la catástrofe.
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La cuestión es que para el gobierno estos "grupos destituyentes" son los trabajadores y sectores que salen a luchar por sus derechos. El objeto de sus acusaciones se hizo evidente cuando declaró que "hay grupos que utilizan la instancia de una discusión salarial para desafiar a las instituciones". Es decir que para Malcorra, los docentes que que exigen una paritaria nacional como dicta la ley y un salario que no sea de hambre son grupos que quieren perjudicar al gobierno y son los responsables de que le vaya mal al país. También suscribió a esta idea el ministro del Interior Rogelio Frigerio que apuntó también contra los docentes y los acusó de "poner palos en la rueda". Por lo que es claro que todo el elenco gobernante está en la cruzada contra los trabajadores.
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Este discurso, a la vez que le sirve al macrismo para culpar a los trabajadores de la crisis en el país y no asumir ninguna responsabilidad por sus propias acciones, sirve para instaurar un discurso que justifique la represión de cualquier sector que salga a reclamar por sus reivindicaciones.
A su vez, Malcorra también se refirió a la detención de Milagro Sala, aunque admitió el impacto negativo que genera en el mundo, aseguró que es un problema del poder judicial, donde el ejecutivo "no tiene injerencia alguna".