Boca, con juveniles y pocos conocidos, cayó 1-0 ante un desesperado Argentinos que no ganaba hace seis meses.
Lionel Pasteloff @LionelPasteloff
Domingo 1ro de mayo de 2016
Fotografía: Olé
Nadie que no fuera de un club con riesgo de descender podía tener interés en ver el partido que se iba a jugar en el Diego Armando Maradona. En él, se encontraban un conjunto al borde de perder la categoría (con la rusticidad y los nervios que eso habitualmente implica) y un visitante incómodo, con un rejuntado de jugadores inactivos y pibes tiernos con ganas de mostrarse. La previa no invitaba a soñar.
Una vez comenzada la acción, el prejuicio se hizo carne. Argentinos fue pura voluntad y esfuerzo y Boca, sin cohesión, trataba de responder con arrebatos individuales. A los diez, un zapatazo de Piove exigió a Sara. Fue de las pocas emociones de ese período. Los pibes que debutaban en el xeneize (Chicco y Benegas) se sumaban a Messidoro poniendo la cuota de entusiasmo, pero la producción era nula. Para colmo, Cristian Ledesma había salido, con la correspondiente pérdida de fútbol que eso implicaba para el espectáculo.
En el complemento se despertó Insúa y el Bicho creció. El volante tuvo una clara de derecha y hasta gambeteó en el área de Boca (tapó Sara), algo a contramano del partido. Sería otro veterano el que cambiaría las cosas. Tras recibir un pase de Cobo (quien entró por Ledesma), Bueno tuvo comodidad para definir en el área. Había tres jugadores de Boca que miraban. Uno a cero.
Los treinta minutos restantes se diluyeron en pelotazos sin sentido y arrebatos de los chicos de ambos lados. En el equipo de Guillermo los grandes no dieron la talla (Carrizo volvía de lesión, Palacios no tuvo mucha voluntad) y el poco rodaje del combinado armado para la ocasión, se notó. Argentinos sufrió un poco la expulsión de Freire a diez del final, pero nunca lo inquietaron realmente. Terminó con el puño apretado mientras relojeaba que ya no estaba en zona de descenso. Deberá seguir mejorando, ya que le costó y mucho superar a un grupo sin ganas. La visita espera la Copa Libertadores el jueves y ya empieza a despedir a algunos jugadores, que en el césped terminaron de sellar sus salidas.