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Red Internacional
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DIEGO GORGAL. Massa postula a un hombre de la DEA para ministro de Seguridad

Ruth Werner

Ruth Werner @RWlaruta99

Jueves 15 de octubre de 2015

Sergio Massa, desesperado en su competencia con Mauricio Macri por llegar al segundo puesto en las elecciones y así al ballotage, hace rato que se decidió a golpear duro en materia de “seguridad” y apela a la política que dicta la DEA y el Pentágono norteamericano para combatir el narcotráfico. A diario puede escucharse por TV cómo el candidato asegura estar dispuesto a movilizar a las Fuerzas Armadas a la frontera y a los barrios humildes, el lugar donde los “narcos infectan a los más jóvenes”. Nicolás del Caño, en uno de los momentos más ásperos del debate de los presidenciables, lo cruzó fuerte, diciéndole que los “narcos” no están en los barrios pobres sino en el “Nordelta”.

En La Izquierda Diario venimos dando cuenta lo que significaría “sacar al Ejército a la calle” en un país atravesado por el genocidio de 1976, donde miles de militares que participaron en Centros Clandestinos de Detención continúan impunes sin condena (y cientos aún se encuentran en funciones). En Argentina, además, la reconfiguración de las FF.AA, desde la caída de la dictadura a esta parte, ha significado su participación en las llamadas misiones de “paz” de la ONU, donde se desempeñan como verdaderas fuerzas de ocupación contra los pueblos bajo el mando de EE.UU. Puede verse su accionar en laMisión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), donde la empresa “humanitaria” de los "padres de la Patria" incluye la represión violenta y sistemática a las movilizaciones populares, persecución, encarcelamiento y asesinatos de dirigentes de la oposición, además de violación de mujeres y niños. Últimamente, las FF.AA también se han “destacado” por su papel en tareas de Inteligencia Interna como pudo verse bajo la tutela de César Milani, el partícipe del genocidio que fue puesto al frente del Ejército por Cristina Fernández.

El 11 de octubre, Sergio Bendixen, un asesor de Sergio Massa, debió darle la razón a Nicolás del Caño diciendo que "no hay dudas de que los jefes narco están en sitios como el Nordelta". Pese al reconocimiento el plan de Massa sigue en pie y hasta ha encontrado al hombre ideal para aplicarlo. Se llama Diego Gorgal y su currículum habla por sí solo. El hombre en cuestión es el elegido para la cartera de Seguridad.

Gorgal arrancó su carrera política de la mano del dirigente peronista Juan José Álvarez, un hombre que también es conocido por su prontuario. Álvarez estuvo a cargo de la Secretaría de Seguridad del gobierno de Duhalde en 2002 y fue quien calificó de “ejemplar” la actuación de las fuerzas de seguridad durante la masacre de Puente Pueyrredon cuando el asesinato de Maximiliano Kostequi y Darío Santillán. Nadie podía asombrarse de sus palabras. En 1981 el ministro de Interior de la dictadura, el genocida Albano Harguindeguy había calificado a “Juanjo” Álvarez como “Un excelente elemento que no defraudará la confianza”. Lo recomendaba para cumplir tareas en la SIDE. Si este es el maestro cómo será el alumno.

Gorgal que fuera asesor de Álvarez durante la presidencia de Duhalde también lo secundó al frente de la Secretaría de Seguridad porteña. Allí se dedicaron a cubrir el entramado corrupto entre los funcionarios de la Ciudad y los “empresarios de la noche” para evitar que recaiga en el jefe de Gobierno, en ese entonces el hoy kirchnerista Aníbal Ibarra, la responsabilidad por otra masacre, la que se llevó la vida de 194 jóvenes en Cromañón. Cuando Álvarez renunció el puesto fue para Gorgal.

De su elegido para la cartera de Seguridad, Sergio Massa dice orgulloso que "estuvo casi todo el último año preparándose no solamente en Estados Unidos revisando las políticas de la DEA, de la Policía de Nueva York y las agencias federales, estuvo trabajando en la frontera con México, siguiendo las cuestiones vinculadas a carteles". Es cierto, Gorgal estudió en la Universidad de Georgetown en Washington, acaba de llegar de EE.UU. es un politólogo vinculado a la DEA y suele dedicar elogios al combate contra el narcotráfico en México. Del Caño contraatacó estos días con su denuncia: "hay que tener en cuenta que ese planteo (el de llevar el Ejército a los barrios NdR) llevó a un desastre en México. Desde que el ex presidente (Felipe) Calderón involucró a las Fuerzas Armadas de su país, por consejo de la CIA y de la DEA, en la llamada ‘guerra contra el narco’ hubo, según cifras oficiales, 70.000 asesinatos y crecieron un 600% las violaciones a los derechos humanos realizadas por los militares, que fueron colonizados directamente por los narcos".

Sergio Massa está dispuesto a lo que sea con tal de ganar algún voto. Pero sus contrincantes Daniel Scioli o Mauricio Macri tampoco se quedan atrás en lo que hace a “movilizar” fuerzas represivas en los barrios humildes. Macri todavía es recordado por la última incursión de su Policía, la Metropolitana que en un operativo conjunto con Gendarmería nacional desalojó violentamente a las familias de la Villa Papa Francisco. Scioli no para de posar junto al y el reaccionario “sheriff” Alejandro Granados y Sergio Berni, el represor de obreros en la Panamericana. No hay que olvidar que el candidato presidencial que eligió el kirchnerismo también tiene entre sus aliados, nada menos que a Juan José Alvarez, el padrino de Gorgal, que hace unos meses se enojó con Massa y como ya es deporte nacional, se pasó a las filas del Frente para la Victoria.

El Frente de Izquierda denuncia que del narcotráfico no sólo participan bandas criminales organizadas y las fuerzas policiales y de Gendarmería, sino un amplio entramado de jueces, políticos y empresarios que son parte del negocio y del lavado dinero que de allí proviene. El resultado previsible de una mayor presencia de las FF.AA. o de seguridad en los barrios será el aumento del control social sobre la juventud y los pobres y una amenaza segura contra las libertades democráticas.