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Red Internacional
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Muertes Obreras. "Mi esposo planeaba viajar a Entre Ríos con mi hijo ese fin de semana y la justicia dice que fue a buscar su muerte"

El 5 de octubre del 2022 dentro la empresa Industrias Dalafer SA, la precarización laboral le arrebató la vida a Yonatan Godoy, un joven trabajador de 32 años. Luego de seis meses su familia denuncia que la Justicia no van tras los responsables, y que el Municipio de Quilmes gobernado por la intendenta Mayra Mendoza es cómplice al igual que la seccional de la UOM Quilmes, quienes no hicieron nada por Yonatan y el resto de los trabajadores que se encontraban trabajando en pésimas condiciones dentro del Parque Industrial de Quilmes, donde no hay siquiera una unidad de emergencias.

Sábado 8 de abril de 2023 22:22

Cristian LID: Estamos con Ayelén, la compañera de Yonatan Godoy, un trabajador de la empresa de Dalafer que falleció, o mejor dicho dejó la vida trabajando, producto de la precarización laboral.

Ayelén, contame un poquito que pasó ese día ¿cuándo fue y cómo te enteraste?

Ayelén: Esto pasó el 5 de octubre del 2022. Estaba en casa y me llega un mensaje por intermedio de un compañero, diciendo que hubo un accidente y que Yoni estaba herido. En ese momento entré en shock. Empecé a llamar a todo el mundo para que vengan a quedarse con las nenas. Y pedí que me lleven hasta la puerta del batallón, donde no me dejaban ingresar. (NdR. El ex Batallón 601 “Viejo Bueno” en la actualidad es el Parque Industrial de Quilmes). Me retenían, ahí estaba la hermana más chica de Yonatan, acompañándome, y nos mandamos. Nos agarró la policía que no nos dejaba entrar. Nos mandamos igual, llegamos a la puerta de la fábrica y el portón estaba entreabierto. Cuando vamos entrando vemos a todos los compañeros de Yonatan, todos llorando con caras tristes y ahí ya me imaginé lo peor. Entramos a la fábrica, llegué al lugar donde estaba Yoni y había unas camionetas cruzadas, la del SAME y otra del municipio. Y bueno, ahí me agarraron entre todos, no sé, le pegue a una chica también porque tenía impotencia de que no me dejaran llegar a él. Las chicas de Recursos Humanos de Dalafer me dieron la noticia, porque ningún otro salió a dar la cara. Les pregunté dónde estaba mi esposo y me dijo que había perdido la vida. En ese momento entré en shock, no me acuerdo mucho después. Luego ya estaba afuera porque nos sacaron a todos, quedó la gente de Dalafer adentro nomás. Y bueno, después llegó el sindicato a hacer no sé qué, por qué no hicieron nada. Estuvimos desde las 11:45 hs del mediodía hasta las 18:00 hs de la tarde, cuando se llevaron a mi esposo, esperando a que la empresa salga y que me de una respuesta. Mientras estábamos ahí empezó a caer el municipio con seguridad e higiene y yo empecé a los gritos de que claro, ahora venían a hacer inspecciones cuando las inspecciones se tenían que hacer antes. Nadie me daba respuesta de qué era lo que tenía Yonatan, solamente lo que me contaron los compañeros. A Yonatan le dieron un caño que contenía un gas explosivo, que al trabajar sobre él con amoladora recalienta. Todo esto averiguamos por nuestra parte, porque la empresa nunca nos dijo que era lo que le dieron a Jonathan. Es más, el caño no está secuestrado, tampoco la masa y el cortafierro con el que él estaba trabajando. Le dieron con amoladoras, y al llegar él después del desayuno, con el primer mazazo que le dio, explotó. La explosión expulsó a Yonatan a 30 metros, lo atajaron unos bolsones de metal partiendo su cuerpo al medio y quedó con todas sus vísceras al aire. Falleció en el momento, sus compañeros trataron de socorrerlo, querían sacarse cintos para unir su cuerpo. Ya no podían hacer nada. Porque ya había perdido la vida. El caño que él estaba trabajando voló a 30 metros en dirección contraria, rompiendo todo un portón de chapa. Es al día de hoy que todavía no obtuvimos respuesta de la justicia, van a ser 6 meses. La fiscal nos desestimó dos veces la causa. Dicen que el único culpable fue Yonatan por manipular mal una masa y un cortafierros. Sabemos que hay culpables, porque quien le dio el caño no pasó ninguna inspección de seguridad e higiene; encargados, jefe de planta y dueños. Estamos tratando de movernos por todos lados porque esto fue un asesinato laboral.

Ese día nadie nos dio una explicación y al parque industrial llegó toda la familia porque se filtraron fotos del cuerpo de mi esposo y empezó a correr en las redes. Los papás de Yonatan viven en Entre Ríos y por las redes se enteraron de la noticia de que su único hijo varón había perdido la vida. Ese día sacaron a los obreros pero el resto se quedó adentro y yo quería que salieran todos para que nadie tocara la escena porque los peritos tardaron como cinco horas en venir. Estaba ahí el sindicato y en ese momento de impotencia imaginate que la familia quería romper todo. Yo estaba tratando de que nos calmemos porque no íbamos a ganar nada más que ir todos detenidos. Mi mamá entonces le va hablar al Secretario Gral. de la UOM, Adrián Perez, que quería figurar nomás porque no hicieron nada, y le dijo que me hagan pasar para hablar con la gente de Dalafer porque estaba llegando la gente y había mucha bronca. Les dijo que le iban a prender fuego todo y que no los iba a poder parar. Ellos entraron y a los 15 minutos me atendieron. Llego a una oficina con mi mamá porque sus papás estaban todavía en Entre Ríos y sus hermana todavía estaba afuera con la gente. Adentro había tres personas, a las cuáles les pregunté quienes eran; uno me dijo que es el presidente de la empresa, otro me dijo que es el gerente general y a otro le digo “¿y vos quién sos?” y me dijo “yo soy el encargado general”. “¿Y el dueño dónde está?” les digo y me responden que no estaba. “No me digan que no está -les dije- porque yo llegué a los 15 minutos de qué pasó todo y de acá no salió nadie”. Y ahí el dueño, que estaba camuflado entre ellos, me dijo “¿Vos querés saber la verdad? Yo soy el dueño” y le dije que entonces porque mierda no me había atendido cuando llegué y pasó todo y me contestó que yo no sabía el dolor que él sentía. Yo le respondí que él no tenía dolor, tenía cargo de consciencia. “¿Sabés por qué? Porque el que está tirado ahí, tapado con una bolsa, es mi marido, y yo tengo que volver a mi casa a decirle a mis tres hijos que su papá no va a volver más. A vos no te importa nada, sólo llenarte los bolsillos”.

“Sí ustedes hubieran hecho las cosas bien mi marido no estaría tirado acá”. Me levanté y me fui, porque no me podían decir nada. Cuando les pregunté dónde había venido el caño no sabían decirme. Una semana antes de lo que Yonatan en Santa Rita también explotó algo pero por suerte no le pasó nada al chico. Y un año antes estaba trabajando un chico con un pulmón de camión y le explotó en la cara. Tuvieron que ponerle una placa de titanium. Es más, a él lo despiden una semana antes de la muerte de Yonatan, porque había estado por ART por un año. ´Él quedó con secuelas, pérdida de visión y parálisis, entonces pidió que lo reintegren en un puesto donde pudiera trabajar. Cuando él se accidentó estuvo 2 horas esperando la ambulancia, mientras se desangraba, porque en el parque industrial no hay un solo puesto de emergencias. A mí me dijeron que sí, pero no hay nada. La ambulancia de Yonatan tardó media hora. Hay 130 fábricas y no hay puestos sanitarios.

Hace 4 años en ese mismo parque murió un chico de 29 años que cayó de 12 metros, su familia, que es vecina de nuestro barrio, aún se acerca a pedir ayuda porque le cerraron la causa a favor de la empresa. Trabajaba en negro. Había testigos, no tenía arnés.

Cristián LID: ¿Conocen a los dueños de Dalafer, saben hace cuánto iniciaron actividades?

Ayelén: Son 3 hermanos. Daniel, Laura y Fernando Messina. Se que tienen 3 fábricas, realmente no sé hace cuánto. Una está en Pasco y Santa Rita, la otra está en Dardo Rocha y Montevideo. Después tienen un depósito en Wilde, Avellaneda y dentro del batallón. En esta fábrica -ésta que creo que está hace un par de años- Yonatan trabajó 6 meses para la agencia Gestión Laboral, que es para los contratados, y hacía 22 días que estaba efectivo. O sea que experiencia no tenía. Tampoco lo capacitaban. Les hacían firmar solamente un papel en seguridad e higiene, donde tenían que darle las gafas, el casco y los guantes. El Municipio dice que había inspecciones, pero cuando la empresa se enteraba , dos días antes, les hacían a los chicos limpiar lo que sea, lo que sabían que estaba mal y era ilegal, lo que no se podía trabajar. A Yonatan le dieron este caño a trabajar porque supuestamente era chatarra. Nosotros tenemos 8 testigos, 12 de los muchachos que trabajaban con Yonatan en el mismo sector pidieron carpeta psicológica cuando fue el accidente de mi esposo, porque al verlo en esa situación quedaron muy mal. Los doce compañeros fueron despedidos por pedir carpeta psicológica. Algunos le dijeron que desistieron de su tarea laboral, a otros le pusieron reestructuración de personal, o sea que los 12 muchachos fueron despedidos. Ocho de ellos son testigos nuestros y la Fiscalía todavía no me llamó a declarar a mí, que soy la primera damnificada y querellante en la causa. Estamos esperando a que empiecen a trabajar.

Sin mentirte, esto fue el 5 de octubre, el 28 de octubre mis abogados -porque son dos- mandaron un escrito. Cuando yo fui al juzgado a insistir, había desaparecido, no estaba en el sistema ni en el expediente. Entonces llamé al abogado para preguntarle y el abogado me manda el escrito que ya había presentado, se lo comunico a la chica del juzgado y no estaba.

Desde el día uno hubo un mal proceder; la causa, para ir de la comisaría a la fiscalía, tardó 22 días, no sé porqué. ¿Sabés por qué finalmente llegó la causa a la fiscalía? Porque fui a la comisaría y les hice un quilombo, porque lamentablemente tenés que hacer eso en Argentina, moverte vos, porque sino es todo muy lento.

Cristián LID: ¿Y el sindicato te dio alguna respuesta más?

Ayelén: La UOM ese día quería que me quede tranquila porque iban a arreglar para que la empresa me pagara el sueldo de Yonatan por un año. Me ofrecieron psicólogos para mí y mis hijos, para la familia de Yonatan. Yo les dije que lo que menos me interesaba era la plata. Pero a la semana se borraron, hasta los delegados.

A los dos meses me llama uno porque yo les escribí porque quería saber que estaban haciendo por las condiciones de los pibes que aún estaban trabajando. Me dijeron que ellos querían que yo supiera que pusieron un megáfono para avisar cuando hay un accidente. La UOM me dijo que estaban haciendo un plan de trabajo para que todo lo que ingrese estuviera inventariado. Un desastre, una cargada. Luego un delegado me dijo que el problema era que yo difundía lo había pasado con Yonatan y la UOM lo sabía. Entonces le dije que sí, y que yo no le tenía miedo a la UOM.

Cristián LID: ¿O sea que el delegado te quería amedrentar, metiéndote miedo, diciendo que el sindicato sabía lo que vos hacías y que por eso no te iba a acompañar?

Ayelen: Sí, totalmente. La UOM hizo una entrevista en una radio donde de lo único que hablaban era de plata. Yo tuve una reunión con ellos a los 15 días de lo de Yonatan. Así que fui, ya que tanto querían una reunión conmigo, y yo sabía lo que me iba a encontrar. Me empezaron a hablar de lo económico, del seguro de vida,de abogados, y en un momento le digo a Adrián Perez, Secretario Gral. de la UOM : “¿Te puedo hacer una pregunta?” y me responde: “Sí Ayelén ¿qué necesitas?”, “¿¡Qué mierda están haciendo por los pibes de Dalafer!?” le dije. Me contestó con una negativa, y ahí le dije ya sabía que iban a venir a hablar de plata. A mí no me interesa la plata, la vida de mi esposo no tiene precio. “A Yonatan le arrebataron la vida”, les dije.

Ellos me decían que me querían ofrecer abogados y yo les dije que ya tenía abogados y que no me casaba con nadie y me fui. Al día de hoy no hay respuestas.

El juzgado tiene todo trabado, está todo en la UFIJ nº 9 con la Dra. Claudia Vara, que nos desestimó dos veces la causa porque dice que el único culpable por manipular mal una masa y un cortafierros es mi marido.
Le echan la culpa a él. Mi esposo planeaba viajar a Entre Ríos con mi hijo ese fin de semana y la justicia dice que fue a buscar su muerte. Estaba lleno de proyectos.

Cristián LID: Alejandra, usted que es la mamá de Yoni, ¿Quiere contarnos un poco como era en vida?

Alejandra: Mi hijo era una excelente persona, desde chiquito. Amigos siempre tuvo miles, le gustaba pescar, estar con su familia. Por eso sé que es mentira que él fue a buscar su muerte. No sólo con nosotros, en cada esquina que paro a hablar con alguien me dicen que era bueno, excelente persona, solidario, respetuoso. Él se crió en esta esquina, en este barrio, por eso le hicimos este mural. Como mamá me cuesta horrores creer que ya no tengo a mi hijo. Yo quiero creer en la justicia, pero me cuesta un montón por lo que hacen, por lo que dicen. Porque me cuesta creer lo dicen porque él tenía todo por delante, con sus esposa, sus hijos, sus hermanas, porque él amaba a sus hermanas, a su papá y a su mamá. Mi hijo era una excelente persona. La sonrisa de él es lo que impacta en esta esquina. Él era así.

Ayelén: ¿Sabés qué? Acá decimos que se toparon con la familia equivocada, porque en la Argentina hay 100 asesinatos laborales por día, pero a las familias las agotan, les cierran las causas. Pero nosotros no vamos a parar. Vamos a hacer lo que sea para hacer justicia. Desde los 17 años estamos juntos y me lo arrebataron de un momento para el otro. Tenía 32 años y toda una vida por delante, su muerte fue injusta. Sus hijos están mal, a veces no sabemos qué respuesta dar ante las preguntas que nos hacen. Se van a criar sin su papá y vamos a cargar con esto toda la vida. Ellos, los empresarios de Dalafer, son los responsables porque no aseguran las medidas de seguridad. ¿La explosión lo partió al medio, entendés? No le sacó un brazo, a mí esposo me lo entregan en bolsas e intentaron unir su cuerpo con cintas. ¿Vos sabés lo que era eso? Que mi hija vea a su padre en un cajón con el rostro lastimado, como estaba. ¿Y me vienen a decir que la culpa fue de él? Estaba contento porque viajaba a ver a su familia.

Alejandra: Mi marido había ido de pesca para tener el freezer lleno para la visita. A las siete de la mañana le escribió y le dijo “¿Y pá, cómo va la pesca?”, a las 11 am vino mi esposo y me dijo que él le contestó pero no le respondió más. Me dijo “fijate que seguro ahora me va a contestar”. A las dos o tres de la tarde veo la noticia. Empecé a llamar y nadie respondía. Cuando me enteré se me cayó el alma al piso y ya no se me levantó más.
Desde Julio no lo ví, y ahora lo vengo acá a ver en un cajón. Yo quiero justicia.