El exasesor de Seguridad Nacional de Trump se declaró culpable este viernes de haber mentido al FBI sobre las conversaciones secretas que mantuvo con Rusia. Trump complicado.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Viernes 1ro de diciembre de 2017 14:44
Michael Flynn, exasesor de seguridad nacional del presidente de EEUU Donald Trump, se declaró este viernes culpable de haber mentido al FBI sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, hechos por los que podría ser condenado a cinco años de cárcel.
La declaración de Flynn complica directamente a Trump por los lazos que el entorno del magnate mantuvo con Rusia durante la campaña electoral del año pasado.
En una audiencia que tuvo lugar en la corte del Distrito de Columbia, Flynn se declaró culpable de haber mentido sobre sus contactos con el embajador ruso en EEUU, Serguéi Kisyliak, y se comprometió a colaborar con el fiscal especial de la investigación rusa, Robert Mueller, lo que podría desembocar en más imputaciones.
Los acontecimientos por los que se lo acusó a Flynn ocurrieron en diciembre del año pasado, es decir cuando aún era presidente Barack Obama, y fue parte de una serie de contactos que el gabinete de transición de Trump preparaba para desembarcar en la Casa Blanca. Si bien los gabinetes de transición son comunes en el período de cambio de mandato, es ilegal que comiencen a tratar temas como si ya estuvieran en funciones.
Flynn, podría testificar que fue el propio Trump quién le ordenó contactar a los rusos cuando era candidato, según reportó este viernes la cadena de televisión ABC News.
Flynn no solamente actuó de esa manera sino que lo hizo con el representante de una potencia extranjera, Rusia, que había sido sancionada por Obama por su injerencia en la campaña electoral del Partido Demócrata al haber filtrado documentos que mostraban cómo el comité de ese partido operaba abiertamente a favor de la precandidata Hillary Clinton contra el precandidato demócrata Bernie Sanders.
En las charlas que tuvo con el embajador ruso, Flynn le habría sugerido que la administración de Trump podría eliminar esas sanciones impuestas por Obama. Sin embargo Flynn mintió sobre el carácter de esas conversaciones, primero al vicepresidente Mike Pence y luego a la justicia y el FBI que lo interrogaron sobre el tema. El escándalo fue tal que Trump tuvo que despedir a Flynn a mediados de febrero, cuando no había cumplido siquiera un mes en su cargo.
Pero Trump hizo algo más. En los días posteriores a ese episodio, habló con el entonces director del FBI James Comey y le sugirió que no le de importancia al episodio de Flynn, es decir que se disponía a entorpecer la investigación sobre la trama Rusa. Esta conversación se hizo conocida tres meses más tarde y terminó con la renuncia forzada de Comey a su cargo como director del FBI.
Ahora Flynn asegura que alguien dentro del gabinete de transición le había indicado que tenga un contacto con el embajador Ruso para hablar sobre las sanciones, y también dijo que está dispuesto a colaborar en la investigación. Según la cadena ABC News habría sido el propio Trump quién le ordenó contactar a los rusos.
No es difícil concluir que el cerco de la Trama Rusa sobre la Casa Blanca se estrecha cada vez más y que puede complicar directamente a Trump, quién desde el principio buscó de una y otra forma entorpecer la investigación o que se cierre indefinidamente.
La declaración de Flynn, cuya dimisión fue el primer revés de magnitud para el gobierno de Trump, puede convertirse hoy en una grave complicación para una administración que ha venido multiplicando sus problemas domésticos.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario