Estudio realizado por la Defensoria Penal Pública, revela la falsedad detrás del mito acerca de que la migración es sinónimo de delincuencia.
Domingo 20 de septiembre de 2020
Durante años, ser migrante a significado cargar con la constante estigmatización de aquellos que se encuentran convencidos de los prejuicios injustificados que expresan sectores de ultraderecha como la constante relación entre migración y delincuencia, pero nada más alejado de la realidad, ya que a partir de datos facilitados por la Defensoría Penal Pública (DPP) para causas cerradas entre los años 2006 y 2018, los investigadores del Centro de Estudios Públicos llegan a la conclusión de que “los datos para Chile son contrarios a la creencia, extensamente compartida, de que los inmigrantes elevarían los índices de criminalidad: los extranjeros participan poco en delitos y, más aún, su participación relativa ha venido cayendo en los últimos años”.
Este dato, viene a representar una pizca de claridad al injustificado pensamiento de que la migración es precisamente delincuencia o en otros casos, la pérdida del empleo. La migración se da precisamente bajo una lógica de sobrevivencia a la cual nos arrastra el sistema capitalista a todos las y los trabajadores, independiente de su nacionalidad, ya que debido a las precarización a la cual nos vemos expuestos y en algunos casos llegando a niveles en los cuales difícilmente las personas pueden sobrevivir, nos vemos forzados a trasladarnos en búsqueda de mejores oportunidades hacia otros lugares del mundo, sin embargo teniendo en cuenta que las fronteras son en esencia el legado dejado por las lógicas imperialistas, y sin ir más lejos y de forma más concreta, se ven representadas en la relación migración y delincuencia como forma de estigmatización a los extranjeros para justificar la violencia, represión, precarización y violación a los derechos humanos.
En gran medida estos prejuicios vienen relacionados al narcotráfico o el tema de “drogas”, a lo cual Loreto Cox, señala que podría tratarse de un tema no necesariamente asociado a la migración. “Perfectamente pueden ser extranjeros que están de paso y que en realidad no son propiamente inmigrantes y eso, la verdad, es que no tenemos cómo identificarlo en la base de datos y la DPP no pudo entregarnos más información al respecto”.
Por lo que esta investigación viene a echar abajo aquel mito de migración y delincuencia del cual tanto se jactan para justificar la xenofobia en contra de los millones de trabajadores extranjeros que vienen a buscar una oportunidad para paliar la serie de problemas a los cuales los enfrenta el sistema.
En este marco, queda en evidencia que frente a las crisis humanitarias, provocadas como el hambre, la guerra, una pandemia o distintas miserias a las que son expuestos los pueblos en distintas partes del mundo, es el capitalismo y sus leyes quien regula la política migratoria. Donde debería primar la libre circulación, disolviéndose las fronteras nacionales, y promover la solidaridad entre la clase obrera internacional. Ningún humano es ilegal, las fronteras las imponen los patrones.