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Red Internacional
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Educación. Movilizaciones estudiantiles contra la violencia de género: Necesidad de una educación no sexista y la organización de las comunidades educativas

La demanda por una educación no sexista es una de las demandas más sentidas en docentes y estudiantes y que ha levantado con fuerza el movimiento de mujeres, diversidad y disidencias sexuales. El caso de los estudiantes del Liceo Lastarria remarca la importancia de una Educación Sexual Integral.

Sábado 12 de marzo de 2022

El pasado jueves 10 de marzo, cientos de jóvenes de distintos liceos de mujeres llegaron hasta el Liceo José Victorino Lastarria para denunciar la divulgación de fotografías íntimas de menores, sin su consentimiento, además de denunciar amenazas en su contra, en donde un grupo de estudiantes conversaban sobre realizar una violación “en manada”.

Este hecho evidencia la presencia cotidiana de la violencia que viven mujeres y la diversidad sexual, y reabre la discusión en torno a la urgencia de una política de Educación Sexual Integral para que sea parte del currículo escolar obligatorio, configurada desde el ámbito de Educación No sexista, que permita reformular prácticas y protocolos con respecto a las relaciones sanas entre integrantes de las comunidades educativas.

Falta de políticas y protocolos

En entrevista con Chv, Amapola Alchao declaró: Mis compañeras de los otros liceos avisaron a Convivencia Escolar de Lastarria, pero no hicieron nada, por eso querían tomar cartas por su propia cuenta. La directora de nuestro liceo está haciendo la denuncia en Fiscalía y tomando las medidas correspondientes. Los psicólogos del colegio le prestarán ayuda a las víctimas“, señaló.

“Criticamos la imagen misógina del Liceo Lastarria. Realmente creemos que tiene que parar esto ya. En el siglo 21 no podes aguantar una educación con cero perspectiva de género. Criticamos a la institución entera que es demasiado patriarcal. Lastimosamente tienen que pasar estas cosas para que se puedan dar cuenta de lo que está pasando y cómo afecta a las menores de edad”

Lo anterior da cuenta de la inexistencia de protocolos que dieran respuesta a las amenazas machistas que sufrían las jóvenes, razón por la cual respondieron con movilización para ser escuchadas. Esto produjo la reacción de distintas figuras públicas, entre las que se incluye a la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei quien declaró que el caso pasaría al ministerio público, buscando sancionar y hacer vista gorda a la inexistencia (o falta) de políticas de educación sexual, ni tampoco protocolos que enfrenten a este tipo de conductas gracias a que su sector político se han opuesto tajantemente al derecho a una Educación Sexual Integral y busca eliminar así cualquier responsabilidad en sus cargos que se supone que deben dirigir políticas públicas que apunten a estas problemáticas para, en vez de esto, colgarse del hecho para lanzar nuevas políticas represivas. Esto sólo habla de la hipocresía de la edil y la derecha.

Por su parte, el nuevo ministro de educación, Marco Antonio Ávila anunció que se trabajará en protocolos que aborden el acoso y el abuso sexual en las escuelas. Asimismo, Camila Vallejos señaló el pasado 8M que crearían una oficina del Ministerio de la Mujer. Sin embargo, esto es totalmente insuficiente, considerando que en todo este tiempo de discusión sobre la Ley de Educación Sexual fue rechazada en numerosas ocasiones, sin tener una contrapresión organizada que planteen la conquista de esto.

Necesidad de un sistema unificado de educación pública, democrática y no sexista

Para que la educación pueda responder a lo anterior, resulta vital ahondar en la necesidad del financiamiento integral. Sin este elemento, cualquier política que se promueva será un papel mojado o la crónica de una política educativa esteril anunciada. En conjunto con una política de financiamiento integral, en donde el Estado sea el garante y responsable de que se cuente con todos los recursos necesarios, es importante contar con profesionales y capacitaciones ad hoc a la realidad y necesidades contemporáneas.

Desde la Agrupación de Trabajadoras y Trabajadores de Educación, Nuestra Clase, recalcamos la importancia de un sistema unitario de educación pública, de responsabilidad estatal y que sea administrado por quienes trabajan en la educación, en conjunto con estudiantes y las comunidades, y que sea desde estos espacios en donde se decida el currículo. En este sentido, la democratización de los liceos, con presencia multi-estamental que discuta políticas de género con comisiones independientes triestamentales en conjunto con psicopedagogas, psicólogas y no limitar esto a la direcciones de los establecimientos que se coordinan únicamente con municipios entre los cuales se encuentran administrados por políticos que se oponen a políticas de sexualidad e invisibiliza las reflexiones y toma de decisiones por parte de la comunidad educativa.

A recuperar los espacios de organización

En ese sentido, es vital que se levanten espacios de organización entre profesores y también de estudiantes de liceos, y que, en conjunto, puedan liderar un plan de lucha por la conquista de estas demandas.

El Colegio de Profesoras y Profesores debe dejar su pasividad y convocar a asambleas de base en las que se discuta tanto la falta de una educación no sexista, poniéndo en el centro los últimos acontecimientos, como también el problema del financiamiento que se requiere para poder llevarla adelante.El retorno a la presencialidad ha dejado una vez más en evidencia que salas de 45 estudiantes por sala y la explotación de la jornada laboral debe ser superado. Que retome su rol por la conquista de una educación integral y de calidad, y democrática, que aborde el problema de la falta de protocolos hacia los contagios, que convoque a las comunidades educativas a hacerse parte de la discusión.