El viernes 31 de julio en el interior de un colectivo se dio un hecho de abuso sexual que tuvo como protagonista a un oficial de la Policía de la provincia de Jujuy, a esta denuncia se sumaron otras de casos similares por parte de un uniformado que datan de hasta el 2017.
Jueves 6 de agosto de 2020 11:08
El pasado viernes 31 de julio una mujer denunció a un oficial de la Policía Provincial por haberla "manoseado" cuando viajaba a bordo de un colectivo de transporte público de pasajeros de la capital jujeña.
"Al salir de mi trabajo tomé un colectivo, en el trayecto noté un policía que estaba sentado adelante. Casi de inmediato el hombre se cambió de lugar, cruzó para mí lado y me pidió permiso para sentarse al lado mío. En ese momento no le di importancia y me puse los auriculares para escuchar música", relató la mujer agredida a La Izquierda Diario. "Yo pensé que lo que sentía en mis piernas era la campera, pero sentía cada vez más claramente que tenía algo, y levanté mis cosas y vi sus manos en mi entrepierna. Lo denuncié con el chófer y los pasajeros, el chofer paró y cerró las puertas, el policía intentó tirarse por una ventanilla; los pasajeros me ayudaron a retenerlo".
Con la ayuda de pasajeros llamaron a la Policía que nunca llegó, una mujer que se identificó como oficial de infantería realizó el "procedimiento" y lo detuvo. "Todo el tiempo le hablaba como si él fuera la víctima, y a mí me trataba como si hubiera sido yo la que hizo algo mal" relató a nuestro medio. Fue, de nuevo, con la ayuda de los pasajeros que tuvieron que parar un patrullero que rondaba la zona para que lo trasladen a una comisaría. Como si este entramado de hechos no fuera suficiente para probar el entramado de complicidad entre miembros de la fuerza, la mujer también denunció que tras finalmente lograr que detuvieran al acusado, al hombre nunca lo esposaron y "ella lo subió a él adelante, y a mí me subió atrás" dijo en referencia a que a ella le tocó estar en los asientos usados para trasladar a los detenidos. "Al conductor del móvil le dijo que no sabía nada, pero que nos acerque a una dependencia cercana". El desenlace no los sorprenderá: a tan sólo unas cuadras a la altura de un semáforo, el policía “detenido” abrió la puerta y salió corriendo". Un accionar deliberado que además contrasta brutalmente con el tratamiento que desde esta fuerza le dan a quienes rompen la cuarentena: atosigamiento y tortura a trabajadores precarios o a personas que se dirigen a comprar, a las que además no les validan los permisos. Después de esos sucesos ella realizó la denuncia en la seccional 6.
En contacto con La Izquierda Diario, la madre de otra víctima (una joven menor de edad), denuncia que este no sería el único caso de abuso que involucra al oficial. Al abusador de uniforme se lo reconoció por fotografías y videos en redes sociales, a partir de lo cual diferentes niñas, jóvenes y mujeres que fueron víctimas de situaciones similares tomaron contacto entre ellas. Las madres, las jóvenes y la mujer que lograron identificarlo son varias. Algunas de ellas ratificaron su denuncia, pero es una pelea que se sostiene ya que la Fiscalía no les comunican cómo sigue la investigación.
"Para mí lo están tapando, yo me dirigí el lunes a la sexta porque ahí estaba mi denuncia; de ahí me mandaron a la 32", después de muchas vueltas me derivaron a hablar con el Inspector Escobar, no pude encontrarlo. Hoy me informaron que el inspector y el oficial que llevan mi causa están en cuarentena."
Antecedentes de impunidad policial
El 29 de junio de 2019 la prensa informaba sobre la detención de un cabo de la policía de Jujuy por “abuso sexual simple”. El fiscal Alejandro Bossati, del juzgado de Violencia Familiar, de Género y de Delitos Contra la Integridad Sexual, fue quien informó de este hecho.
En ese momento se informaba que un hombre de 30 años identificado como G.F. Montero, “operaba” en Alto Comedero. Los hechos denunciados siempre tenían como escenario en micros de líneas urbanas que circulaban entre Palpalá o la zona sur de la ciudad capital y la zona céntrica.
Ya en 2019 había alrededor de 8 denuncias formales en los que se constataba situaciones similares, muchas de ellas contra niñas y jóvenes menores de edad, la más antigua databa del año 2017. Ana, madre de una de las jóvenes que denunció la situación señalaba que su hija viajaba desde la ciudad siderúrgica hacia San Salvador de Jujuy, para concurrir a la escuela en la que cursa el secundario, cuando un policía se ubicó de pie al lado de su asiento y tocó sus senos. Todos los relatos de las denuncias son similares: un policía con una campera en la mano que aprovecha cada oportunidad para agredir a niñas, adolescentes y mujeres jóvenes.
Además de los hechos, las mujeres denuncian que luego de la detención en junio de 2019 no se les dio más información sobre el caso. Supieron luego que este agente no sólo fue liberado, sino que continúa en funciones y la única medida fue transferirlo de una seccional a otra.
Desde la Izquierda Diario repudiamos el hecho de que el cabo, imputado por abuso sexual, siga en funciones impunemente mientras las jóvenes y sus familias no tienen respuestas sobre los agravios sufridos. Es el Estado el responsable, gasta millones en operativos represivos y persecutorios sobre los sectores populares, pero permite que la Justicia dilate y sostenga así la impunidad de sus agentes. Mientras, las mujeres seguimos sin tener respuesta ante las demandas más urgentes como más presupuesto para combatir la violencia machista.