Se ha determinado para ayer la reapertura del comercio, lo que ha puesto al Gobierno en la mira desde todos los sectores. Sin consultar a nadie y contra toda medida de prevención, Piñera ha dispuesto que este lunes 20 de Abril, miles de trabajadores y trabajadoras vuelvan a sus puestos laborales.
Martes 21 de abril de 2020
Es necesario mencionar que de las mujeres que trabajan, el 25% (uno de los mayores porcentajes) lo hace en el sector del comercio y retail, y que de este mismo sector, la presencia femenina abarca más de la mitad de los puestos de trabajo.
Es importante también mencionar a los trabajadores del subcontrato, grupo también compuesto en su mayoría por mujeres y donde se emplea a bastantes adultos mayores, pues hace más de un mes este sector viene denunciando que no cuenta con los insumos mínimos necesarios para su protección y aun así han sido forzados a trabajar (generalmente comprenden puestos de limpieza, reponedoras, promotoras, mercaderistas y otros), lo que demuestra la nula protección a la salud de las trabajadoras ni de sus familias, preocupante además, cuando en Chile tenemos casi 30 veces más cantidad de despedidos que de contagiados en medio de una pandemia mundial.
Además, son los empleados que vuelven a trabajar los que representarían en potencia un mayor riesgo de contagio, y en Chile, donde 80% de la población del país está afiliada a Fonasa, más de la mitad de las afiliaciones son mujeres (63%), potenciando así la incertidumbre de la familia trabajadora, pues mientras nos llaman a la calma y el autocuidado, sabemos que pronto estaremos frente al peak de esta pandemia, y vemos el riesgo que significa el colapso del sistema público de salud cada invierno, y ante el contexto de alza de la demanda en este sector, muchos se han visto obligados a recurrir al sistema privado, que además de cobrar el costo del examen, cobra la atención de urgencias y la asistencia médica. Eso mientras tanto empresas como Cencosud tiene a 15 mil trabajadores en “congelamiento”, por lo que sólo pagan cotizaciones previsionales y de salud, pero ninguno de esos ellos recibe sueldo.
Por si fuera poco, debemos agregar el hecho de que las mujeres son víctimas de una doble explotación laboral, pues mientras el gobierno las llama a volver a sus puestos de trabajo, no soluciona por otro lado, el hecho de que decidió adelantar las vacaciones de invierno, ni de que las clases están suspendidas hasta nuevo aviso, dejando una vez más la responsabilidad del cuidado los niños sobre los hombros de la mujer, pero al mismo tiempo impidiéndole que este cuidado sea real.
De ahí la necesidad de velar por la organización de los trabajadores y trabajadoras más precarizados, para luchar por la paralización de los sectores no esenciales en primera instancia, exigiendo a nuestras organizaciones sindicales y gremiales (como la CUT o la ANEF, quienes han preferido las vías del diálogo con el gobierno y las protecciones legales antes que la organización real de sus afiliados) que hagan un llamado a paro efectivo, y así podamos discutir otras exigencias de primera línea, como licencias laborales masivas en el contexto de pandemia, y el pago del 100% del sueldo de todos los trabajadores y trabajadoras, independientemente de su forma de contrato.