Ayer se conocieron declaraciones del diputado a medios de comunicación donde compara la prohibición de fumar en lugares públicos con el acoso callejero.
Miércoles 5 de abril de 2017
Según el legislador, contravencionar el acoso callejero es proteger legalmente a las mujeres, por lo cual en diciembre pasado junto a otras diputadas del Bloque Frente y la Participación Neuquina-UNE , presentaron un proyecto de ley que tratará en los próximos días en la Legislatura Neuquina. En los fundamentos del Proyecto, se argumenta que para visibilizar la “problemática de género” y erradicar la violencia que sufrimos cotidianamente las mujeres es necesario más control social sobre la ciudadanía, a partir de multas, prisión y regularización de la justicia. Hasta acá nada nuevo, porque el proyecto tiene como antecedente una Ley sancionada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Anticipando los argumentos que esgrimirá para conseguir la aprobación del proyecto, ayer se conocieron a través de varios medios de comunicación locales las declaraciones del legislador, donde planteó su preocupación con respecto a los “piropos” en las calles, denunciando que esta práctica es parte de la violencia que sufrimos las mujeres y que “el espíritu de la legislación es modificar una conducta social, tal como ocurrió con la prohibición de fumar en lugares públicos. En ese caso, no se dieron denuncias pero los fumadores cambiaron su comportamiento y comenzaron a fumar afuera porque sus mismos pares les recordaban la prohibición. Se puede dar una evolución cultural sin inspecciones”.
Lamentablemente los gritos y chiflidos son moneda corriente en la vía pública.Pero de ahí a comparar la conducta social de fumar y el acoso callejero, que a veces no solo queda en una frase machista si no que avanza al seguimiento de cuadras y cuadras, es poco acertado. Son declaracion espara nada felices sobre un tema tan delicado y que se ha hecho visible gracias a la denuncia que venimos haciendo miles y miles de mujeres en todo el país, cuando ganamos las calles en las movilizaciones del #NiUnaMenos, el #ParoInternacionalDeMujeres del 8M y el hartazgo que manifestamos cada vez que vemos o sufrimos violencia.
Quizá para el legislador acosar sea una contravención más, susceptible de una pena o de dinero, porque parte de la premisa que castigando una conducta se logra corregir un problema. Pero ¿no es un tanto utópico frente a un Estado que reproduce y sostiene la violencia hacia a las mujeres, que recorta el presupuesto a los programas de asistencia? Tanto el Gobierno municipal de Neuquén que responde a los lineamientos de Cambiemos, como el gobierno del MPN, no han tenido ninguna política para paliar la grave situación que estamos sufriendo las mujeres. La escalofriante estadística, de que cada 18 horas asesinan a una mujer en Argentina, expresa que el problema es mucho más profundo y estructural.
Y además ¿qué autoridad será la que aplique las sanciones? ¿Las fuerzas de “seguridad” que matan a los pibes y las pibas en los barrios con el gatillo fácil y que están involucradas en las redes de trata y prostitución junto con jueces y funcionarios políticos?
A nuestro entender aumentar las sanciones y las penas no traerá soluciones mágicas. Diferentes estadísticas demuestran que incrementar la penalidad de los delitos no hace que estos desaparezcan. Es a través de políticas públicas que destinen los fondos necesarios y presupuestos acordes para brindar atención especializada a las mujeres víctimas de violencia, para la creación de equipos interdisciplinarios, para la construcción de refugios, para la creación de un régimen de asistencia económica, entre otras medidas lo que permitirá abordar integralmente el flagelo de la violencia contra las mujeres.