El 10 de septiembre la Suprema Corte declaró inconstitucional la penalización del aborto. Aunque es una importante conquista de las mujeres que por años hemos tomado las calles por el derecho a decidir, es insuficiente para que el derecho al aborto deje de ser un privilegio de clase.
Miércoles 22 de septiembre de 2021
Despenalizar es fundamental para que las mujeres que deciden abortar o abortan de manera espontánea, no sean criminalizadas y condenadas a prisión. Sin embargo, no alcanza para garantizar que todas las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos.
el aborto en las primeras semanas de gestación de los códigos penales no es suficiente, es esencial que sea reconocido como un derecho. Por ello no basta con despenalizar, el estado debe garantizar esta cuestión de salud pública a través de un marco legal que vuelva exigible el derecho al aborto.
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¿ Por qué al gobierno le conviene despenalizar?
El movimiento de mujeres viene ocupando un lugar central en la política nacional. Las mujeres que luchamos por el derecho a decidir hemos enfrentado a distintos gobiernos, incluyendo el de la 4T, que sólo respondió con oídos sordos y represión constante en los 3 años de su administración.
Frente a esta situación, al despenalizar el aborto sin avanzar en su legalización, el gobierno hipócritamente busca echarse a la bolsa a un sector del feminismo y pretende aparecer como “presentable” ante el movimiento. Sin embargo, al despenalizar el aborto sin su legalización, no se compromete en absoluto en garantizar el acceso a éste, ni aumentar el presupuesto para el sector salud, y específicamente, para la salud sexual y reproductiva.
Al no hacerse responsable, el Estado, deja la puerta abierta al empresariado que, en este país, ha convertido el derecho a la salud en un negocio. Una situación que se intensifica en el área de salud sexual y reproductiva. Teniendo en cuenta que la Interrupción Legal del Embarazo tiene un costo que oscila entre los 2 mil y 7 mil pesos, la despenalización nacional expande un jugoso mercado.
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De clandestino a precario
Al dejar de encuadrar como delito el aborto, las mujeres ya no corremos el riesgo de ser aprehendidas y encarceladas por años, y puede también tener un impacto importante en la disminución de muertes por malas praxis. Sin embargo, hasta el final, la realidad es que se mantiene el aborto como un privilegio de clase.
Sí, las mujeres ricas podrán seguir abortando de manera segura. Ahora ya no tendrán la necesidad de viajar al extranjero o de hacer pasar un aborto por apendicitis, simplemente se presentarán en su clínica predilecta y podrán hacer el procedimiento con asesoría de médicos especialistas.
Mientras que las mujeres pobres y trabajadoras seguiremos viéndonos obligadas a parir y vivir maternidades no elegidas o no planeadas; o podremos realizar abortos precarios en casa que, en el mejor de los casos, será con el acompañamiento de alguna “red de apoyo”, con la mejor de las voluntades, pero ciertamente, sin ser especialistas en salud.
Las mujeres de abajo pasaremos de vivir abortos clandestinos a vivir abortos precarios, esperando en casa que los dolores no sean muchos y las complicaciones no sean graves.
Si bien es valiosa la labor que hacen las mujeres que acompañan a otras en estos procesos, la realidad es que no podemos conformarnos con menos que poder acceder a servicios médicos especializados que aminoren al extremo las posibilidades de complicaciones o secuelas.
¿En el hospital o en casa, en dónde abortar?
La respuesta, dependerá de la elección de cada mujer. La cuestión de fondo es garantizar que todas puedan decidirlo, y no que se convierta en una imposición ante la falta de recursos para pagar el servicio o frente al deslinde del Estado que hoy no se hace cargo de garantizar este servicio de salud pública.
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Hasta que sea ley: ¡Aborto legal en el hospital!
Como dijimos anteriormente, no podemos minimizar la resolución de la SCJN, la cual no se entiende sin tener en cuenta los años previos de intensa lucha en las calles. Sin embargo, las mujeres no podemos bajar la guardia, pues las necesidades aún son muchas.
Es indispensable conquistar no sólo la despenalización, sino avanzar con la legalización en todo el país, para que el aborto se convierta en un verdadero derecho al que podamos acceder todas las mujeres y personas gestantes que lo decidamos y no es un negocio que unas cuantas puedan pagar.
En este sentido, esta lucha es inseparable de la urgente necesidad de brindar Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos, pues sólo así las maternidades serán elecciones verdaderamente informadas y libres, sin imposición de ningún tipo: ni objetivas ni subjetivas. Las maternidades plenas pueden ser un pilar importante para que las niñas y niños en nuestro país gocen de infancias dignas.
Debemos sumar a estas demandas el libre acceso a anticonceptivos en todos los servicios médicos públicos del país.
Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir.
Las mujeres de Pan y Rosas te invitamos a mantener y desarrollar esta lucha con nosotras. ¡Contáctanos y marcha con nosotras este #28S!