La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 13 de agosto de 2019
La conferencia matutina de hoy estuvo dedicada casi en su totalidad a la Guardia Nacional y diversas cuestiones relacionadas.
Junto a López Obrador estuvieron el General Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional, el General Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena, el almirante Rafael Ojeda Durán, Secretario de Marina, y Alfonso Durazo Montaño, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
Como parte de una exposición detallada sobre los avances en la construcción de la nueva corporación policíaco-militar, Rodríguez Bucio insistió en el relato de que se trata de un cuerpo de carácter civil. Sin embargo, informó que actualmente la Guardia Nacional está integrada no sólo por elementos provenientes de la policía federal, sino también por 35,232 de la policía militar y 5,584 de la policía naval, además de que está siendo apoyada por 15,375 militares de la Secretaría de la Defensa Nacional.
López Obrador, por su parte, habló de un apoyo de cerca de cien mil elementos entre la Sedena y la Marina a la Guardia Nacional. Junto a ello, planteó los deseos de su gobierno de que se incremente el número de policías en estados y municipios.
Como continuidad de la militarización del país iniciada en el sexenio de Felipe Calderón, pasando por el de Peña Nieto, con la Guardia Nacional el gobierno de la 4T avanza en la institucionalización de esta política, todo como respuesta a los dictados de Washington. Como es sabido, la nueva corporación actúa ahora, también, como muro humano para detener el flujo migratorio –principalmente centroamericano- hacia Estados Unidos, como lo exigió Donald Trump.
Tras dos sexenios en que la militarización significó cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados, en el presente ya comenzaron a presentarse las consecuencias sociales de esa política, como lo muestra por ejemplo el reciente hostigamiento y robo a activistas en Chiapas por parte de militares de la Guardia Nacional.
También como expresión de las nefastas consecuencias de empoderar a las fuerzas armadas y de llenar de policías y militares bajo el discurso de la seguridad pública, está el reciente caso de una joven violada en Azcapotzalco por cuatro policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, órgano perteneciente a la Guardia Nacional, en el que además los responsables han salido impunes bajo la protección del gobierno de Claudia Sheinbaum, dando lugar a una profunda indignación social.
Leer: Repudiamos impunidad a favor de policías violadores en CDMX
En respuesta a la pregunta de una periodista sobre las garantías que puede dar la Guardia Nacional, dado este caso de violación, el General Bucio se limitó a enumerar algunas materias que son parte de la capacitación policiaca para el seguimiento de protocolos. Para rematar diciendo: “Nosotros creemos que no hay policías malos, quizás lo que hay es policías mal preparados”.
Como lo muestra el aumento de las cifras de feminicidio en México a partir de la militarización, o los casos de tortura sexual por parte de policías contra mujeres que luchan como en Atenco o en el magisterio, ninguna capacitación u orientación de género podrá prevenir que se sigan multiplicando los casos de violencia contra las mujeres por parte de las fuerzas del orden, que tienen su motivo de ser en la represión y la opresión estatal.