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Red Internacional
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Bullying. Norma Lizbeth, un caso que obliga a l@s maestr@s y madres a luchar contra la violencia

El bullying es un fenómeno multicausal. Las maestras, estudiantes y familias debemos organizarnos contra la violencia.

Martes 21 de marzo de 2023

La semana pasada se viralizó un video en el que se pelean dos alumnas de la secundaria oficial 518 ubicada en Teotihuacán. Norma Lizbeth, víctima de bullying, recibió múltiples golpes que le causaron un trauma craneoencefálico. Fue el 13 de marzo que se informó el fallecimiento de la menor en el Centro de Salud de Teotihuacán.

El caso se ha vuelto mediático a nivel nacional e incluso ha traspasado las fronteras, derivando en comentarios que criminalizan a la agresora, así como a las autoridades educativas y maestros. Todo esto nos puede ir cegando a no observar la verdadera raíz del problema, generando que se repita esta situación en muchas escuelas.

En México, 18 millones 782 mil alumnos de primaria y secundaria son víctimas de bullying, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta cifra requiere una reflexión profunda de cómo erradicar la violencia de nuestra niñez y adolescencia.

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El bullying, un fenómeno multicausal

El hostigamiento o acoso escolar, también llamado bullying, se refiere al maltrato físico, verbal o psicológico intencional y reiterado, que se da por parte de uno o varios chicos/adolescentes contra otros. Es importante señalar que, si bien es cierto que las agresiones se producen dentro de los centros educativos, son muchos los casos en que el acoso sobrepasa las fronteras de las escuelas. Las víctimas de acoso escolar presentan problemas psicológicos más o menos graves, que pueden perdurar o no en el tiempo. Estos problemas van desde inseguridad y baja autoestima hasta depresión, ansiedad, autolesiones o conductas suicidas. En efecto, la salud mental de nuestros alumnos no se atiende, ya que en las escuelas no cuentan con psicólogos, lo que en lugar de ser un derecho se ha convertido en un privilegio.

El acoso escolar, como todo fenómeno social, es multicausal y por tanto responde a factores sociales, económicos e institucionales, entre otros. Principalmente, el hostigamiento escolar se ve atravesado por la discriminación social hacia grupos socialmente oprimidos. En un mundo racista, clasista y cisheteropatriarcal, las personas racializadas, pobres, mujeres y/o LGTB son más propensas a sufrir aislamiento social y a ser víctimas de acoso en su centro educativo.

La violencia es el pan de cada día en muchas de las familias de nuestros alumnos. México es el segundo país en el mundo en cuanto al número de agravios en contra de menores de edad, según los datos del Fondo de Naciones Unidas para la Atención de la Infancia (UNICEF).

La UNICEF también expresa que la violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar, e incluso una causa importante de muertes infantiles. Miles de niños, niñas y adolescentes en este país crecen en un contexto de violencia cotidiana, que deja secuelas profundas e incluso termina cada año con la vida de centenares de ellos. Gran parte de esta violencia, que incluye violencia física, sexual, psicológica, discriminación y abandono, permanece oculta y en ocasiones es aprobada socialmente.

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Las condiciones de vida de las familias mexicanas son cada vez más precarias, en donde el poder adquisitivo ha disminuido con la inflación que azota a los salarios, por lo que los padres y madres de familia deben de conseguir más de un trabajo, o tienen jornadas de más de 12 horas que les impiden estar al pendiente de sus hijos.

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Maestras y madres de familia, organicémonos contra la violencia

El caso de Norma Lizbeth y las cifras mencionadas anteriormente nos dan una muestra de la urgencia de atacar esta problemática. No podemos seguir ignorándola, las escuelas deben de ser espacios en donde se pueda atender la salud mental de nuestros alumnos.

El bullying, como lo fuimos desglosando, es un fenómeno con distintas causas, que se alimenta del machismo, de la homofobia, del patriarcado y otras formas de opresión bajo el capitalismo, por lo que necesitamos planes de estudios que combatan estas ideologías. Esto, sumado a mejorar las condiciones de las escuelas. Debemos de luchar por una educación que atienda las necesidades básicas de nuestros alumnos, desde su alimentación con comedores gratuitos y nutriólogos, con médicos que puedan darle seguimiento a su salud, psicólogos que puedan atender su salud mental, así como tratamientos gratuitos. Para esto se necesita un aumento al presupuesto educativo que cubra todas estas necesidades.

Muchas veces los y las maestras nos desesperamos y se puede observar que los padres y las madres de familia no están al pendiente de sus hijos. Sin embargo, para cambiar esta situación, debemos exigir jornadas laborales menos extensas para los padres y madres trabajadoras y salarios dignos que alcancen. Así las familias también tendrían más tiempo para convivir y recrearse de manera sana. Programas culturales y clubes comunitarios para fomentar la creatividad con pintura, escritura y otras actividades artísticas, así como el deporte.

Mientras sigan avanzando los planes contra la educación, la salud y la cultura, más violencia y descomposición social vamos a presenciar. El magisterio mexicano debe de salir a organizarse y manifestarse junto con los padres y madres de familia, como parte de una lucha junto con otros sectores de trabajadores y populares en la perspectiva de revolucionar nuestra sociedad y erradicar la violencia.