Ocurrió en South Street, una de las calles más concurridas por tratarse de un polo gastronómico y cultural, en la madrugada de este domingo. Esto se suma a las matanzas de las últimas semanas, tanto en la escuela de Uvalde -Texas-, como en el supermercado de Buffalo -estado de Nueva York- y en el Hospital de Tulsa -Oklahoma-.
Domingo 5 de junio de 2022 13:28
El país más guerrerista y militarista sufre una oleada de matanzas, recrudecidas en las últimas semanas.
En este caso 14 personas resultaron heridas, 3 de ellas fallecieron (jóvenes los tres: dos varones y una mujer) apenas llegadas al hospital. Según las primeras informaciones se trataría de más de un tirador, pero hasta el momento no hay certezas de eso. Los autores de los disparos, según informan los noticieros, estarían prófugos.
Según informa la página de "Gun Violence Archive", el de Filadelfia es el tiroteo masivo número 235 en lo que va de año en Estados Unidos. Y ni siquiera es el último: en la madrugada de este domingo también se han registrado sucesos así en Phoenix (Arizona:un muerto y ocho heridos), El Paso (Texas: ningún muerto y cinco heridos) y Ecorse (Míchigan: cuatro heridos).
Una investigación de Small Arms Survey (SAS) con sede en Suiza -una compañía que estudia el uso y tenencia de armas, sobre todo las pequeñas, en todo el mundo-, señala que Estados Unidos es el único país donde las armas civiles superan el número de su población. Según SAS hay 120,5 armas de fuego por cada 100 estadounidenses.
En momentos en que Joe Biden y su partido Demócrata intenta discutir, como respuesta a estos hechos, un control de venta y tenencia de armas, mientras la Policía sigue siendo el principal foco de violencia armada, cuesta creer que eso solucionará esta enorme crisis que todas las semanas produce masacres. En primer lugar porque, como decía Diego Sacchi en un artículo reciente: "Las políticas de guerra hacia afuera y vigilancia hacia adentro, “en defensa de la democracia estadounidense” calaron hondo en una sociedad atravesada por la crisis social y la decadencia. El Estado se enfrenta al dilema de tener que desarmar, entre otros, a miles de excombatientes de la “guerra contra el terrorismo”, que regresaron luego de invadir, asesinar y violar en nombre de la “libertad”. ¿Cómo desarmar a las milicias y bandas de supremacistas blancos que están convencidas de actuar en legítima defensa de los “valores americanos” que el Estado defiende fronteras afuera?"
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Reducir esta cuestión al control de venta y tenencia de armas, como hace el Partido Demócrata, oculta que en el origen está el hecho de que la existencia del Estado se basa en el racismo y un profundo guerrerismo imperialista.
