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Red Internacional
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Obispo cordobés arremete contra las identidades trans

“El pecado es más grave que el SIDA” y “los trans son hombres vestidos de mujer” fueron sólo algunas de las frases que pronunció Samuel Jofré Giraudo ayer en la localidad cordobesa.

Viernes 14 de septiembre de 2018 19:31

Este jueves se inauguró en Villa María el refugio “Mamá Antula”, para víctimas de violencia machista. Además de las autoridades municipales, estaban presentes referentes de organizaciones que luchan contra la violencia hacia las mujeres y de la comunidad trans. También estaba el obispo de la ciudad, Samuel Jofré Giraudo, invitado por la Asociación Nazareth.

En su discurso, el obispo se despachó con frases como “Dios creó solo al hombre y a la mujer, no hay grises”; “el pecado es más grave que el SIDA” y “los trans son hombres vestidos de mujer”, lo cual provocó que varias personas se retiraran indignadas del lugar.

Fanny Bustos, integrante de la Asociación de Travestis, Transgéneros y Transexuales de Argentina (ATTTA), contó que al terminar la inauguración cuestionó al obispo en privado. “No voy a decir nada. Usted para mí es un hombre vestido de mujer igual que sus compañeros. Es más, se lo digo en la cara”, fue la respuesta que obtuvo.

Desde ATTTA y la Federación Argentina de LGBT rechazaron el discurso de odio de Jofré Giraudo. “Estamos convencidas que estos dichos vulneran a una comunidad que vive su realidad exigiendo respeto e igualdad de oportunidades y reconocimiento”, manifestaron.

No es la primera vez que Jofré Giraudo, quien fuera nombrado obispo por Benedicto XVI en el 2013, manifiesta públicamente opiniones contra la comunidad LGBT o las mujeres. De hecho, junto con los otros siete obispos de la provincia, envión una carta a los senadores cordobeses para que no votaran a favor de la legalización del aborto el 8 de agosto. En la misiva advirtieron que, de aprobarse la ley, el país “se convierte visible o encubiertamente en dictadura”.

Ver también: Obispos de Córdoba dicen que el aborto llevará al país a una “dictadura”

En abril, cuando se dieron a conocer los “sueldos” que cobran los obispos y que son sostenidos por los impuestos de todos los habitantes del país más allá de la religión que profesen, el prelado se opuso terminantemente a renunciar a ese ingreso, superior a $46.000 por mes. Sostuvo que el aporte “tiene su origen histórico en Europa, con las reformas protestantes tras las cuales le confiscaron los bienes con los que la Iglesia Católica se sostenía”, para luego remarcar que el subsidio que paga el Estado a los obispos “no es un salario, no somos empleados, no recibimos aguinaldo, no hacemos aportes jubilatorios sobre esa asignación. Los obispos utilizamos ese dinero para el sostenimiento de la Iglesia según la organización de cada Diócesis”.

Como si esto fuera poco, en el 2014 el obispo aseguró que los juicios a los genocidas de la última dictadura “son juicios políticos”, y que “son discutibles porque en la Justicia se nombraron infinidad de cargos puestos a dedo que le hicieron perder credibilidad al Poder Judicial”. Siguiendo con estas afirmaciones, Jofré legitimó la teoría de los dos demonios: “Los militares no fueron los únicos culpables”. Para completar su punto de vista, dijo que “la represión hoy es una mala palabra”, aunque, según él, se la debe justificar para “terminar con el desorden, si no está la cancha libre”.

Ante los dichos nefastos de este obispo, la legisladora del PTS-FIT, Laura Vilches, afirmó: “Las declaraciones de Jofré Giraudo muestran la verdadera cara, reaccionaria y retrógrada, de la Iglesia Católica. La misma que mostraron al despedir a las docentes Romina Molina y Florencia Vega Clavero sólo por llevar el pañuelo verde en la mochila y dejar que sus estudiantes debatieran sobre el aborto legal. La misma que muestran los miles de curas pedófilos en todo el mundo, o los jugosos negociados que mantienen gracias a las exenciones impositivas. Por eso la consigna de la separación de la Iglesia del Estado es una bandera que ha sido tomada por las y los miles que participamos de las masivas movilizaciones por la legalización del aborto, por el colectivo LGTBI, por las y los jóvenes que defienden la educación pública, gratuita y laica, por quienes peleamos por la implementación efectiva de la ley de Educación Sexual en todos los establecimientos escolares. Sólo con esa fuerza vamos a terminar con injerencia de esta institución en nuestras vidas y en nuestras camas”.