Esta semana muchos diarios difundieron una nota surgida desde el Sindicato de Comercio: el sueldo básico pasaría a ser de 600 mil pesos mensuales. Hablamos con operadoras de los grandes calls que desmienten a Cavalieri y las empresas. ¿Cómo funciona la estafa piramidal de los call? El festival de convenios y la homologación del fraude. Los memes de la bronca.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 15 de marzo 12:29
Lunes por la mañana. La noticia empezó a correr por grupos de wathsapp y celus de miles de pibas. “Trabajadores de call centers cerraron un nuevo acuerdo y el básico será de 600 mil pesos”. Diarios nacionales, del interior y portales gremiales. Algunas, las más nuevas, se ilusionaron. Hasta que chequearon su cuenta sueldo. Otras, con algunos años con la vincha encima, se repartieron entre risas e insultos. El gremio acordó 33% para el primer trimestre de 2024 y la inflación ya superó ese número solo en dos meses. Si le sumamos diciembre llega al 60%.
El titular ya era todo un símbolo. Invisibiliza a las mujeres cuando las operadoras son mayoría. Inventa un mundo donde los trabajadores y trabajadoras “cierran acuerdos” que pactan empresarios y el SEC sin consultar a nadie. El número es trucho, como vamos a desmentir y explicar en esta nota.
El ingenio popular castigó la truchada. “Armando, ¿esos 600 mil de los que hablas están en esta sala con nosotros?”.
Un número mágico
“No sé de dónde salió la cifra de 600 mil pesos porque no estamos ni cerca” dice Julia. Tiene 26 años y hace tres trabaja en uno de los call más grandes. “Mi último recibo fue de 290 mil pesos. 200 se me van entre el alquiler, la SUBE, algunos gastos de comida al principio de mes”. Después del 10 de cada mes es toda una aventura, pero de terror.
“¿¡600 mil?! Ojalá. Me río para no llorar” dice Silvia. Tiene 29. Hace 6 meses entró a otro call en la ciudad de Buenos Aires, ya conoce varios. “Por enero cobré 180 mil totales. Ahora estaré en $210.000 y 20 mil por ’presentismo’”. Muestra el recibo. “No lo muestres porque acá te echan por nada”. El número mágico aparece: “600 mil es lo que me quieren aumentar el alquiler que pagamos con dos amigas. No llego ni a palos”.
María trabaja en un call de Quilmes. “No cobramos 600 ni a ahí, apenas llegamos a 280 este mes. Encima no nos dan la homologación del aumento. La gente del gremio no sabe explicar y la gente está enojada. Es re difícil la situación porque pago alquiler y con la comida y los viajes para ir al trabajo y la facultad se hace imposible llegar a fin de mes”.
¿Vos a quién le creerías, a las pibas o al señor que está atornillado hace 38 años en el SEC?
Pero, veamos cómo son las maniobras de Cavalieri y las empresas para venderle esos números a la prensa (hay que reconocer que son buenos “vendedores”).
El fraude de Cavalieri: ¿cómo es posible este suceso?
Rocío trabaja en un call de Lanús y explica la “contabilidad creativa” del Sindicato de Comercio y la Cámara Argentina de Centros de Contacto. “La cosa es así. Difunden un básico de $ 600.000 pero eso solo cuenta para jornadas laborales de 48 horas y categorías como administración o maestranza. Yo por ejemplo trabajo 30 horas a la semana, 6 horas por día, entonces me pagan un básico de 280.000, 300.000 con el presentismo”.
Pero vayamos un poco más a fondo. Lo que hace el sindicato de Comercio es “venderle” a los grandes call (Aegis, Teleperformance, Cat, Konecta) distintos planes “a medida” para precarizar a sus trabajadoras y trabajadoras.
Una consiste en tenerlas en el convenio general de Comercio, CCT 130/75 en la categoría “Vendedoras”. Allí las jornadas semanales pueden ser de hasta 48 horas, pero lo que hacen es contratarlas por 25, 30, 36, y pagarles un proporcional (que ni siquiera es proporcional). O sea que si en la paritaria de Comercio la categoría queda en 500 mil pesos, cobrarán solo por la jornada que la empresa le asigne a su antojo y pueden variar todos los meses.
La otra es la más utilizada y la peor. Consiste en utilizar el Convenio Colectivo de Trabajo 781/20, rama Call Center. Tiene categorías como “Administración” y “Mantenimiento” similares al del convenio histórico del gremio. Pero la inmensa mayoría está en la categoría “Operación”, quienes llaman y atienden a los clientes. Es lógico, para eso sirven los call center. Operación está dividida en A y B que a su vez están divididas en…¡17 categorías distintas! Para quienes trabajan 20 horas semanales, para quienes trabajan 21, 22, 25, 30 y así hasta 36. Porque treinta y seis es el máximo permitido en ese convenio, ya que se trata de un trabajo claramente insalubre.
Veamos los números para entender mejor el fraude.
Por ejemplo, si la operadora está en el Convenio de Comercio 130/75 (categoría vendedora) gana hasta $574 mil si trabaja 36 horas semanales. Pero si trabaja 30 horas pasa a $351 mil. No hay ninguna proporción. Obviamente las empresas, si usan ese convenio, te contratan hasta 30 horas. Acá los cálculos del reconocido sitio para contadores Ignacio Online.
Pero si está en el convenio de la rama call, los sueldos son más bajos. Como cuentan las pibas y como muestran los mismos sitios que utilizan empresas y contadores. Acá te mostramos los recibos tomando jornadas de 25, 30 y 36 horas para febrero/marzo. Los mismos números que nos muestran las trabajadoras pero no podemos mostrar.
Fijense que el SEC les hace un descuento compulsivo por usufructuo del convenio ("cuota solidaria"). Como si las estuviera representando bien.
La homologación del fraude
Pero “hecha la ley, hecha la trampa”, como decían antes. O, como dicen María y Silvia: “a todo esto súmale que no hubo durante semana ninguna homologación del aumento”.
Es que el acta firmada el 6 de marzo, lo mismo que el anterior, tiene una cláusula que asegura que “es condición suspensiva inicial para la validez y exigibilidad de este acuerdo, su previa homologación por parte de la Secretaría de Trabajo de la Nación, lo que así solicitan las partes”.
Y resulta, como ya viene haciendo en otras paritarias, que Trabajo no está homologando los acuerdos que superan los deseos del ministro Caputo y el presidente Milei. Eso Cavalieri y las empresas lo saben, pero igual lo firman.
Sin embargo, el acta también dice que “para el caso de estar pendiente la homologación de este acuerdo y se produzcan vencimientos para el pago de la asignación e incremento pactado, los empleadores abonarán la suma devengada con la mención ‘anticipo a cuenta del Acuerdo’”.
Algunas empresas han pagado esos montos como “bonos” o “a cuenta”, pero otras no. Se quedan con la plata, la bicicletean en los bancos, saben que esa plata se licúa mes a mes. Cobran sus contratos a término pero les pagan a sus trabajadores con la inflación vencida. De 50 mil pesos de aumento en dos meses perdés 20 mil. Es un robo al bolsillo de las operadoras.
Estafa piramidal
Resumiendo. Las operadoras no ganan 600 mil ni a palos. Ganan la mitad. Las empresas pueden usar el convenio 130 pero utilizando las jornadas que achatan el sueldo. O ponerlas en el convenio 781 y sus 40 categorías para el mismo trabajo. Así les pagan menos todavía. Encima con el verso de la “homologación” les licúan el sueldo.
Esa es la verdad. La “promo” de Comercio es puro cuento.
Pero la estafa piramidal no termina ahí. O no empieza ahí, para ser más precisos. “Yo hago cobranzas de Santander Río, mora temprana. O sea es laburo directo del banco. Pero al estar tercerizadas cobramos 5 veces menos que un bancario. De hecho hay call que están en ese convenio. Cada vez menos” cuenta una de ellas.
La tercerización es el nudo de la estrategia precarizadora. Para resumirlo. Las grandes empresas de Telecomunicaciones (Telefónica, Telecom, Grupo Clarín, etc), los bancos (todos), las de energía (Edesur, Edenor, Metrogas), las financieras (VISA, Master, American), han montado un modelo donde tienen a un sector cada vez más pequeño de sus trabajadores y trabajadoras en los convenios correspondientes (bancarios, telefónicos, televisión, gas, eléctricos) y aumenta la cantidad de quienes son encuadrados en otros convenios. Sobre todo UOCRA y Comercio. Estos, como si fuera poco, les ofrecen convenios “a medida”. Eso significa que pierden derechos de los convenios que les corresponderían, que trabajan a destajo (por obra o venta), que no tienen derecho a enfermarse, que pueden ser despedidos así nomás, que cobran el 50% que los “de planta”, que no tienen representación gremial.
Uno de los fanáticos de esos convenios es el parásito estrella del momento, Marcos Galperín. Tiene a gran parte de sus empleados de Mercado Pago en el convenio de Comercio 130, o directamente fuera de convenio, aunque les corresponde claramente el de Bancarios.
Julia habla de esas condiciones. “Hay mucha presión por parte de los supervisores. Tenés 15 minutos cronometrados de baño. Si no llegás al objetivo de ventas te hacen un “plan de acción”, o sea te escuchan todos los días en adelante y si no aplicás sus “consejos” los tipos pueden sancionarte y ya sabemos que después viene el despido”. Esas condiciones llevan a muchas al síndrome de burnout ("estar quemado"). Según estudios médicos, ese cuadro "produce un
deterioro en la salud así como en las relaciones interpersonales. A nivel
psicosomático se destacan síntomas asociados con dolores de cabeza, contracturas,
problemas articulares, temblores, trastornos del sueño y del apetito, entre otros" (Facultad de Psicología, ROU).
Rocío es madre soltera. Vive en Lanús en una casa de madera, con su hijo y el resto de su familia. Desde allí sale todos los días para atender decenas de llamados y así, quemada, se va a cursar. Quiere terminar la carrera para estar mejor. El call no ayuda. “No tenés ningún tipo de estabilidad. Saben que pueden hacer con vos lo que quieras, que sos un número más” dice. Pero no afloja.
Como cuenta Nicolás del Caño en su libro Rebelde o precarizada, “la misma Cámara Argentina de Call Center reconoce que el 76% de quienes trabajan en telemarketing son jóvenes de 18 a 30 años, la mayoría mujeres. La mitad estudia alguna carrera terciaria o universitaria”.
Rebelde o precarizada
Dice María que “los delegados de Comercio no nos explican nada y le echan la culpa a Milei”. Tienen algo de razón. El nuevo presidente le metió un manotazo a los bolsillos de la clase trabajadora. Según un estudio, 1,3 billones de pesos perdió la “masa salarial” solo en diciembre. En total en 3 meses se perdió 25% de salario real.
Lo que no dicen es que Cavalieri fue el primer sindicalista en reunirse con la secretaria de Trabajo Sandra Petovello. La funcionaria dijo que charlaron de cómo flexibilizar más el convenio, eliminando la indemnización tal cual hoy existe (como funciona en la UOCRA). Comercio relativizó el acuerdo. Pero no movió un pelo para enfrentar el ajuste. Carnereó el paro del 24 de enero (como muchos cegetistas) y siguió firmando paritarias a la baja.
Pero ese modelo no lo inventó Milei, aunque con el DNU le quiere dar más "libertad". Ni Macri. La tercerización se multiplicó desde los años 90 y pegó un salto durante el kirchnerismo y el Frente de Todos. No son tres meses, son tres décadas. Cuando ellas nacieron, empezó a crecer la precarización. Un modelo que nadie cuestionó.
Pero esas mujeres también son las que se empiezan a organizar. Las que empujaron la marea verde y violeta contra los femicidios y por el aborto. Las que se plantaron en muchos calls de Tucumán y Córdoba contra los atropellos, o en Rosario donde se llegó a la ocupación de Hey Latam, con la participación de La Red de Jóvenes Precarizadxs. Esa juventud que se empiezan a organizar en sus universidades, asambleas populares y también con la izquierda, la única fuerza que no tiene ningún compromiso con la "casta tercerizadora".
La "campaña" que tienen por delante las operadoras tiene "objetivos" claros. Un salario que cubra la canasta familiar y no esté atado a las ventas. Condiciones de trabajo dignas, controladas por las operadoras. Guarderías y comedores en las call. Basta de tercerización: pase al mejor convenio de la rama.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.