La serie Westworld de la marca HBO, dio por concluida su tercer temporada y ya se anunció una cuarta entrega. El gigante audiovisual busca despertar con esta serie un nuevo fenómeno como “Game of Thrones”. Aunque está muy lejos de cometer su objetivo, nos encontramos con una serie muy interesante que nos permite reflexionar.
Miércoles 13 de mayo de 2020
A qué apunta Westworld: Las inteligencias artificiales, los super ricos y la lucha de clases
Durante el desarrollo de las primeras dos temporadas, la trama gira sobre el gigante parque de atracciones llamado “Westworld”. Dicho parque es una réplica artificial de la vida en el “Lejano Oeste” creado por el conglomerado empresarial llamado Delos.
Para que la experiencia en el parque de atracciones sea lo más real posible, estos robots, además de hablar, sudar y sangrar, tienen una avanzada inteligencia artificial que les permite tener emociones como dolor, odio, amor y tristeza. Lo más importante es que Westworld está destinado para los súper ricos, quienes lo utilizan para poder liberar sus pulsiones sobre los anfitriones robóticos.
Dolores Abernathy, personaje principal y protagonista de Westworld
Como ha pasado muchas veces en la historia de la humanidad, en la serie también quienes se encuentran bajo situación de dominación ha llegado un momento que han dicho basta. En este caso, un robot llamada Dolores, a partir de un cuestionamiento al sometimiento que padece su especie a manos de los humanos empieza una revolución dentro del parque con ansias de extenderla al mundo entero para terminar con dicha opresión.
Hasta acá, tenemos una serie más en la bolsa de la ciencia ficción distópica. Sin embargo, durante la tercer temporada, la historia toma un carácter particular, y adquiere un elemento fundamental que están utilizando muchas producciones audiovisuales durante los últimos años: la lucha de clases. Pero ¿qué tiene que ver la lucha de clases con un robot que tiene como premisa destruir la humanidad?
Caleb Nichols, trabajando como instalador de fibras ópticas
En la tercer temporada, saldremos de Westworld y nos adentraremos en Los Ángeles, Estados Unidos, año 2058. En este futuro distópico, nos presentan a Caleb (Aaron Paul) un ex marine, que se gana la vida como un obrero calificado. Nuestro protagonista tiene que asistir a un terapeuta por los daños psicológicos ocasionados sirviendo como marine. A su vez tiene que ganarse la vida para lograr pagar la estadía de su madre en un hospital a causa de una esquizofrenia que se le detectó a temprana edad. Sin embargo, su empleo como instalador de fibras ópticas para los megas edificios de la ciudad, no alcanza para dichos pagos. Por si fuera poco, Caleb no puede conseguir otros trabajos. Para Caleb todos los días es la misma rutina, hasta que se cruza con Dolores y su vida cambia por completo. Sin darse cuenta, se involucra en la trama de Dolores y sufren todo tipo de persecuciones.
Serac antagonista de la tercer temporada
Uno de los antagonistas más importante de la trama será Serac, quien es el empresario más rico del mundo. Para entender a qué apunta la trama, hay que explicar brevemente su historia. El empresario construirá una mega inteligencia artificial denominada Rehoboam. El objetivo principal de esta I.A. es de terminar con el caos en el mundo. Para ello, Rehoboam será capaz de crear un algoritmo universal con los datos de toda la población humana, con el fin de prevenir futuras catástrofes. En relación a esto, Rehoboam también escribirá los destinos de todas las personas del mundo, especialmente la de las clases populares, ya que estos en sectores se encuentra la mayor población de riesgo que no se adecua al sistema. Es decir, cada persona en el mundo tendrá un guión que cumplir impuesto a la fuerza, donde se indicará todos los aspectos de su vida y no podrá hacer nada para evitarlo. Para hacer más clasista este hecho, la máquina genera guiones para que cada persona no abandone su estatus social e incluso da mejores historias a quienes pertenecen a las clases acomodadas. De esta forma se da a entender una enorme brecha entre los ricos y los pobres.
Dolores y Caleb en la insurrección
Frente a este contexto, Caleb une su fuerza con Dolores para enfrentar a Rehoboam y liberar del algoritmo a los oprimidos del mundo. “Toda revolución necesita un líder” son las palabras que utiliza Dolores para convencer a Cabel que lo acompañe en su viaje, y que él tiene lo necesario para dirigir las revueltas de sus iguales cuando surja el momento. Mientras Caleb se convertiría en el eventual líder de la revolución de los humanos, por su parte Dolores será la que dirigira la revolución de su especie robótica oprimida. Es interesante ver cómo se aglutinan estos dos elementos, de una supuesta solidaridad de especies que unen sus fuerzas para acabar con un enemigo en común.
Desde una mirada crítica como producto televisivo, la serie tiene momentos de gloria (el desarrollo de la revolución, las muertes de ciertos personajes) y muchos momentos densos y con algunos altibajos (personajes de sobra o mal aprovechados, lagunas del guión). Suponemos que esto se debe al giro narrativo de la trama y la incorporación de un nuevo protagonista. Sin embargo, hay que destacar el muy acertado fichaje de Aaron Paul como Caleb, quien le da un respiro rejuvenecedor a la serie.
Aunque la saga de Westworld está lejos de convertirse en el sucesor de Game Of Thrones (que es a lo que apunta HBO), resulta interesante cómo se involucraron nuevos elementos de conflictos entre clases populares, oprimidos, y empresarios en un contenido destinado a consumo masivos. Y principalmente lo que más llama la atención es que se anima a plantear algo que Game Of Thrones se propuso y no logró (o no lo dejaron) en su narrativa. Recordando a una de las protagonistas de la aclamada serie, Daenerys Targaryen sugirió: “no voy a detener la rueda, voy a destruirla”. Lamentablemente todos los testigos del final de la aclamada serie saben su decepcionante desenlace. Sin embargo, en Westworld hay un fantasma que recorre la ficción y es el fantasma de las luchas de clases. Dolores y Caleb buscan destruir la rueda de los empresarios que hacen sufrir y adolecer a los oprimidos, con una estrategia de alianza entre sus personas que pertenecen a distintas especies pero que se unen en pos de terminar con la opresión que cada una parece y que es ejercida por un enemigo común.
Claramente nuestro presente y el clima de época que se vive son una inspiración para estas ficciones. No es casual que estos elementos se encuentran cada vez más presentes en los exitosos productos audiovisuales destinados a públicos masivos como “The Joker”, “Parasite”, “La Casa de Papel”, entre otros. Quienes hayan mirado estas producciones seguramente se han identificado ya sea con sus personajes o en la historia donde transcurren.
La tercer temporada de Westworld habla sobre ese malestar que se está gestando en la sociedad, la desocupación, las enfermedades, las guerras, el rol de las inteligencias artificiales, la brecha entre ricos y pobres, la violación de nuestros datos privados para fines gubernamentales o privados. Frente a este giro en la producción de Hollywood cabe hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué hay un interés en hablar sobre lucha de clases? La respuesta será motivo para otra nota.