Recientemente el Partido Comunista nos ha realizado el llamado a no dejar de incidir en el actual proceso constituyente, pese a que dicho fraude cuente con cada vez menor respaldo de la población y se hace aún más evidente que su redacción será una oda al pinochetismo más fanático. ¿Se prepara la dirección del PC para organizar una nueva derrota?
Domingo 30 de julio de 2023
¿Qué define a un burócrata? El término aparece generalmente en boca de analistas, filósofos, políticos, señoras que reclaman en la fila de la atención de algún servicio público, estudiantes al enfrentarse a distintas instancias de la vida universitaria y en un sin fin de instancias de la vida social en que dicho término es parte del vocabulario común.
Independiente de que el término pueda tener muchas definiciones, el núcleo central del término radica en el sujeto social que lo encarna: A nuestro juicio un burócrata es quien siendo parte de una casta, genera una relación parasitaria tanto de quienes gobiernan (quienes necesitan los servicios del burócrata para administrar su régimen) como de los gobernados, quienes en definitiva pagan el sueldo del burócrata con sus impuestos, cotizaciones, cuotas sindicales etc. En este punto entonces, el corolario de la definición radica en que un burócrata siempre cuida la posición que ocupa por sobre cualquier consideración y a cualquier costo.
Desde este punto de vista un burócrata nunca tiene una posición política consistente. Se adapta a la política más favorable a sus intereses con el único objetivo de aferrarse a su parcela de poder. Puede tener un día una posición y al otro día cambiarla diametralmente. Este “zigzagueo” permanente era propio de quienes buscan las mejores condiciones para mantener su situación de privilegio. ¿Por qué surge la burocracia? La ciencia política, la sociología , los estudios del derecho y otras tantas disciplinas han intentado buscar explicaciones que van desde la necesidad del estado moderno hasta consideraciones antropológicas pesimistas respecto a la naturaleza humana.
Pero un burócrata no es solo alguien "oscilante". Es también alguien que comienza a vivir mejor dado que su salario comienza a aumentar y por tanto asciende socialmente. Por supuesto este ascenso siempre puede ser cuestionado, de ahí que con una mentalidad de pequeño propietario se aferra a su cargo favoreciendo una estructura autoritaria de conducción y desestimando las asambleas como espacio de deliberación para evitar cuestionamientos.
Para quienes nos identificamos con el marxismo, la respuesta a dicha interrogante la entregó la experiencia de la lucha de la oposición de izquierda y la IV internacional contra el régimen stalinista. Cuando Stalin se encumbró al poder su posición política era muy inestable. No solo tenía que dirigir a un partido con variadas fracciones y experiencia reciente en dirigir guerras civiles y revoluciones, también lo hacía en un contexto económico donde ciertos sectores pequeño burgueses exigen mayor participación en la vida económica y la clase trabajadora no estaba del todo contento con la situación en el país de los soviets.
Sin embargo el auge del fascismo, la situación revolucionaria en China y nuevas luchas obreras en occidente como la huelga inglesa ponían a los partidos de la III internacional en un importante pie para luchar por expandir la revolución mundial luego del reflujo de la derrota de la revolución alemana.
Sin embargo , la burocracia estalinista se consagró como tal por tener un conjunto y orientaciones eclécticas que un día abrazaban el ultraizquierdismo , como la industrialización forzosa, otras la conciliación de clases más abiertas como la entrega de la revolución china a los nacionalistas (con la consecuente masacre de comunistas chinos). Tras eso solo existía un permanente juego de equilibrio de Stalin por ganarse a sectores del partido, volverlos contra otros, para finalmente ir concentrando el poder en su persona y su camarilla.
La consecuencia de aquello fue clara. La camarilla burocrática del kremlin sobrevive a costa de dejar caer la huelga general inglesa, aplastar la revolución china, acabar con la perspectiva de la revolución mundial para complacer a sus nuevos aliados diplomáticos de países burgueses, permitir el ascenso del fascismo en alemania , y finalmente aplastar cualquier atisbo de desestabilización del régimen sovietico, aunque el costo fuera sacrificar el horizonte comunista al cual debían su poder. Es por esto que Trotsky bautiza a Stalin como el Organizador de derrotas.
La doctrina Tellier
Para nadie es un misterio, que al acercarse el próximo congreso del Partido comunista de Chile, la lucha por la sucesión de un agonizante Guillermo Tellier se vuelve más descarnada que nunca. Digo, para nadie es un secreto por que los involucrados, mediante terceros incluso han ventilado discusiones de su comité central por la prensa para exponer la lucha entre fracciones, haciéndose parte del indecoroso juego de los partidos burgueses de disputar su dirección como un programa de farándula.
El XXVII congreso próximo a celebrarse diferirá en varios aspectos al congreso XX del año 1994 que consagró a Gladys Marin y a Guillermo Tellier en la dirección del partido. no solamente por la distancia histórica sino porque el partido está lejos de ser aquella fuerza política marginada y excluida del régimen.
Hoy el Partido Comunista cuenta con una considerable bancada de 12 diputados, 2 senadores, 157 concejales en todo el país y 6 alcaldes, además de 2 ministerios y un sin número de funcionarios y dirigentes sociales a la cabeza de la conducción de sindicatos, centros de estudiantes, asociaciones gremiales y dirigentes vecinales, con una votación conquistada de cerca de 800 mil votos en la última elección. Una fuerza política bastante considerable, que sin embargo, no ha impedido que la extrema derecha avance sin contrapesos.
Esta situación de disconformidad entre los militantes de base del PC, producto de la incapacidad de enfrentar a la extrema derecha ha sido explotada por la prensa buscando instalar cuñas en uno de los partidos ejes del actual gobierno. Por eso, en plena lucha por la sucesión de la dirección del PC se ha vuelto a especular sobre una vuelta a la “doctrina Tellier”
Tal como nos cuenta el artículo de prensa citado, la “doctrina Tellier”fue inaugurada ad portas del XXV Congreso del Partido, que se celebró el año 2016. El contexto de aquel congreso transcurría con el segundo gobierno de Michelle Bachelet profundamente debilitado por los escándalos de corrupción y con la ex concertación retrocediendo a toda marcha de cumplir el programa que había propuesto en la elección y por el cual el partido Comunista se había sumado al gobierno.
Pero el cambio de rumbo del gobierno de Bachelet no fue algo solamente discursivo. No poco tiempo había transcurrido tras el proceso de rebelión de las bases, donde el partido Comunista se vio enfrentado a la inmensa mayoría de los profesores que deseaban continuar la movilización por mejoras en las condiciones de trabajo mientras la directiva del colegio de profesores, comandada por el PC hacía todo lo posible por bajar dicha movilización, siendo muchas veces desbordados. Pudieron cumplir con el mandato del gobierno de la concertación de contener a los profesores , pero el PC tuvo que pagar el costo de perder uno de sus bastiones en el movimiento sindical, dada su deslegitimación ante la mayoría de los profesores.
No solamente en los profesores la legitimidad del PC hacia aguas. Todo el auge de luchas sindicales de los años 2013 -2015 que incluyó a su punto más fuerte la huelga portuaria e incluyó incluso trabajadores transantiago , pilló al PC en una situación compleja de tener que apaciguar las luchas obreras llamándolos a esperar y confiar en el gobierno. Si la paciencia se agotaba , entonces el PC no le quedaba más que lamentarse y mirar hacia otro lado, mientras los agentes del estado se hacían cargo cuando las palabras del PC no lograban convencer a los obreros.
Esta lealtad del “partido de los trabajadores”, de la que tanto gustan los jerarcas del PC jactarse, con el gobierno de Bachelet tuvo otros costos más dramáticos. El 24 de julio del año 2015 Nelson Quichillao, trabajador del cobre ( Donde el PC también goza una importante influencia), fue asesinado por un carabinero mientras participaba en una protesta por demandas laborales. Así el giro de Bachelet a tomar las demandas ciudadanas, surgidas con las movilizaciones del 2011 a ratificar su lealtad con los grandes empresarios, también significó para el PC un profundo cuestionamiento del rol que jugaba en dicho gobierno.
La doctrina tellier fue un intento de dar respuesta a esa dicotomía que se abría entre un partido que decía defender los intereses de los trabajadores pero que pactaba con los defensores del neoliberalismo. La fórmula de dicha “doctrina” se expresó en una frase que resuena hasta el día de hoy para definir la labor militante del PC: “ tener un pie en la calle y otro en el gobierno”. A juicio de quién escribe habría que reformular dicha frase por “un pie para frenar la calle y asi sostener al gobierno”.
Organizando derrotas: la sumisión del PC al pacto neoliberal
El año 2009, La cúpula del PC decidió llegar a un acuerdo por omisión con la ex concertación el que les permitió ingresar al parlamento después de años de ser excluidos del sistema político. La concertación que por años se resistió a dicho acuerdo, decidió aceptarlo como un giro desesperado para sumar votos a una campaña presidencial profundamente desgastada y que concluyó con la vuelta de la derecha.
Luego de aquello el 2011 sorprendió al PC con una importante fuerza en las federaciones de estudiantes universitarias, tras años de hegemonía de los partidos de la concertación. Este giro a izquierda del movimiento estudiantil nuevamente los sorprendió , dado que el programa inicial que el PC había pensado para dicha movilización , el “ arancel diferenciado” fue reemplazado rápidamente por las asambleas de base por la consigna de educación gratuita.
El enfrentamiento del régimen y de los estudiantes fue tan fuerte, marcado por la intransigencia del gobierno y la voluntad de lucha de los estudiantes de continuar la movilización, que ante el apuro el PC debió cambiar su política. En vista que los estudiantes se negaban a deponer los paros, el PC aceptó la Educación gratuita, pero como un horizonte estratégico, por tanto llamaron a replegar la lucha y cambiar la táctica de la movilización por la incidencia parlamentaria. Contaron por supuesto con la ayuda de los nacientes partidos del Frente Amplio.
A cambio de deponer las movilizaciones, o a movilizarse “por hitos” , la juventud obtenía la promesa de que si confiaba en los partidos del Frente Amplio o del partido Comunista ( por esos años con tácticas electorales diferentes) , ellos podrían destrabar los “cerrojos institucionales” que impedían que se cumpliera con las demandas populares. El PC fue así aumentando su influencia en el aparato del estado: nuevos legisladores, más cargos, más recursos, más alcaldías. Pero el movimiento estudiantil fue más y más relegado hasta su debilitamiento definitivo.
Luego vino la rebelión del 2019 y el acuerdo de todos los partidos políticos para alcanzar una salida constitucional en el llamado “ acuerdo por la paz”. El PC se negaba a firmar en un momento en que la efervescencia de las movilizaciones estaba aún vigente. Y vino la pandemia y el Partido Comunista cayó en el chantaje empresarial de descargar sobre los hombros de los trabajadores el peso de la crisis, permitiendo que se aprobaran en el parlamento un conjunto de leyes precarizadas del empleo.
Pero, actuando como si nada de aquello hubiese ocurrido, en noviembre del año 2020 en su XXVI Congreso , el PC convoca a rodear la futura convención constituyente que se elegiría el año 2021 de la movilización popular para empujar los cambios demandados por la rebelión. nada de eso ocurrió, y la cúpula del PC no ha realizado hasta hoy ningún balance serio de aquellos “zigzagueos” , dado que preservan al parecer la firme convicción de que la gente y su militancia es una mera base de maniobra a la que mejor no contarle la verdad por que puede que asi la olviden, aunque dicha verdad sea faltar a una promesa.
La conclusión de este breve recorrido histórico, se deja traslucir a la vista. El avance de la derecha obedece a muchos factores. Uno de ellos es la desmoralización de la clase trabajadora, quien desde la rebelión y la crisis de la pandemia sólo ha visto cómo se degradan sus condiciones de vida, mientras los empresarios se hacen más ricos y los políticos no pierden sus cómodos sitiales en el parlamento. Años de pelear por dejar de ser excluidos por el sistema político le ha dado más cargos y más recursos a la burocracia del PC.
Pero incluso para los militantes de base y la inmensa mayoría de la población, esta inclusión del PC al Estado poco ha cambiado las bases del neoliberalismo que condena al endeudamiento para acceder a bienes y servicios básicos, la falta de acceso a derechos elementales como salud, vivienda y educación a la inmensa mayoría de la población. Todo el recorrido desde un partido contestatario en los 90 hasta el sitial en el gobierno de Boric, ha sido el camino de la dirección del PC a subordinarse al régimen neoliberal, con un pie en la calle conteniendo las movilizaciones y otro pie afirmando los pilares de la sociedad que dicen querer cambiar.
Y si quienes supuestamente ejercen el rol de dirección de la clase obrera, un día llaman a movilizarse , otro día llaman a ser leales al gobierno, un día empujan las luchas sindicales y sin ganar nada concreto se retiran argumentando que no existe correlación de fuerzas, una dirección así de vacilante, sin una estrategia para vencer difícilmente puede inspirar confianza en la clase trabajadora.
El problema radica en que el Partido Comunista, desde su stalinización a finales de los años veinte ha sido dirigido por una casta de burócratas de mentalidad conservadora cuya imaginación no supera el trecho de la próxima elección. un partido que sólo busca engordar en cargos pero que no piensa utilizar toda la fuerza conquistada para la lucha, temerosos de perder sus posiciones.
Tal es la manía de mantenerse en su lugar de comodidad, que al igual que los viejos oficiales soviéticos de la era estalinista, muchas veces falsean la realidad con tal de evitar verla. A veces sus resultados son graciosos, otros brutalmente trágicos como el año 73 cuando el PC decía que el golpe ocurriría sólo si la extrema izquierda daba excusas y que el llamado debía ser buscar unidad con la Democracia Cristiana… quienes estaban conspirando para ejecutar el golpe de estado.
Un Partido Comunista, cuya estrategia es reformar el estado neoliberal, solo genera una atomización de las diferentes batallas tácticas (electorales, sindicales, populares, democráticas, etc) sin un objetivo claro. Un Partido Comunista así, esta condenado a vagar errante convirtiendo cada táctica en un paso estratégico que finalmente no tiene coherencia el uno con el otro, más allá del objetivo no declarado que es sostener a una casta de burócratas inoperantes en sus puestos. Un Partido Comunista asi no puede conquistar un gobierno de trabajadores de ruptura con el capitalismo, y si conserva las banderas de la revolución de octubre lo hace sabiendo que es solo una estrategia de marketing para que los jerarcas puedan mantenerse en sus puestos.
Llegamos de esta manera, a un presente en el cual el PC tiene una fuerzta nunca vista en el aparato del estado, pero se encuentra atado de manos ante un gobierno completamente sometido al imperialismo y a los grandes empresarios y un consejo constitucional dominado por la derecha que redacta una constitución fanáticamente pinochetista. Y pese al descontento del mundo de la izquierda con la situación , el PC nos llama a incidir y seguir confiando en el gobierno, aunque cada día aquella confianza se vaya horadando y dando paso a la decepción y a la penetración de los sentidos comunes de la derecha.
La casta burocrática del Partido Comunista acostumbra a darle un velo melodramático y trágico a su actuar: la derecha siempre es un enemigo poderoso para el cual no existen las condiciones de fuerza para enfrentarlo, por tanto debemos resignarnos a esperar y avanzar de a poquito, paso a paso, aunque el enemigo avance kilómetros. Esta forma de pensar conservadora, solamente debilita la organización y la disposición a la lucha de la clase obrera y la juventud.
La militancia marxista y comunista tenemos la tarea de sacarse el lastre de las viejas casta burocráticas , recuperar nuestros centros de estudiantes, organizaciones obreras y populares con una estrategia clara de confrontación con este sistema que día a día profundiza su miseria y degradación de nuestras condiciones de vida. La derecha y los empresarios no son un adversario invencible. Como la historia lo ha demostrado, podemos vencerlos si tenemos la disposición de vencer y dejar de continuar organizando derrotas.
Ιωαχειν
Editor y columnista de la Izquierda Diario