La alcoholera cordobesa Porta Hermanos, una de las grandes beneficiarias de la pandemia a costa de la salud de las mayorías populares, junto a los ingenios de la región noroeste, podrían abastecer sin límites al país con un insumo básico contra el coronavirus.
Viernes 20 de marzo de 2020 20:31
Una rentable empresa “familiar”
Estimaciones de mercado señalan que Porta Hermanos, la alcoholera que se precia de abastecer con el 90% del alcohol (medicinal, cosmético y alimenticio) que consume el país, tiene un ingreso anual de 2500 millones de pesos de facturación. Aunque según el diario El País del Estado Español, en 2017 la empresa facturó USD 100 millones (la mayor parte por venta de alcohol medicinal que representa el 36% del segmento), en junio de 2019 presentó un proceso preventivo de crisis para reestructurar un pasivo de $1500 millones.
Parece que la actual coyuntura es vista como la oportunidad de la empresa de “salvarse” a costa de la especulación sobre la salud y las necesidades de la mayoría de la población.
Otras fuentes, sin embargo, señalan que aun siendo líder con el 60% del mercado de alcohol en gel, compite en el segmento con los laboratorios Elea Phoenix (y su marca Pervicol) a cargo de los empresarios Hugo Sigman (el pope de Insud,íntimo amigo de Nestor Kirchner, antes macrista hoy con Alberto Fernandez), Daniel Sielecki y Luis Gold. Las otras empresas productoras son Fradealco (con sus líneas MF y Purocol) y las “marcas blancas” como las que produce para Carrefour y Farmacity el Laboratorio de Roberto Pasmanter.
Ese transparente objeto del deseo
Los productos de Porta Hermanos, tanto los de consumo masivo como industriales, se exportan a unos 15 países de América y Europa, con Chile, Uruguay y Bolivia como destinos principales. En las últimas semanas, la demanda de alcohol, frente a la expansión de la pandemia del coronavirus, aumentó exponencialmente (entre un 80 y 100%).
Desde la planta de barrio Inaudi, en la ciudad de Córdoba, cuestionada por los vecinos por la contaminación ambiental, los dueños declaran a través de un comunicado con fecha del 15 de marzo de 2020, que están trabajando más allá de sus posibilidades. Según manifiestan allí, el establecimiento se mantiene “Trabajando las 24 horas para proveer los productos Bialcohol a todos nuestros clientes, priorizando formatos pequeños para abastecer a la mayor cantidad de personas”.
Detrás de este discurso de solidaridad con la población y la supuesta preocupación para abastecer de un producto que está agotadísimo en el mercado, aparece el interés por una ganancia multiplicada al calor de la crisis generada por el COVID-19. En el mismo comunicado señalan que el gobierno de la provincia de Córdoba pudo “comprobar” que desde noviembre de 2019, los precios “solamente” aumentaron un 10%. Sin embargo, es a través de esa supuesta prioridad en los envases chicos para “abastecer a mayor cantidad de personas” donde radica el negocio. El mayor fraccionamiento del producto (alcohol etílico y alcohol en gel) en presentaciones de 250 y 500 mililitros va de la mano con su encarecimiento para la población.
De esto pueden dar cuenta los trabajadores de Farmacoop, una planta que en 2018 fue puesta bajo control de los propios trabajadores y trabajadoras para defender su fuente laboral ante el cierre del ex laboratorio Roux Ocefa. Ellos declaran que la presentación de 125 mililitros de alcohol en gel tiene un costo de $14.
Bien sabemos que antes de que la pandemia del coronavirus desembarcara en Argentina, el frasco de 60 mililitros de alcohol en gel, se conseguía en cualquier farmacia por encima de los $60 y como denunciaron docentes de La matanza, esta misma semana las farmacias duplicaron los precios del alcohol en gel en cuestión de horas a pesar de que el gobierno de Alberto Fernández anunció que fijará un tope a los precios de este producto esencial.
Porta Hermanos es una planta que produce distintos tipos de alcohol a partir de cocinar semillas de maíz con un tipo de levadura que permite la generación de azucares, cuyo destilado purificado (junto al gas carbónico para gaseosas) es ese objeto de deseo masivo en tiempos de coronavirus y otras pandemias, como la “Gripe A” (H1N1).
Para los ingenios azucareros, que por su magnitud, son los principales productores de alcohol del país, el negocio alcanza también magnitudes estrafalarias. Empresas líderes en el rubro como Ledesma (Jujuy), produjo 90 millones de litros en la última zafra mientras el El Tabacal, de Salta, destiló 279 millones de litros. Si a ello sumamos la producción de los ingenios de Tucumán, en total produjeron 323 millones litros de alcohol desde la última zafra hasta el 15 de febrero de 2020. La donación de algunos litros a los estados provinciales en medio de esta crisis, como se ve, es pura demagogia.
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Los ingenios mencionados destinan casi el cien por cien del alcohol a la producción de bioetanol (que tiene una gradación apenas superior al alcohol medicinal o “buen gusto”, según la jerga industrial). El bioetanol es un gran negocio gracias a los precios fijados por el Estado, destinando esta producción al corte de naftas. Así, direccionar el alcohol a un uso medicinal ante la pandemia se vuelve de carácter urgente, porque en los ingenios se encuentra el grueso de la producción nacional de este insumo vital. Con ella, sumada a la producción de alcohol medicinal que fabrican Porta, Elea Poenix, Fradealco y Laboratorio R. Pasmanter, se podría abastecer casi límites al conjunto del país.
Crecimiento exponencial en las condiciones de explotación
En Porta, los trabajadores señalan que en la última semana ingresaron 12 operarios a la planta, para fortalecer el trabajo que creció exponencialmente al calor de la crisis sanitaria, y que se espera la incorporación de 12 nuevos empleados para la semana entrante. Han reforzado los ítems que engrosan el sueldo (con la risible suma de ¡70 pesos!) con vouchers de comida para quien quiera hacer horas extra.
Esto multiplica el trabajo de 24 horas que recae en turnos de 12 horas para los y las 300 operarios abocados a la tarea de producir y envasar el Bialcohol, junto a los técnicos y control de calidad. El área de venta y comercialización implica unos 200 trabajadores y trabajadoras más, así, el total de la planta de la principal productora del alcohol para el país se asienta en el trabajo de 500 personas que producen día y noche, y se vería reforzada, además, con una nueva línea de producción que la empresa estaría montando en la sede de Barrio Inaudi. Las trabajadoras mujeres, mayoría en el área de laboratorio, sufren doblemente el impacto de esta crisis no sólo por los ritmos extenuantes, si no porque además, se ponen en riesgo ellas y sus familias manteniéndose en circulación.
Botellitas y ganancias
La producción de alcohol medicinal en sus envases de medio litro o su presentación de 250 ml, ronda entre las 230 y 250 mil botellas diarias, mientras que el alcohol en gel (250 mililitros) se acercaría a las 44 mil botellas. Si sólo consideramos que se venden al precio fijado por el gobierno nacional, y contamos los envases de menor cantidad por la política empresarial de fraccionamiento en los últimos días (250 cc de etanol líquido), la venta diaria de Bialcohol significa un ingreso de 20 millones de pesos diarios. La venta de 40 mil botellitas de alcohol en gel implica, vendida a $100, otros 4 millones de pesos más en 24 horas.
Como viene reflejando La Izquierda Diario, hay decenas de iniciativas en todas las provincias, de escuelas con docentes de materias técnicas y de las ciencias naturales que desarrollaron iniciativas para aprovisionar de alcohol en gel a la comunidad por fuera de la especulación económica.
Además, los laboratorios de Fabricaciones Militares de Río III y Villa María en nuestra provincia (así como en otras partes del país), podrían elaborar alcohol en gel para proveer al sistema sanitario público. Pero la pregunta que surge es quién será el proveedor del insumo principal: el etanol. Será, seguramente, esa empresa “familiar” cordobesa que presume desde sus páginas oficiales abastecer del 90% de alcohol para uso medicinal, cosmético y alimenticio “con más de 137 años en el mercado local”.
El planteo del Frente de izquierda ante la crisis
Ante semejante crisis sanitaria, donde el alcohol se vuelve un insumo central para enfrentar la emergencia es necesario que toda la producción sea puesta a disposición de manera gratuita para abastecer al sistema sanitario y a la población de conjunto, sin que medie el lucro privado de las empresas que, junto con BioLedesma, Ingenio El Tabacal y La Florida (entre otras), como queda planteado, poseen el monopolio de la producción de alcohol etílico para uso medicinal.
Junto a ello, los recursos que el Estado ahorre no pagando con costos altísimos el alcohol, pueden destinarse a la ampliación de la planta para aumentar su capacidad productiva, generando nuevos puestos de trabajo genuino y con salario acorde a la canasta familiar, para que sean los propios trabajadores de la planta de Porta, así como las demás alcoholeras, quienes controlen la producción, evaluando las condiciones de producción y fraccionamiento óptimas para el aprovisionamiento del alcohol en todas sus presentaciones y de acuerdo a las necesidades sanitarias.
En el caso de BioLedesma es fundamental una readecuación de la producción, también bajo gestión de los y las trabajadoras, para abastecer la creciente demanda de etanol que requiere hacerle frente a la pandemia, ya que mientras tales empresas hacen demagogia como la tucumana Rocchia Ferro que anunció la donación de 10.000 litros de alcohol (suficientes sólo para 1330 envases de 10 litros), el COVID-19 se expande.
Mucho menos son los 2500 litros que donó BioLedesma al Estado jujeño, comparados con los 30000 que le vendió a la misma provincia. Es evidente que el afán de ganancias prima por sobre la salud de mayoría de la población del país.
En el mismo sentido debe plantearse la reconversión parcial de la industria tal como lo dispuso Gran Bretaña sobre la industria automotriz, y sumarlos a la producción de Tecme, Leistung o Promedom, para la fabricación de todos los insumos necesarios. Son medidas indispensables para afrontar de manera racional una crisis sanitaria como la actual, con todos los recursos al servicio de la mayoría de la población y no de los especuladores.
Una vez superada la crisis del Covid-19 y bajo gestión de los propios trabajadores, se podrá poner en discusión cómo readecuar la producción de estas plantas, muchas de ellas actualmente contaminantes, como vienen denunciando los y las vecinas de la zona.
En el mismo sentido debe actuarse con las empresas que fabrican respiradores arificiales como Tecme y Leistung, ambas radicadas en la ciudad, poniendo toda la capacidad productiva y minimizando los costos para el Estado en función de atender las necesidades y la salud de la población.
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Por el conjunto de estas razones, como concejal del Frente de Izquierda, he presentado en el Concejo Deliberante de la Ciudad, proyectos para que toda la producción de estos insumos indispensables para atender la crisis sanitaria sean puestos a disposición del Estado municipal y del provincial, para ser controlados por los propios trabajadores de la salud, junto a personal técnico e investigadores de las universidades que diseñarán planes de abastecimiento y aprovisionamiento de lo necesario.
Estas medidas, así como la implementación masiva de testeos para detección temprana del coronavirus, las licencias para la población de riesgo, subsidios de 30 mil pesos para los sectores que trabajan en la informalidad, entre otras, como las que hemos presentado junto a Nicolás Del Caño y Myriam Bregman en el parlamento y legislaturas de todo el país, muestran que solo afectando la voracidad capitalista se puede enfrentar la crisis sanitaria en curso.
Laura Vilches
Concejala PTS - FIT Córdoba. Legisladora provincial (mandato cumplido) PTS-FIT Córdoba. Docente. Miembro de la dirección nacional del PTS y de la Agrupación de Mujeres "Pan y Rosas".