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Red Internacional
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Cinismo. Para Soledad Acuña la falta de vacantes “es una suposición, no un dato de la realidad”

Entrevistada por María O´Donell, la ministra de Educación de la Ciudad hizo confusas y contradictorias declaraciones sobre la numerosa cantidad de niños y niñas que todos los años no acceden a una vacante en las escuelas públicas porteñas.

Martes 8 de febrero de 2022 16:16

En el marco del anuncio sobre el fin del protocolo COVID para el ciclo lectivo 2022, la ministra fue entrevistada en el programa radial “De acá en más” de Radio Urbana. Consultada por las repercusiones de sus declaraciones en la conferencia de prensa brindada ayer, en la cual expresó “vamos a eliminar la palabra protocolo de las escuelas. No hay más palabras raras”, Acuña explicó que “empezamos a incorporar vocabulario extraño a nuestra cotidianidad y, en la escuela incorporamos cosas que son extrañas al día a día de los chicos. Empezamos a incorporar palabras que afectaron a los chicos”.

Lo que llama la atención en su declaración es que justamente las escuelas, al no ser espacios ajenos a la realidad, construyen el aprendizaje a partir de la cotidianeidad de los y las estudiantes y sus familias. De esta manera, “protocolo” y las demás “palabras raras” que la ministra menciona como ejemplo (UFU, ASPO, DISPO) lejos de ser “extrañas”, son parte de la nueva realidad que estamos viviendo como sociedad atravesando una pandemia.

Consultada por la expresión de la diputada nacional por el FITU, Myriam Bregman, haciendo referencia a los miles de niños y niñas que año tras año no obtienen una vacante en las escuelas públicas, la ministra respondió que “lo que puede decir Myriam es una suposición suya, no un dato de la realidad. Nunca en los últimos ocho años, por lo menos, tuvimos falta de vacantes en los niveles obligatorios de la Ciudad. Cuando una familia pide vacante para el nivel obligatorio, tienen una vacante”. Es curioso que, luego de un reciente fallo judicial que reconoce y obliga al gobierno porteño a garantizar vacantes, la ministra haga esta afirmación.

Sin embargo, así como expresa lo dicho, también reconoce que “no estamos pudiendo cubrir toda la demanda” de familias que solicitan acceder a una vacante para niños y niñas de tres años o menos, y que por eso “están los Centros de Primera Infancia (CPI) que dependen del Ministerio de Desarrollo Social que atienden a los grupos más vulnerables y cubren un montón de vacantes en la Ciudad”. Es decir, para Soledad Acuña no faltan vacantes, pero sí reconoce una demanda real, cada vez mayor, de familias que no acceden a una vacante para sus hijos e hijas menores de cuatro años porque no hay jardines.

Otro elemento que omite la ministra es la recurrente asignación de vacantes en escuelas lejanas al domicilio de los y las estudiantes. A pesar del sistema de inscripción on-line que implementó la gestión de Cambiemos, a través del cual se supone que se tiene en cuenta el lugar de residencia de los y las estudiantes para la asignación de una escuela cercana, son muchas las familias que afirman haber recibido una vacante en un turno o barrio incompatible con su realidad cotidiana.

Estos problemas, naturalmente, son expresión de la falta de inversión y construcción de escuelas de larga data. Si bien para la ministra “la forma en la que se genera vacantes es construyendo escuelas”, detallando que fueron cincuenta y cuatro las escuelas construidas, es sabido que esto no es tan así, ya que esta gestión contabiliza “una nueva escuela” sin tener en cuenta la construcción de un edificio, es decir, puede tratarse de una nueva institución que funciona compartiendo un mismo establecimiento con otra. También es importante señalar que diecisiete de las cincuenta y cuatro escuelas que menciona la ministra, fueron edificios que reemplazaron una institución ya existente. Tal es el caso del Jardín del Hospital Ramos Mejía, cerrado y trasladado de forma inconsulta con la comunidad educativa, a cuatro cuadras del lugar y del intento, con el mismo método, por trasladar a la Escuela de Cerámica N°1 del barrio de Almagro a Mataderos.

Es evidente que las declaraciones de la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, demuestran, una vez más, un desconocimiento importante de las demandas de estudiantes, familias y docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Será por eso quizás que, tal como mencionó en la entrevista de manera sonriente y sorprendida, “todo lo que digo en general tiene como un lado que es muy cuestionado”.