Estatales. Paro formal y un palco repudiable junto a Felipe Solá

En un intento de aportar algún caudal propio a la jornada organizada junto a movimientos sociales, ATE Nacional y la CTA autónoma largaron un paro, con el eje puesto en la reapertura de paritarias, el fin de los despidos y contra los tarifazos. La medida, como sucede desde hace tiempo, no contó con las instancias democráticas para que la medida sea tomada como propia por las y los miles de estatales que están sintiendo el ajuste cada día, como parte de un plan de lucha contra los salarios de hambre y la precarización.

Si partimos de que el macrismo ha logrado avanzar sobre las condiciones de vida de los que trabajan en el Estado, por vía directa e indirecta, mediante ajuste, inflación y ataques puntuales, de lo que se trata es de ver cómo se da respuesta a esa sensación de desánimo y relativa desmoralización que golpea en los lugares de trabajo. Es cierto que estos elementos se combinan con una profunda bronca contra el ajuste del gobierno, pero en gran medida la estrategia política y sindical que han adoptado las conducciones sindicales, se ha encargado de mantener la bronca bien resguardada, sin que se exprese como una gran lucha contra el ataque del gobierno.

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Ningún dirigente de ATE, sea Cachorro Godoy, o Daniel Catalano, debería sorprenderse de que las medidas que convocan tengan cada vez menos impacto y adhesión. Esto se explica en parte, porque ninguna medida aparece con la fuerza, ni siquiera aparente, de que puede conquistar alguna demanda. Seamos claros, los paros tienen más folclore que Cosquín. Y para conquistar alguna de las demandas que se plantean, tan necesarias como compensar lo perdido en el salario, el plan de los sindicatos no indica sobre qué base se podría hacer. Siendo que los sueldos estatales se pagan con fondos que están siendo el blanco de ajuste del FMI, por la vía del objetivo déficit cero ¿se puede iniciar una lucha seria por aumento salarial, sin plantearse romper con el FMI y no pagar la deuda externa? Las consignas sindicales clásicas, las demandas rutinarias de aumento salarial y condiciones de trabajo, se transforman casi en una utopía, en momentos donde el país está siendo literalmente rapiñado por el FMI. De ahí que la resolución de los problemas concretos que impactan sobre los y las estatales, merecen cada vez más, una resolución política. Sin romper con el FMI, el gobierno, sea del signo político que sea, va a tener que continuar realizando las tareas de saqueo nacional que el organismo determinó.

En este marco político, la acción convocada por Cachorro Godoy con movilización al ENRE y al Congreso Nacional, fue una nueva medida más dentro del derrotero de ATE: sin instancias democráticas, ni asambleas, ni plenarios que unifiquen a todos los y las trabajadoras, aislada y sin preparación. Medidas que muestran a los y las estatales débiles y por esa vía le hacen el juego al plan del Macrismo y el FMI.

En el reclamo, ya de por sí limitado, contra los tarifazos y por paritarias, se coló la campaña electoral y primaron los discursos de "unidad" para derrotar al gobierno en las urnas. Desde el palco no faltaron entonces los saludos a diputados y diputadas nacionales que acompañaban la movilización. Distintos oradores nombraron así a diputados y diputadas de Unidad Ciudadana y a Felipe Solá quien busca mostrarse como promotor de la unidad del peronismo. Frente a miles de manifestantes de movimientos de trabajadores desocupados, los oradores del acto hicieron caso omiso de su responsabilidad política en el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en la masacre del Puente Pueyrredón cuando era gobernador de la provincia de Buenos Aires y celebraron su presencia.

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La política de tipo simuladores “hagamos como que hacemos” tampoco es exclusiva del ala de Godoy, quien está más preocupado por las elecciones del sindicato de 2019, que en la realidad de los trabajadores. Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital (Kirchnerista), acompaña esta medida de manera totalmente formal, adhiriendo al paro pero sin convocar a movilizar. Catalano, está apostando todos los cañones al recambio electoral en octubre. En los plenarios de la seccional que dirige, la orientación general se traduce en que este año “hay que votar bien”. Su apuesta está en las urnas en un proyecto electoral como el que plantea Axel Kicillof, pagando la deuda ilegítima y fraudulenta, como él mismo anticipó en la merienda con los enviados del FMI por un lado.

Ambas alas del sindicato, juegan a medir fuerzas en acciones propias, (ATE Capital convoca a una acción a mediados de marzo) en horarios estrambóticos para cualquier trabajador, y sin ningún tipo de instancia democrática en donde puedan ser sujetos de discutir cuándo y cómo realizar estas medidas de fuerza. De esta forma, en los hechos terminan siendo funcionales a la división que nos impone el Gobierno y el propio Estado, entre trabajadores de primera y de segunda: de planta permanente, transitoria, contratados, “artículos 9”, monotributistas, etc., trabajando en medidas aisladas y divididas que no hacen más que contribuir a desmoralizar y debilitar la fuerza de los trabajadores.

Su apuesta es a un recambio electoral que, en nombre del “mal menor”, lleve a los trabajadores detrás de los gobernadores que han aplicado ajustes en sus provincias; a las mujeres que luchan por el derecho al aborto detrás de las iglesias católica y evangelista que enarbolan los pañuelos celestes. Dicen que van a enfrentar la reacción y el golpismo en América Latina uniéndose a los partidarios argentinos de Bolsonaro. Dicen que van a defender derechos para las mujeres sosteniendo alianzas con gobernadores oscurantistas y antiderechos como Juan Manzur del FPV o el radical Morales que obligan a la maternidad forzada a niñas menores. Dicen que van a defender Venezuela llamando a la unidad con quienes apoyaron a Guaidó y la intervención imperialista.

Pero mientras ellos esperan, o apuestan a estas alianzas enemigas de los trabajadores, las mujeres y la juventud, los empresarios y el gobierno buscan avanzar. Ya vimos la ilustración de Dante Sica desde el Ministerio de Producción, explicando que contribuyentes rubios y bien vestidos sostienen a las grandes mayorías morochas y mal vestidas. No es un error, es una concepción de que los ricos mantienen a los pobres y que Cabiemos vino a cambiar eso mediante la reforma laboral y la segunda fase de la reforma previsional.

¿Cómo se proponen enfrentar los ataques de este gobierno sin poner en pie al conjunto de los estatales lo que implica el llamado al frente único y a la lucha en común a los otros sindicatos, a buscar poner en pie asambleas masivas y coordinar las luchas sectoriales? ATE Capital integra el movimiento 21F que dirige al subte, camioneros, bancarios, estatales, docentes. Si se quiere derrotar los tarifazos, recomponer el salario y frenar los despidos y mostrar voluntad de lucha, ¿por qué nunca han convocado a un paro común que muestre la fuerza de las y los trabajadores en la Ciudad de Buenos Aires donde reside el centro del poder político y económico, el centro de toma de decisiones de las empresas?

Frente a estas formalidades que convocan los sindicatos, el movimiento de mujeres volverá a las calles el 8M preparando un nuevo paro internacional por los derechos de las mujeres. Un paro que, frente al ajuste del gobierno y los intentos de bajar la voz en tiempos electorales (https://www.laizquierdadiario.com/Adonde-va-el-movimiento-de-mujeres-polemica-entre-la-izquierda-y-el-kirchnerismo) de reclamos como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; puede motorizar junto a nuestros compañeros varones un paro general para enfrentar los ataques de Macri y los gobernadores, que plantee la ruptura con el FMI y el no pago a la deuda. Es esta la pelea que desde la Marrón Clasista y Pan y Rosas buscamos dar para que nuestras vidas dejen de estar en manos de quienes saquean al país y de quienes impiden que podamos decidir sobre nuestros cuerpos.