×
×
Red Internacional
lid bot

Reviviendo dinosaurios. Partidos comienzan a definir candidatos y se ponen en la primera línea los viejos estandartes de la transición

Con partidos ampliamente desprestigiados y poco tiempo para posicionar nuevos, todos los partidos con representación parlamentaria, comienzan a sondear personalidad de los 90 para sus listas e incluso, Convergencia Social estaría buscando a un ex ministro DC para uno de sus cupos.

Lunes 23 de enero de 2023

Hasta el 6 de febrero tienen los partidos políticos para confirmar sus listas de postulantes de cara al próximo proceso constituyente. El problema es que muchos de sus rostros fueron “quemados” en las últimas elecciones tanto a la convención como a las municipales y parlamentarias, los cual los dejó con la obligación de buscar nuevos rostros que puedan disputar los cargos.

Sin querer grandes riesgos y a sabiendas que el nivel de cocina que tiene que acuerdo, los partidos al parecer jugaran sobre seguro y estarían sondeando cartas ya posicionadas e incluso, muchas con tradición en este tipo de espacios tan tradicionales de lo que fue el periodo transicional de los 90.

Así, y según constató una nota del diario La Tercera, los partidos estarían recurriendo a sus “viejos estandartes”, esa vieja generación que vivió el gobierno de la Unidad Popular, la Dictadura y/o el retorno de la democracia. Figuras como Andrés Zaldivar, Carmen Frei, Sergio Bitar, Francisco Vidal, Jose Antonio Viera-Gallo, Marcelo Schilling, Baldo Prokurica, Edmundo Eluchans, Victor Perez, Carlos Maldonado entre otros. Esto por parte de los partidos tradicionales de la derecha y la ex Concertación, nada nuevo bajo el sol, pero llama la atención que Convergencia Social estaría sondeando la posibilidad de llevar a Yerko Ljubetic, ex-DC como parte de su lista en una de las circunscripciones de Santiago.

Recordemos que el “Acuerdo por Chile”, un acuerdo que se firmó a puertas cerradas entre los partidos y los grupos que históricamente han representados los intereses del imperialismo y del gran capital del país, representa el segundo intento por cerrar la crisis institucional que se abrió luego de la revuelta social del 2019 cuyo primer intento fracasó con el rechazo del 4 de septiembre del año pasado.

Ahora, y con una derecha a la ofensiva, el gobierno y los partidos oficialistas, incluyendo el PC, se la han jugado por entregar a este acuerdo la legitimidad necesaria para que el proyecto de constitución que salga de este espacio, sea aprobado por la mayoria de la población este año.

Pero aun cuando la mayoría de la casta política se encuentra en el barco del proceso, más que apoyo social, existe una amplia apatía por el acuerdo y decepción por el mismo considerando el nivel de “tutelaje” que presenta.

Si ya la ex convención tenía una serie de controles que le impedía resolver soberanamente los problemas que llevaron a millones a salir a la calle, este acuerdo es aun más restrictivo, considerando que el trabajo preconstitucional, es decir la presentación del primer borrador, estará a cargo de una comisión de “expertos” que no es más que una forma más elegante para hablar de personas designadas para que redacten el borrador, base sobre la cual un puñado de representantes podrá trabajar y en caso de que no haya un consenso mayoritario sobre las propuestas, una comisión revisora (también designada) podrá revertir cambios o incluso anular propuestas.

De conjunto todos estos elementos se han vuelto un problema para los propios partidos ya que ni sus mismos militantes tienen una gran disposición a presentarse a este entuerto. Todo esto teniendo en consideración que solo faltan dos años para las próximas elecciones y participar ahora los inhabilitará luego.

Con calculadora en mano muchos se han negado a participar de una elección competitiva a nivel de votos, pero no cierran la puerta a participar como miembros de algunos de los cargos designados.