El presidente Pedro Castillo renunció de manera irrevocable a su militancia en la organización de izquierda reformista Perú Libre que fue la que lo llevó como candidato presidencial en las elecciones pasadas. Este paso, que libera a Castillo de sus antiguos socios políticos y del liderazgo oportunista del presidente del partido, Vladimir Cerrón, se da en un contexto de nueva crisis para el Ejecutivo, la cual se expresa en la reciente censura parlamentaria al ministro del Interior, Dimitri Senmache.
Viernes 1ro de julio de 2022 01:17
En una escueta carta dirigida al director nacional del Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones, el presidente Pedro Castillo presentó, este jueves 30 de junio, su renuncia irrevocable al partido Político Perú Libre. En esta carta de renuncia, Castillo no deja constancia de ningún fundamento político, ni tampoco explica las razones que lo llevaron a tomar tal decisión.
Hace unos días atrás la organización política de izquierda reformista Perú Libre emitió un comunicado público, en el cual instaban al presidente Pedro Castillo Terrones a renunciar de manera irrevocable a su condición de militante de esta organización.
Los principales cuestionamientos que hacen, tanto el Comité Ejecutivo Nacional, la Comisión Política y el grupo parlamentario de Perú Libre, al mandatario de la República tienen que ver con que este habría promovido la fragmentación y división de la bancada perulibrista al haber impulsado la constitución de dos partidos políticos en el seno de Perú Libre, lo cual llevó a la división de su bancada.
Esta ruptura de su bloque parlamentario, desde ya debilita mucho las posibilidades de negociación que tenía Perú Libre desde el parlamento, negociaciones y pactos que no dudaron en implementar cuando aún eran mayoría, vinculándose incluso al fujimorismo y a otras fuerzas reaccionarias y conservadoras del parlamento, con tal de asegurar una mayor presencia de sus militantes y allegados en las diversas instituciones del estado.
Este peso parlamentario también le sirvió a Perú Libre en su momento para asegurar los negocios de sus empresarios amigos, como claramente se pudo apreciar cuando, de la mano del fujimorismo y otras fuerzas políticas de la derecha, salvaron a los dueños de las universidades privadas que lucran con la educación de miles de jóvenes, sobre todo de los sectores populares.
Si bien Perú Libre, en ese comunicado también cuestiona en un segundo momento, el derrotero continuista y neoliberal del presidente, no le da a este punto la importancia del caso y eso tiene que ver con que esta organización acompañó a Castillo desde el primer día de su gestión en todas las medidas implementadas, dentro de las cuales, el piloto automático neoliberal fue la constante. Los únicos cuestionamientos que le hizo Perú Libre a Castillo siempre estuvieron relacionados a la disputa por cupos en el seno de los poderes del Estado o, como dijo en su momento el presidente de Perú Libre, Vladimir Cerrón, “por las cuotas de poder”.
El alejarse de Perú Libre y del liderazgo de Vladimir Cerrón, seguramente le dará al presidente Castillo un mayor margen de acción, tanto a nivel del ejecutivo como del legislativo - sobre todo ahora que el presidente ya tiene bancada propia – pero eso no solo no variará sino que profundizará la orientación continuista y neoliberal en el terreno económico, lo cual es uno de los principales rasgos del Gobierno.
En ese entender, creemos muy probable que el presidente pretenda utilizar este alejamiento de Perú Libre y de Vladimir Cerrón, a quienes la prensa hace ver de manera mal intencionada como la “izquierda radical”, para acercarse aún más a los sectores empresariales y a los sectores de la derecha parlamentaria que aún le siguen dando batalla, como bien quedó demostrado hace algunas horas cuando el pleno del Congreso, con 78 votos a favor, termino por censurar al Ministro del Interior Dimitri Senmache, quien pasaría a sumarse a la larga lista de ministros caídos en lo que va la gestión de Pedro Castillo.
