El pasado 14 de febrero Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), dio a conocer el nombre de tres empresas petroleras que han recibido contratos por cerca de 18 mil millones de pesos, en las que participa la familia del empresario José Miguel Bejos, muy cercano al expresidente priísta Enrique Peña Nieto.
Jueves 17 de febrero de 2022
Se trata de las petroleras Opex, Akal-I y Perfomex, creadas a finales del 2018, la primera obtuvo su registro ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) el 28 de noviembre de 2018, tres días antes de que el presidente López Obrador asumiera el cargo, y las otras dos a los 3 y 8 meses de haber iniciado el sexenio.
Según información del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, “entre 2020 y 2022, Opex ha recibido pagos de Pemex por 11 mil 176 millones de pesos. Por su parte, la empresa Akal-I, filial de Opex, ha recibido 5 mil 938 millones de pesos en ese mismo periodo. Mientras que Perforaciones Estratégicas e Integrales Mexicana SA de CV (Perfomex), vinculada a las dos anteriores, fue creada el 26 de marzo de 2019 y en el primer año obtuvo un contrato por 776 millones de pesos”.
En total las tres empresas han recibido 17 mil 890 millones de pesos en tres años.
A cargo de ellas se encuentran Alfredo Miguel Bejos y Alejandro García Bejos, quienes han formado parte de la presidencia del consejo de administración de estas empresas como presidente y presidente suplente respectivamente, según las actas del Registro Público y de la Propiedad consultadas por MCCI.
Lo que de manera intencionada se omite en el artículo del Reforma (y en todos los que se publican sobre el tema en los grandes medios de comunicación alineados con la derecha y las trasnacionales) es que bajo la administración de Peña Nieto se estableció el marco jurídico de la reforma energética que permite las contrataciones a empresas privadas, tales como las petroleras de la familia Miguel Bejos.
Durante la administración peñanietista parte de esta familia, cercana al entonces presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), obtuvo alrededor de 770 millones de dólares gracias a la renta de helicópteros y aviones a Pemex, a la Compañía Inversora Corporativa, un holding manejado por hijos y sobrinos de Alfredo Miguel Afif.
En ese mismo sexenio, el empresario Francisco Javier García Bejos, fungió como subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Actualmente, estas empresas en conjunto se ubican entre las 6 mayores contratistas de Petróleos Mexicanos (Pemex), superando a la compañía Baker Huges, sobre la que el sábado 5 de febrero la periodista Peniley Ramírez, del diario Reforma, publicó una nota bajo el título: “Los otros millones de Baker” acerca de las ventajas que ha recibido la empresa durante la actual administración de López Obrador.
Según la nota, el contrato firmado de la empresa con Pemex por 66 millones de dólares, debía concluir en 2019, pero a la fecha el monto se incrementó un 167 % del original y se amplió el contrato en septiembre de 2019 y luego en enero de 2020, Información que no ha sido desmentida por el gobierno federal.
Además, José Miguel Bejos es presidente de Mota Engil, una de las empresas que ganó la concesión para construir el primer tramo del Tren Maya junto con China Comunication Construction Company, por más de 15 mil millones de dólares, uno de los más importantes megaproyectos de la 4T.
La industria petrolera debe pasar a manos de sus trabajadorxs
La familia Miguel Bejos, así como las de otras dueñas de grandes empresas petroleras son las verdaderas beneficiadas aun en la actual administración morenista. No así las familias trabajadoras, como pretende el discurso del presidente afirmando que el gobierno es “para ricos y pobres”, lo cual no es posible en el actual sistema capitalista.
La inseguridad laboral y los bajos salarios, producto del avance de la precarización que prima en las compañías contratistas mediante las que se realiza buena parte del trabajo en la industria petrolera recae sobre las espaldas de los trabajadores y sus familias, para cubrir las necesidades de este gremio laboral, así como para poner a la industria energética al servicio de las familias trabajadoras en el país, no podemos confiar en el gobierno ni en los empresarios y sus partidos, mismos que mantienen a sus burocracias a la cabeza de los sindicatos, como el actual líder priísta Ricardo Aldana.
Como menciona nuestra compañera Bárbara Funes, sólo la organización de las bases trabajadoras “con el apoyo de científicos y profesionistas, y junto a las comunidades donde hay instalaciones de Pemex, son quienes pueden reactivar la producción petrolera, minimizar el impacto ambiental y poner las utilidades al servicio de las necesidades sociales, así como desarrollar un plan de transición energética basado en recursos renovables”.