Si bien el programa de emisión monetaria del Banco Central Europeo logró mantener a raya la deflación frente a la caída del precio del petróleo y la crisis en Grecia, las amenazas de deflación y bajo crecimiento persisten.
Viernes 31 de julio de 2015
Cuatro meses después de su comienzo, el programa de emisión monetaria del Banco Central Europeo (BCE) contó entre sus mayores éxitos el haber mantenido a raya la deflación frente a la caída de los precios del petróleo y la crisis en Grecia.
En el esquema de alivio cuantitativo europeo que comenzó en marzo, el BCE gastará 60.000 millones de euros al mes en la compra de bonos mayormente del gobierno hasta, al menos, septiembre de 2016, para intentar estimular la inflación y el crecimiento.
Según informa Reuters, los préstamos a corporaciones no financieras se habrían vuelto positivos por primera vez en tres años en mayo, y los nuevos préstamos corporativos por menos de 1 millón de euros se han recuperado desde niveles muy deprimidos, según datos del BCE.
Los préstamos de esa envergadura son vistos como un indicador de los créditos a pequeñas y medianas empresas, formato empresario que juega un rol importante en los 19 países de la zona euro.
Las medidas del mercado ante las expectativas de inflación, como canjes de las tasas de interés, habrían aumentado marcadamente desde que el programa fue lanzado, aunque el crecimiento en los precios al consumidor sigue apenas por encima de cero, lejos de la meta del BCE que se encuentra apenas por debajo del 2 por ciento.
Por ahora el programa resistió las caídas de precios en los mercados de materias primas y a un casi default griego, cuestión que sugeriría que las preocupaciones que generaron el esquema de compra de activos a fines del año pasado, habrían disminuido. No obstante, nada asegura que el programa sea capaz de resistir ante conmociones de mayor magnitud, a la orden del día en la economía mundial.
"El BCE duerme mejor de noche", dijo Brian Tomlinson, gerente de la cartera de renta fija en Allianz Global Investors. "Las pesadillas se han dispersado y la inflación está subiendo".
Sin embargo, una caída en el precio del petróleo y otras materias primas redujo las expectativas del mercado sobre la inflación futura y ya no se espera que el BCE comience a normalizar la política monetaria hasta 2019, un año antes de lo previsto anteriormente.
El Fondo Monetario Internacional advirtió el lunes que las perspectivas de crecimiento de la zona euro son modestas y que podría ser necesario imprimir más dinero de lo previsto.
Aunque los préstamos mejoraron en general, el crecimiento más fuerte se observa en las hipotecas, mientras el crédito a las empresas aumentó a un ritmo mucho más lento, como reconoció el BCE en su último boletín económico el jueves.