Para tratar de calmar el descontento y descomprimir un ánimo social que podía encenderse, el gobierno anunció la extensión del IFE (ingreso familiar de emergencia) de 100 mil pesos por integrante del hogar, a 13 millones de personas, duplicando el IFE que pasó en marzo. Sería “sin requisitos” para el 80% de los “más vulnerables” (que se encuentran en el Registro Social de Hogares), durante abril, mayo y junio e independiente de la situación sanitaria de la comuna en que viven.
Lunes 19 de abril de 2021
Imagen: Agencia Uno
Estas semanas el descontento y la bronca de las mayorías trabajadoras y populares habían aumentado contra el gobierno. La segunda ola con nuevo peack de casos de contagio, pese al avance de la vacunación, llevó al colapso en el sistema de salud público y a nuevas medidas de confinamiento (la mayor cuarentena que ha tenido el país en lo que va de la pandemia), con millones perdiendo ingresos para sostener la cuarentena.
Los canales de TV y matinales mostraban en las entrevistas la bronca y el descontento en las calles, de abuelitas, abuelitos, jóvenes, mujeres y trabajadores, cuestionando a un gobierno cuyos planes son una afrenta contra el pueblo trabajador porque solo resguardan las ganancias de las multinacionales y grandes empresas así como los multimillonarios, entre los cuales se encuentra el propio Presidente Piñera, odiado por la población.
Más aún. La gente en las calles decía que la ayuda no llegaba, que los requisitos son una traba para postular a los bonos, y que con 40 mil o 100 mil pesos no alcanza. Algo que es imposible que comprenda un gobierno capitalista que mientras la gente sufre, gasta millones de pesos en comidas exquisitas para La Moneda.
Por eso la gente reclamó su “tercer retiro” del 10% de las AFP. Aunque 4 millones de personas ya no tienen fondos en el sistema de pensiones con los retiros previos, aún son casi 11 millones de personas que podrían acceder, muchos de ellos trabajadores que durante años cotizaron plata que han ido en puro beneficio de las grandes corporaciones, empresas y banqueros. La gente sabe que no es la mejor opción usar sus propios ahorros, más aun de las pensiones, para alimentarse y pasar la cuarentena. Pero sabe que este gobierno no llegará con ayuda digna y sabe también que sus fondos de las AFP van a llenar los bolsillos de unos pocos mientras hay pensiones de miseria para las y los abuelitos. Prefieren tenerlos ellos que los ladrones de las AFP.
La amenaza del gobierno a ir al reaccionario Tribunal Constitucional para vetar el “tercer retiro” (donde además, en su interna se está desarrollando una cuasi guerra civil entre la alta casta de jueces designados para proteger el espíritu de la constitución pinochetista) encendió más la bronca en la gente y el descontento amenazaba con profundizarse.
Si hasta la CUT, que ha mantenido un silencio y una tregua vergonzosa en casi toda la pandemia (¡e incluso ha apoyado la ley de “desprotección” del empleo!) tuvo que salir a criticar al gobierno y convocar, aunque sea testimonial, a una “huelga sanitaria” el 30 de abril. Estaba presionada por el ánimo social.
Como señaló una nota de hoy de El Mercurio, diario defensor del gobierno y de este sistema empresarial, el “fantasma del "malestar social" resurge en Chile Vamos ante la opción del Gobierno de ir TC”. En palabras del diputado derechista Andrés Celis (RN), "esto es una cuestión de sentido común, de puro realismo. Si finalmente el Presidente Piñera concurre al Tribunal Constitucional, no cabe duda que esto va a producir un ruido y un malestar social. Por cierto que uno no quiere y mucho menos está haciendo llamados a que hayan actos de violencia en la calle, pero sí tengo la obligación de advertir que se puede producir un conflicto social que no es menor".
Fue ante esto que el gobierno tuvo que salir a anunciar, hace pocos minutos, en cadena nacional, la extensión del IFE (ingreso familiar de emergencia) de 100 mil pesos por integrante del hogar, a 13 millones de personas, duplicando el IFE que pasó en marzo. Sería “sin requisitos” para el 80% de los “más vulnerables” (que se encuentran en el Registro Social de Hogares), durante abril, mayo y junio e independiente de la situación sanitaria de la comuna en que viven. Dicen que cuesta 5,5 mil millones de dólares, un monto no menor.
Esto lo hace con un solo objetivo: descomprimir el clima social de descontento frente a la crisis. Calmar las aguas para que no se transforme en descontento activo. Sumar ampliación de bonos con más plata para ver si logra calmar, pero también dividir.
Porque sigue en su lógica de “focalización” a un sector de “vulnerables” algo que desde la propia derecha viene haciendo crisis por la crítica de las mayorías trabajadoras y populares. Resulta que hay un numeroso sector de la clase trabajadora que el gobierno considera que es de “clase media” pero que tampoco puede postular a bonos (como el “bono clase media” donde circularon en redes ampliamente las fotos de gente a la cual se lo negaron).
Probablemente el tercer retiro continúe, pues a ese sector no se amplía aún el IFE. Por eso el gobierno no aceptó responder las preguntas sobre recurrir al tribunal constitucional.
Por eso esta nueva medida del gobierno otorgando ciertas concesiones es solo para que no se profundice la bronca que viene en aumento. Una suma para ver si esto puede calmar y contener.
Pero estas medidas no resolverán la situación sanitaria ni la crisis que viven millones. Es necesario un plan de emergencia desde las y los trabajadores, conquistado con organización y movilización. La huelga que convoca la CUT el 30 debe ser un inicio para coordinar en un plan de lucha para conquistar:
La crisis no la puede pagar el pueblo trabajador, sino los grandes empresarios, banqueros, mineras y millonarios.