La denuncia la hizo pública Miguel Álvarez-Peralta a través de las redes sociales y pronto se hizo "viral". El tribunal de la Universidad Complutense que tenía que revisar el caso, ha vuelto a descalificarlo en un intento de castigo ejemplarizante por hacer pública esta práctica, muy habitual en la universidad pública.
Lunes 29 de enero
El 19 de septiembre de 2020, Miguel Álvarez-Peralta, profesor de periodismo en la Universidad de Castilla-La Mancha fue seleccionado entre otros 11 candidatos y candidatas para una plaza de ayudante a doctor en la Facultad de Ciencias de la Información en la Complutense.
El profesor contaba con un CV muy apto para el puesto. Sin embargo, la plaza estaba "reservada" para la compañera de partido del director de departamento del momento: un cargo del PSOE de Madrid que no cumplía con los requisitos mínimos.
Tras tres años de denuncias por parte de Álvarez-Peralta y de toda una serie de amaños e irregularidades como presiones para su retiro del concurso público, robos de documentos del archivo, puntuaciones imposibles, falsificación de méritos, repetición de la entrevista tres veces y todo tipo de tejemanejes por parte del departamento y del Rectorado de la UCM (Universidad Complutense de Madrid), el mismo tribunal lo suspende como aspirante a la plaza, quedando esta desierta. Se trata de un intento de castigo ejemplar por su denuncia pública del escandaloso caso de corrupción institucionalizada de la Complutense que es la punta del iceberg de la ligazón entre la casta universitaria y política en la universidad pública.
Ayer salió esta noticia sobre un caso de corrupción en el que soy el principal afectado. He decidido aportar la info que conozco. Acompañadme en este thriller de presiones para retirarme de un concurso público, puntuaciones imposibles, entrevistas amañadas y documentos robados.🧵 https://t.co/13jASKtCb1
— Miguel Álvarez Peralta (@miguelenlared) September 8, 2021
A la presentación del candidato le siguieron una serie de mensajes del director de departamento del momento, Fernando José Quirós Fernández, para presionar para que se retirara, pues estaba reservada para Juana Escabias. Escabias era secretaria de Cultura del PSOE en la Comunidad de Madrid y profesora asociada desde hacía un año, así como compañera de partido de Quirós: "Retírate o ganarás, ella no puede competir contigo… y borra esta conversación". En palabras de Álvarez-Peralta en un artículo para [Infolibre-https://www.infolibre.es/opinion/columnas/democracia-pixelada/caso-quiros-cronica-primera-persona_1_1208938.html], "pretendía que no echase una plaza que sí era de mi perfil y a la que yo legítimamente aspiraba".
Tras comprobarse que cumplía los requisitos de la plaza tocaba hacer frente a la última prueba: una entrevista personal ante un tribunal del departamento. La situación perfecta para amañar y cometer todo tipo de irregularidades, incluidas "super remontadas" de nota. Y así fue: se propuso el retiro de Miguel por sobrecualificación para el puesto, se le expulsa de la entrevista a la otra candidata, la secretaria de Cultura del PSOE —en una sesión que debía ser pública—, pasando por la ausencia de uno de los miembros del Tribunal hasta bien entrada la —pero evaluándola, emitiendo veredictos y firmando el acta de igual manera—. ¿El resultado? Puntuaciones imposibles que concedían la plaza a Escabias.
Ante esto, Álvarez-Peralta reclamó frente al Rector, el decano, y la Inspección de Servicios solicitando acceder a los expedientes con el fin de poder preparar la denuncia. No obstante, el certificado de docencia del cargo del PSOE había sido instantánea y mágicamente sustraído del archivo, con el agregado de la integración inmediata de la candidata en un grupo de investigación para mejorar sus méritos para la plaza.
Finalmente, aunque Rectorado admitiera ciertas irregularidades en la Comisión de Selección de la entrevista personal y diera pie a su repetición, permitió que en la nueva entrevista la Comisión se negará a convocar suplentes, que esta fuera evaluada por miembros ausentes y se dieron por válidos certificados emitidos ad hoc por miembros del tribunal. Las puntuaciones fueron prácticamente iguales a las dadas en las primeras entrevistas.
Se urdió así todo un entramado de trucos velados por Rectorado para ayudar al departamento de la facultad de Ciencias de la Información a finiquitar de una vez por todas el dedazo. La tercera entrevista se dio a causa de que Álvarez Peralta denunciara el caso en la justicia ordinaria, sin embargo el resultado no cambió. Así, tras tres entrevistas personales, la comisión de selección terminó suspendiendo al aspirante, y declarando que la plaza queda desierta.
Puntuar a Álvarez-Peralta como "no apto" ya no tiene el objetivo de reservarle la plaza a la candidata del PSOE, pues el escándalo hizo que Escabias terminara retirándose de la carrera por la plaza, sino que se trata de excluir y castigar a quienes disputan y sacan a la luz los "dedazos" y chanchullos de la universidad.
La plaza queda vacante y nadie se presenta. Mientras, el CV de Miguel cumple los requisitos de esa plaza vacía. Como dice el afectado, para cualquiera que conozca la universidad esta melodía le será bien conocida: "Es la tercera vez en pocos años que pasa algo parecido y en la misma facultad" afirma.
Su denuncia es la punta del iceberg de todo un sistema corrupto de amaños para repartos de sillones, de ligazón entre los intereses de una casta universitaria de catedráticos y rectores y los intereses de la casta política en la universidad pública. Así, su exclusión de la plaza pretende ser un castigo ejemplar, un intento de disciplinar a quienes denuncian estos abusos.
No es el único escándalo de la Complutense en poco tiempo. El premio de Alumni ilustre concedido el año pasado a la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso por dedazo de Rectorado, a pesar de la amplia oposición y movilización estudiantil, docente, investigadora, de trabajadoras y sanitarias, o el premio concedido a la reina Leticia como Alumni de Honor en 2022, son otros de los célebres casos que, aunque cumplen una función distinta al reparto de sillones (una función de propaganda y lavado de imagen, de reivindicación política, de intercambio de favores, etc.), también explicitan las ligazones entre los altos cargos universitarios con los partidos políticos de la burguesía y la monarquía; pilares del Régimen del 78.
Así, la universidad, lejos de ser una institución formativa neutra, cumple no sólo el papel de reproducción de una fuerza de trabajo cualificada, necesaria para el sistema capitalista, sino que juega también un papel fundamental en la producción y reproducción de la ideología de la clase dominante y sus representantes políticos, administradores de sus negocios. La elaboración del conocimiento, las investigaciones y la formación de intelectuales viene dirigida y financiada desde el Consejo de Gobierno y Consejo social, donde los catedráticos y representantes de las grandes empresas orientan qué se investiga, qué programas de estudio se imparten y qué se financia en función de sus intereses y los intereses que representan.
El reparto de sillones entre la casta política de los partidos del Régimen del 78 -el intento de colocar a la candidata del PSOE en el departamento de Periodismo y Nuevos Medios por parte del director- no son favores inocentes entre compañeros de partido. Responde a una disputa por la ocupación de posiciones y de poder dentro de la universidad, de sus órganos de gobierno, de sus facultades y departamentos, de sus grupos de investigación, etc.
Es por este motivo que tanto los trabajadores, como los estudiantes de la universidad debemos luchar por una universidad completamente pública y libre de la influencia de los partidos del Régimen del 78 y de las empresas. Una donde no sean posible los tribunales clandestinos, los nombramientos a dedo, las plazas con "bicho" y la precariedad laboral que empuja a los investigadores a pelear durante años por empleos mal remunerados y temporales. Una universidad gestionada por asambleas de trabajadores y estudiantes y no por rectorados y consejos sociales donde la casta universitaria hace y deshace a su antojo.
Con esta universidad, se podría plantear una investigación que satisfaga las necesidades sociales y que instruya a los estudiantes en algo más que su introducción futura a un mercado laboral precario. Es posible si acabamos con el Régimen universitario que no es más que el reflejo del Régimen político en la universidad.