En la mañana de ayer murió Pepe Bustos, uno de los principales cantantes de la Sonora Santanera. Varias generaciones disfrutaron de la música de esta agrupación que animó las fiestas populares de antaño. Muchos de los jóvenes de hoy todavía escuchan sus grandes éxitos.
Martes 11 de junio de 2019
Pepe Bustos fue uno de los principales cantantes de la Sonora Santanera. Varias generaciones disfrutaron de la música de esta agrupación que animó las fiestas populares de las décadas de los sesentas, setentas y ochentas, principalmente. Un sector de la juventud de hoy, todavía escucha algunos de sus fueron sus mayores éxitos.
Con la muerte del cantante Pepe Bustos y la fragmentación de la Sonoras Santanera en tres agrupaciones distintas, se cierra una etapa del México de antes. Ese al que la urbanización cambió la fisonomía de la capital del país con la creación del metro y los ejes viales pero con la consecuente desaparición-destrucción de barrios y colonias distintivos de toda una época. Urbanización que, junto a los cambios culturales y políticos, dieron paso a una nueva época en la vida de la capital.
Decir Sonora Santanera, es recordar esa cultura popular y la vida del barrio, de los gustos y sensaciones que provocó esa famosa agrupación musical.
Decir Sonora Santanera, es recordar esa cultura popular y la vida del barrio, de los gustos y sensaciones que provocó esa famosa agrupación musical.
Su música primaba en las fiestas de la viejas vecindades del DF; era la música de barrio; la de la juventud que en ese entonces se juntaba en las esquinas de la cuadra para charlar y cantar también algunas de las canciones de la Santanera que sonaba en las radios portátiles de reciente aparición. Junto con la llegada de la rockera Ola Inglesa, fueron la diversión de la generación de los sesentas.
Ésa juventud que, bajo el régimen del priato, no imaginaba que vendría la Masacre de Tlatelolco en 1968 y su fatal réplica el 10 de junio de 1971 (ni mucho menos la descomposición social, la militarización del país, y ahora la Guardia Nacional). Después ya nada fue igual, y, en el terreno político la juventud dejó de lado su inocencia para iniciar un proceso de politización que se sigue expresando hasta la fecha.
Pero La Sonora, estaba en el ambiente social y cultural de esa época porque expresaba mucho de la vida de ese entonces. Canciones como “Por las calles de México” (…te busco por Guerrero, La Villa y Tizapán, por la colonia Obrera y no te puedo hallar…), hacía que uno se identificara con el tema por la colonia popular en que se viviera.
Tal como en “Mi Barrio”, donde los santaneros evocan con nostalgia los viejos pregones de los vendedores de la ciudad que ya no se escuchan más, y que las “doñas” (abuelas y madres) conocieron de viva voz: y es que expresan mucho de lo popular que tenía la mayoría de la comunidad de los “chilangos” (un término que hace mucho dejo de ser despectivo, para tomarse como aceptación de identidad capitalina).
Eran los tiempos cuando en las fiestas populares o en las viejas vecindades, los bailadores se refrescaban disfrutando la famosa y económica “cuba libre” (Ron Bacardí, Coca Cola, limón y hielo); la que en muchos casos se preparaba a granel en tinas o en cubetas domésticas. Y donde nunca faltaban los “colados” de la colonia a la pachanga. La expropiación en Cuba de la empresa Bacardí por la Revolución Cubana, y su posterior producción en el extranjero junto con el uso propagandístico dado a dicha combinación, es parte de otra historia.
Después, La Sonora se internacionalizó bajo la dirección de Carlos Colorado (arreglista, director y primera trompeta) que falleció cuando en 1986, el autobús de la Santanera chocó en la autopista México-Querétaro.
La de La Santanera, llamada así por se una orquesta originaria de Santana Puebla, era la música que la clase trabajadora hizo suya por décadas y que adoptó después la clase media – y la intelectualidad- dándole su aprobación social a lo “tropicaloso”.
Era la orquesta del bolero tropical citadino que logró su éxito a partir de interpretar bajo su originalidad, la llamada en aquel entonces “música tropical" encabezada por los variados ritmos cubanos. Pero al mismo tiempo, era la música que la clase media y la burguesía veían con cierto recelo por su sabor a arrabal. Después, ante su popularidad, eran contratados para las fiestas de la “clase alta" y los acaudalados políticos del PRI.
Así, la burguesía asimiló (se “transculturizó”) a un estilo musical que primaba en las calles de la capital. En ese sentido, el desprecio de este género popular por la “clase culta”, se transformó sufriendo un proceso de asimilación social parecido al tango en Argentina.
Sin embargo, La Santanera siempre perteneció a los bailes populares, a los carnavales y a esos centros sagrados del baile popular que eran los grandes salones de baile: “Los Ángeles", “El Colonia”, “El California además de los cabarets de la mítica Colonia Obrera, donde la clase proletaria asistía a recrearse, como lo retratan las viejas películas de la “época de oro” del cine mexicano, y algunas novelas de Paco Taibo.
La Sonora Santanera (cuya base eran las trompetas, el piano y el bajo) no era sonera ni guarachera en términos estrictos (lo que ahora le llaman “salsa”), ese terreno lo ocupaban la Sonora Veracruz (muy de estilo cubano) y la Matancera (lo mejor de lo mejor que tocaba son montuno, guaracha, guaguancó, guajira, merengue, rumba, bolero tropical, y hasta rock and roll tropicalizado).
El nombre de la “Santanera", hacía referencia con orgullo al lugar de origen del fundador de la agrupación (Barra de Santana, en Tabasco) una tradición que seguain otras agrupaciones como la “Matancera”, ese fenómeno musical nacido en Matanzas, Cuba en 1920. Así que, mientras Cuba tenía a la Matancera, México -y principalmente la capital-, tenía a la Santanera.
Al igual que la Matancera que dio a conocer a Celia Cruz como una gran artista y guarachera (lamentablemente anticastrista, pues la revolución cubana la expropió como casateniente que era), la Santanera contó con Sonia López (“La chamaca de oro”), quien acompañó durante años a la Sonora hasta que se lanzó como cantante independiente.
La salida de Sonia López de la Santanera, no debilitó a esta agrupación musical, por el contrario, confirmó la calidad de su equipo de grandes cantantes, entre ellos -diría que el principal- Pepe Bustos.
En la última década se dividieron dando lugar a tres Sonoras, pero que conservaban el viejo estilo (las trompetas sonaban igual a la orquesta original). Muy buena voz la que se perdió con la muerte de Pepe Bustos. Lástima. No se puede escuchar “Perfume de Gardenias”, sin evocar al gran Pepe Bustos, “el santanero”.
Mario Caballero
Nació en Veracruz, en 1949. Es fundador del Movimiento de Trabajadores Socialistas de México.