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Red Internacional
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Ciberproblema. ¿Por qué PAMI está sin “sistema” desde hace casi una semana?

La información oficial del organismo que conduce Luana Volnovich es imprecisa y confusa. Desde la madrugada del miércoles, por un “ciberataque”, la mayoría de los trámites médicos se deben hacer en papel. Hay orden de tener apagadas todas las computadoras de las oficinas del país. Entre las trabajadoras y trabajadores de PAMI reina la incertidumbre.

Lunes 7 de agosto de 2023 14:27

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En la madrugrada del miércoles pasado se cayó el sistema informático de PAMI . Según la información difundida por el organismo, se trató de un “ciberataque”. Desde entonces el sistema está totalmente caído, lo que incluye la imposibilidad de millones de afiliadas y afiliados de todo el país de realizar trámites y sacar turnos médicos. Los inconvenientes alcanzan a la propia página web y la app oficiales.

Apenas conocida la noticia del “ciberataque”, la dirección encabezada por la camporista Luana Volnovich aseguró que la información de los servidores “se halla resguardada y protegida”. Dicen que se “ha afectado temporalmente el servicio”, pero que “el ataque ha sido mitigado”. Y como parte del “plan de contingencia”, se ordenó la suspensión de los sistemas informáticos del organismo, que “serán dados de alta progresivamente”.

Pero los días pasan y la incertidumbre crece entre afiliades y, sobre todo, entre el mismo personal de PAMI. De hecho recién este lunes circuló una información interna del organismo en la que se avisa que “se han tomado una serie de medidas de excepcionalidad” para evitar el colapso de la atención de las y los afiliados. Medidas que incluyen la “desconexión” y el “apagado forzoso” de todas las computadoras del PAMI “hasta tanto se restituyan los sistemas”.

La orden interna, firmada por el director general de la Secretaría Técnico Operativa Eugenio Lacaze, también prohíbe “terminantemente” a toda persona vinculada al PAMI que “conecte y utilice una computadora personal externa al Instituto dentro de la red por Wi-Fi o Cable”.

El jueves pasado, a través de un comunicado, la dirección nacional de PAMI informó “a todos los médicos de cabecera, clínicas, sanatorios y hospitales del país que los turnos ya programados a la fecha deben ser atendidos con normalidad y se permitirá la transmisión cuando el sistema sea restablecido”. Y para el caso de medicamentos, “toda receta prescripta con anterioridad podrá ser dispensada normalmente en las farmacias de la RED PAMI”, en tanto que “las recetas requeridas en esta jornada (se deduce que las siguientes sin sistema también, NdR) deberán ser emitidas una vez que el servicio haya sido restablecido y enviadas oportunamente al afiliado”.

“Es un caos”

En las oficinas de PAMI de diferentes ciudades del país ya se está pasando de la incertidumbre a las sospechas. Claro, sin información oficial precisa y con un problema que se extiende ya casi por una semana, las teorías conspirativas no se hacen esperar. Lo cierto es que a los inconvenientes lógicos de tan prolongada “caída del sistema”, se suma la limitación en la que se encuentra el personal para poder explicar realmente lo que pasó.

“Desde el miércoles, gran parte del personal está cumpliendo horario completo (entre siete y ocho horas diarias) pero sin tareas específicas. Salvo quienes atienden al público”, explican desde una de las oficinas del Conurbano bonaerense. “Es un caos”, agregan para graficar la situación.

Muchas trabajadoras y trabajadores coinciden en que “hay mucha incertidumbre, porque no hay directivas claras, no bajan los directores a decir qué pasó, cuál es el riesgo que corre el sistema y cómo tenemos que seguir con la atención a las afiliadas y los afiliados. Cada área por separado va tomando las medidas que cree más prácticas”.

Y detallan que como la atención médica “es lo más urgente, salieron enseguida algunos protocolos para que no se corte la cadena de turnos, consultas, tratamientos e intervenciones. Pero todo lo que hace a los servicios sociales, que va desde los pagos de subsidios hasta los pedidos de geriátricos, como también el pago a los prestadores y qué va a pasar con nuestros salarios, está bajo un gran signo de interrogación. Y hasta ahora nadie responde”.

Según la escasa información difundida por el organismo, se sospecha que el ataque cibernético sobre los servidores del PAMI se habría producido por un “virus” que cifra la información, conocido como ransomware. En este caso, el efecto sería que los archivos que contiene el sistema (desde base de datos, historias clínicas, etc.) se vuelven ilegibles.

Quienes conocen de este tipo de “cibercrimen”, aseguran que hay grupos de hackers que envían esos virus y, una vez consumado el daño, piden un “rescate” para restituir esos archivos a su estado original. En muchas oportunidades, para ejercer más presión los hackers amenazan con publicar masivamente los datos si no se paga ese rescate. Hasta el momento, de existir algo de este tipo, el Gobierno mantiene el asunto en absoluto secreto.

Sin dar mayores explicaciones sobre este problema que afecta a millones de afiliades y trabajadores, Luana Volnovich se limitó a difundir en sus redes sociales la información escueta que figura en los comunicados. Sin embargo, la directora ejecutiva no pierde el tiempo y sigue de campaña. El mismo día del ciberataque, se fotografió entre risas y abrazos con un grupo de jubiladas y jubilados que participaron de una colonia de vacaciones de invierno en San Nicolás. Por esas mismas horas, también, difundía sus “buenas noticias” en medio del caos: “menos trámites, más simple”. Parece una ironía, pero es real.

El silencio con tufo a secretismo que mantiene el Gobierno y, en particular, Volnovich, no hace más que fomentar las dudas sobre la real protección de los datos de millones de personas que se almacenan en el sistema de PAMI. Ni sus afiliades ni su personal deberían permitir que la dirección del organismo mantenga a millones de personas en tamaña incertidumbre. Sobre todo cuando se trata de una de las obras sociales más importantes de América Latina, está administrada por el propio Estado nacional y, lógicamente, cuenta con un presupuesto millonario que, de mínima, debería garantizar la seguridad en áreas tan sensibles.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario