En una nueva etapa del proceso constituyente levantado por el gobierno de Piñera, con el apoyo explicito del Frente Amplio e implícito del Partido Comunista, que además está ocurriendo en el gobierno de Boric que es tipo Concertación 2.0, las y los docentes de Nuestra Clase llamamos a votar nulo y a impulsar la auto organización del gremio, superando a la dirigencia burocrática del CdP, en conjunto con estudiantes, otros sectores de trabajadorxs , movimientos sociales y pobladores, para tirar abajo un proceso que está amañado desde el día de se firmó, el 15 de noviembre de 2019.
Lunes 20 de marzo de 2023
La precariedad en la educación es un hecho y se eleva como una de las grandes herencias de la dictadura. Municipalización y su consecuente deuda histórica, apertura del mercado educativo en todos los niveles, establecimientos educacionales que se caen a pedazos, con plagas, sin recursos y mala alimentación escolar. Las y los docentes tenemos claro este panorama pues batallamos cotidianamente con la miseria del sistema educativo e históricamente nos hemos movilizado por estos motivos. Antes de la revuelta popular del 2019, las movilizaciones que le antecedieron fueron de estudiantes y docentes precisamente para exigir educación de calidad, pública y no sexista, siendo la antesala e impulsando a que la rabia popular se expresara en las calles.
A pesar de que el gobierno, con el apoyo de las burocracias sindicales (incluyendo al Colegio de Profesores) lograron poner paños fríos a la revuelta con el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre de ese año, instalando la ilusión de una nueva constitución "escrita por el pueblo". Este golpe llevó a que la energía de la movilización de masas se enfocara en la Convención Constitucional y se alejara de las calles, que se concentrara en la elaboración amañada de una carta magna que, a pesar de que enunciaba como derechos varias demandas, en lo profundo no tenía la capacidad de asegurar ninguna de ellas: quienes hicieran la bajada en las leyes sería el mismo parlamento de siempre, dentro de las "posibilidades" del estado burgués y sin tocar un pelo de ninguno de los tratados internacionales de comercio que saquean los recursos naturales del país y, por su puesto, sin hacerle ni cosquillas al modelo económico.
Y "ganó" el rechazo a la Nueva Constitución y las consecuencias de la estrategia de la ilusión y contención del descontento popular a través de a Convención se expresaron claro: desmoralización y escepticismo en amplios sectores. Ahora, la promesa de nueva constitución es aún más mañosa que la anterior y de forma más descarada, con comisión de "expertos", que no son más que personajes reciclados de los partidos del régimen, los mismos que en le parlamento luego harán las leyes para su aplicación. Sin embargo, la desconfianza popular en el proceso aumenta y el camino del voto nulo aparece como la alternativa más sensata, aunque débil si no se acompaña de movilizaciones y lucha en las calles.
Aún más, la pandemia por covid-19 hizo aún más evidente la situación de escuelas, liceos y preescolares, especialmente los establecimientos públicos y evidenció de forma innegable la realidad que viven nuestrxs estudiantes y sus familias. Enrostró la dependencia del funcionamiento de la educación en la explotación de docentes y trabajadorxs de la educación, en cómo la "vocación" termina siendo el sustento de la continuidad de estudios de muches niñes, así como de la alimentación escolar, develando la fragilidad del sistema educativo devorado por el mercado.
Les docentes y trabajadorxs de la educación sabemos lo que implica la luchar por educación de calidad para todes, en todas sus esferas. Sabemos también lo que es luchar contra la burocracia del CdP que entorpece la auto organización de las bases y desvía las luchas siempre que puede. Tenemos claro que este nuevo proceso constituyente no tiene nada para ofrecer a la comunidad escolar, especialmente a los sectores más empobrecidos y precarios. Y sabemos también, gracias a nuestra historia como gremio, que no basta con votar, sino que organizarse en función de la conquista de nuestras demandas es la clave.
Es por esto que, desde la agrupación Nuestra Clase compartimos esta reflexión y llamamos a anular este próximo 7 de mayo, elección de Consejeras y Consejeros Constitucionales, como también el 26 de Noviembre en el plebiscito ratificatorio. Invitamos a tomar nuestra herencia política de lucha y organización, a volver a ocupar las calles exigiendo educación gratuita, laica, de calidad, no sexista y la implementación de Educación Sexual Integral en todas las escuelas y liceos sin los sesgos de la moral de la iglesia, por la democratización de los establecimientos educacionales, donde sea la comunidad educativa en su conjunto quienes decidan. Alentamos a superar a la burocracia del gremio, donde el PC, Frente Amplio y la ex concertación tienen varias figuras "dirigiendo", que sólo dificultan la vida y actividad política de las y los docentes. Reimpulsemos la organización y coordinación no sólo entre trabajadorxs de la educación, sino también con otros sectores productivos, estudiantes, pobladores y movimientos sociales en la batalla por la conquista de las demandas que se expresaron el 2019.