Producto de la fallida acusación constitucional al ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, queda en la palestra una antigua pero latente discusión, cuánto nos debemos ocultar o cuán tan visibles debemos ser las y los profesores LGBTIQNA+ dentro del sistema escolar chileno.
Miércoles 12 de julio de 2023
En pocas horas se transformó en viral la intervención de la representante del Observatorio Legislativo Cristiano, Marcela Aranda, recordada vocera del "bus de la Libertad". Sus dichos hablan de un supuesto lobby gay del cual son partícipes el actual ministro de Educación y el Presidente, dejando entrever el ridículo argumento de que existe un plan mundial para homosexualizar la niñez.
A raíz de esto, es importante denunciar al sistema educativo actual. Sus variantes públicas y privadas son totalmente hostiles para los profesores que pertenecemos a las disidencias sexuales. En muchos casos, para mantener nuestros empleos debemos ocultarnos, cambiar nuestra forma de vestir y/o hablar, hasta el punto de omitir información de nuestras vidas para que nuestras jefaturas no sospechen de nosotres. Aún más adverso es en las instituciones de confesión religiosa, que tienen una clara línea moral e ideológica que busca patologizar cualquier conducta u orientación sexual fuera de la heteronorma. En Chile, solo los colegios católicos representan el 16,4% en la Educación Básica y el 11,1% en la matrícula de Educación Media (Conferencia Episcopal de Chile, 2020), sin contar los protestantes y las otras comunidades religiosas.
Quienes trabajamos día a día en las escuelas sabemos lo complejo que es para nuestros estudiantes. Autoridades y profesores que no respetan sus pronombres, la ridiculización de la homosexualidad como recurso humorístico, incluso la devaluación de problemas discriminatorios por parte de la dirección hacen que los dicho de Marcela Aranda estén lo más alejados de la realidad.
Salir del clóset como una posibilidad pedagógica
Las vertientes pedagógicas actuales (ESI y Pedagogía Queer) que se preocupan por el problema de la sexualidad proponen que el hecho de que un adulto declare abiertamente su homosexualidad genera un clima escolar que posibilita el respecto a la diferencia, también enseña a los estudiantes que las personas LGBTIQNA+ pueden conseguir trabajos convencionales, ser profesionales y tener actitudes "normales" frente a situaciones complejas, lo que resulta fundamental dentro de este sistema capitalista y patriarcal que relega a la diversidad sexual a la prostitución, a trabajos precarizados o sumarse a la larga lista de desempleades. Este honesto pero complejo acto cobija a los estudiantes LGBTIQNA+ y les permite pensarse en un futuro por fuera de la opresión que viven día a día.
Por otro lado, el respaldo de un adulto en el proceso de aceptación o transición de los adolescentes reduce en un 40% el riesgo de suicidio entre los menores, y se reduce aún más cuando existe un adulto LGBTIQNA+ a su alrededor. Otro argumento relevante ante esta discusión es que según la fundación Todo Mejora 1 de cada 2 adolescentes que consultan en su fonoayuda presentan conductas suicidas (2022). Un claro llamado de atención para la sociedad entera.
¿Qué escuela necesitamos?
Los intentos de la ultraderecha por acusar al ministro Ávila han sido fallidos, ya que con excusas homofóbicas querían cortar un debate a nivel nacional. La agenda antiderechos del Partido Republicano y las iglesias quiere acallar la demanda de Educación Sexual Integral (ESI). Quieren dejarnos como pedófilos cuando son ellos quienes encubren redes de pedofilia en las distintas esferas de poder. Claros ejemplos son las redes dentro de la Iglesia Católica, las fiestas de los coroneles de la UDI, los permisos de salida a menores en los centros del Sename y el reciente caso del padre del Senador Macaya (UDI).
Quienes peleamos por una verdadera Educación Sexual Integral sabemos que no lograremos nada en el actual fraude constituyente liderado por fanáticos religiosos pero tampoco confiamos en lo poco y nada que ha hecho este gobierno en materia de Educación. Debemos recordar que el actual ministro de Educación ha mantenido la precariedad en los establecimientos públicos desde la vuelta a clases, a pesar de los evidentes problemas de infraestructura, mobiliario, recursos y la crisis de violencia escolar vigente, permitió el alza de aranceles universitarios y ha hecho oídos sordos a las demandas de los profesores. Debemos denunciar tambien que las "Jornadas nacionales hacia una Educación no Sexista" han sido una mentira, ni el Ministerio de Educación ni el Ministerio nisterio de la Mujer y Equidad de Género han tomado las medidas para acabar con la discriminación y persecusión dentro del sistema escolar.
Cuando se habla de Educación Sexual Integral se remiten solo a un problema curricular y contenidista, cediendo la discusión a los sectores conservadores de la sociedad. En cambio, para lograr establecer la ESI dentro de la realidad escolar en Chile debemos cambiar el sistema educativo desde sus bases. Es la única forma para permitir que sean las comunidades educativas quienes decidan qué, cómo y cuándo se trabaja cada parte del currículo, incorporando particularidades de la cultura y la vivencia local; mejorando las condiciones laborales de los trabajadores de la educación y estableciendo cupos laborales trans; luchando por un sistema de salud integral que permita que cualquier estudiante pueda atenderse sin importar su orientación sexual o nacionalidad, otorgando un RUT y el respeto por el nombre social de quien se presenta; asegurando el acceso gratuito e irrestricto a la educación superior y quitándole el financiamiento estatal a toda institución educativa dependiente de alguna entidad religiosa para lograr una separación real entre el Estado y la Iglesia.
¡Por nuestro derecho a amar y existir, fuera las iglesias de todas las escuelas!
¡Educación sexual Integral!
¡Educación Gratuita Universal!