La semana pasada miles de trabajadoras que ensamblan IPhones en la planta de Foxconn en la ciudad india de Chennai, dijeron basta y realizaron una protesta por las aberrantes condiciones a las que eran sometidas: dormitorios abarrotados, sin inodoros y comida con gusanos. La empresa se vio obligada a cerrar la planta hasta brindar condiciones dignas para trabajar.
Jueves 30 de diciembre de 2021 12:33
Era un secreto a voces, pero la necesidad y la esperanza de que esas condiciones no podían continuar por mucho tiempo y la necesidad del salario, aunque sea escaso, hacían que las trabajadoras aguantaran esas condiciones.
Hasta que casi 300 trabajadoras comenzaron a enfermarse y el número crecía rápidamente. Recordemos las condiciones a las que eran sometidas: les daban comida en estado de descomposición y dormían entre 6 y 30 mujeres en dormitorios sin espacio y muchos sin inodoros o con baños sin agua corriente. Ahí comenzó la protesta bloqueando una de las principales carreteras de Chennai, capital del Estado de Tamil Nadu. 17.000 trabajadoras dijeron basta.
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El trabajo de estas mujeres consiste en el ensamble de los IPhone, propiedad de Apple, que terceriza ese ensamblaje con la empresa de origen taiwanés Foxconn. Y las trabajadoras decidieron realizar las protestas contra las miserables condiciones a las que eran sometidas justo cuando Apple está aumentando la producción de su IPhone 13.
La agencia Reuters pudo entrevistar a algunas de esas trabajadoras, en absoluto anonimato por miedo a las represalias, una de ellas decía: "Las personas que viven en los albergues siempre han tenido una enfermedad u otra: alergias en la piel, dolor de pecho, intoxicación alimentaria".
Luego de la protesta de la semana pasada, tanto Apple como los empresarios de Foxconn, con un cinismo inigualable declararon a la prensa este último miércoles que "encontraron que algunos dormitorios y comedores utilizados por los empleados en la fábrica no cumplían con los estándares requeridos".
Foxconn violaba hasta las leyes laborales del Estado de Tamil Nadu que exigen que el espacio habitable para cada trabajadora o trabajador sea de 11 metros cuadrados y exigen que la vivienda cumpla con las normas de higiene y seguridad contra incendios. Ninguna de estas normas, como vemos, se cumplía.
Ahora la intoxicación alimentaria está en investigación y Foxconn no puede reabrir su planta hasta tanto no garantice condiciones dignas.
Lo único que hizo que las autoridades estatales indias, tanto de la ciudad de Chennai como de Tamil Nadu, dejaran de ser cómplices de estas situaciones a las que las empresas sometían a las mujeres que trabajaban y vivían en las plantas de Foxconn, fue su decisión de plantarse y realizar protestas para exigir mejorar sus condiciones.