El desarrollo de nuevas tecnologías y la flexibilización laboral, han traído consigo una mayor precarización para aquellos trabajadores que son arrojados a las peores condiciones laborales, pero ¿Qué hay en el fondo del asunto?
Miércoles 13 de marzo de 2019
El día lunes, los diputados Giorgio Jackson y Maite Orsini de Revolución Democrática, presentaron el proyecto de ley #MiJefeEsUnaAPP, el cual tiene por objetivo –según los parlamentarios- de asegurar ciertas condiciones laborales, en los denominados trabajos “informales” como Uber, Cabify o PedidosYa, entre ellas la regularización de las horas de trabajo, seguridad laboral y derecho a la sindicalización
“El avance tecnológico es deseable e inevitable, pero eso nunca puede ser una razón para naturalizar y aceptar los abusos, como los que escuchamos por parte de los trabajadores y trabajadoras con quienes nos reunimos para impulsar este proyecto” señala Giorgio Jackson refiriéndose al proyecto ley.
En este sentido los elementos que busca circunscribir el proyecto de Revolución Democrática (RD), sin duda son progresivos, tomando en cuenta la precarización laboral que golpea a sectores de trabajadores, en especial la juventud quien es arrojada a inestabilidad laboral, trabajos con bajos salarios, condiciones indignas.
Sin embargo, esto pareciera ser expresión de algo mucho mayor. Y es que sin duda tal situación, es imposible explicársela sin un régimen laboral de explotación, sostenido por un modelo económico basado en las miserias a las que son llevados miles de trabajadores, mujeres y jóvenes, a costa del enriquecimiento indiscriminado de un puñado de empresarios, mercaderes del sufrimiento ajeno, y el de sus familias.
Miles de Jóvenes que aceptan esta clase de trabajos porque deben costear su educación, con jornadas extenuantes y agotadoras, son un síntoma de un sistema de explotación, en medo régimen deslegitimado, y un gobierno que desde hace meses viene atacando al pueblo trabajador. El estatuto laboral juvenil, un código laboral que aplasta la organización sindical, junto con la promoción en el mantenimiento del trabajo precario, o el despojo de la indemnización por años de servicio son un claro ejemplo.
Tal situación eleva el debate a una urgencia mucho más ambiciosa -a propósito de las enormes movilizaciones de mujeres a nivel nacional- y es que en articulación con los trabajadores y la juventud, han mostrado ser un terror para la derecha, el gobierno, y los empresarios, reponiendo la necesidad sobre el método de la huelga, no como un discurso proclamativo, sino como la posibilidad concreta de un paro efectivo.
Por tanto pareciera indispensable una respuesta activa de las principales centrales sindicales y estudiantiles como la CUT y la CONFECH, a la cabeza de un gran movimiento por el trabajo precario y las condiciones de miseria que deben soportar trabajadores, jóvenes y mujeres. Y en definitiva un cuestionamiento al conjunto del sistema capitalista, que sostiene este violento modelo de explotación y opresión.