Las y los telefonistas, así como otros miles de trabajadores de las telecomunicaciones, seguimos laborando aún con la declaración de Emergencia Sanitaria hecha por el gobierno federal por ser un sector esencial. Pero lo hacemos sin las medidas que garanticen nuestra salud, por eso, exigimos ¡tests masivos para todos los trabajadores que nos mantenemos laborando!
Domingo 19 de abril de 2020
El gobierno federal emitió declaración de emergencia sanitaria para hacerle frente a la Pandemia de coronavirus, en la llamada Fase 2 en que se encuentra México, implica que se detengan todas las actividades económicas consideradas no esenciales.
Las labores de Telmex y las empresas de telecomunicaciones son consideradas esenciales, por eso las y los telefonistas seguimos laborando, pero lo hacemos en condiciones que no garantizan para nada nuestra salud ni la de nuestras familias.
La extensión de nuestra materia de trabajo por todo el territorio nacional nos obliga a laborar en todas las ciudades y municipios sin importar que se trate de las ciudades o municipios donde los brotes de coronavirus han sido más fuertes.
A causa de los riesgos a los que nos sometemos, 6 compañeros han perdido la vida y un número no determinado podríamos estar infectados, incluso sin presentar síntomas, pero convirtiéndose en potenciales agentes de contagio para nuestras familias, compañeros e incluso clientes de la empresa.
A pesar de esto, a la empresa y a la burocracia del sindicato no les interesa profundizar las medidas de salud necesarias para salvaguardar nuestra salud.
La empresa se limita a las medidas más básicas y cosméticas (a veces ni eso), pero esas medidas no son del tamaño de los riesgos que estamos enfrentando, pues muchos de nosotros mantenemos contacto con decenas de clientes o compañeros diariamente.
Por su parte la dirección del sindicato ha estado preocupada por terminar de implementar la separación funcional, por aprobar el cambio de jubilaciones por acciones de la empresa -aunque esto se encuentra en pausa por el IFT ante la emergencia- y por garantizar su próxima reelección. Se limita a “reconocernos” y llamarnos a seguir laborando mientras lamenta superficialmente los contagios y fallecimientos de nuestros compañeros sin hacer nada serio por protegernos.
Si los riesgos a los que estamos sometidos por nuestro trabajo son mucho mayores que los de cualquier otra persona que se encuentra en cuarentena, también las medidas para prevenir contagios deben ser mucho mayores, no solo las mínimas.
Tests, tests y más tests para protegernos de la pandemia
Nosotros como agrupación Desde las Bases Telefonistas, consideramos que no basta con las simulaciones de la empresa ni con las palabras huecas de la dirección sindical.
Tenemos que pelear porque la empresa garantice tests o pruebas masivas de coronavirus a todas y todos aquellos que nos mantenemos en nuestros puestos de trabajo para garantizar el servicio de internet y telefonía.
Así podríamos detectar cuando hay compañeros contagiados para tratarlos oportunamente evitando complicaciones médicas, rastrear la red de compañeros, familiares y clientes que han tenido contacto reduciendo contagios, en lugar de esperar a responder tardíamente a los casos que se agravan poniendo en riesgo nuestras vidas.
El costo de estos tests debe ser cubierto por la empresa, dado que el número de pruebas que realiza el sistema de salud es muy limitado, solo hay 24 laboratorios privados certificados para realizar la prueba y el costo llega a oscilar entre $10 mil y $15 mil pesos.
Deben ser pruebas PCR, las óptimas para detectar el virus que provoca la enfermedad Covid-19 y deben ser realizadas periódicamente mientras se sostenga la pandemia y trabajemos expuestos al contagio.
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El dinero para esta medida existe, lo generamos los telefonistas con nuestro trabajo y está en las manos del hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo. Carlos Slim anunció a través de su fundación un donativo de $1,000 millones de pesos para comprar equipo médico buscando congraciarse con el gobierno de AMLO, pero no se preocupa por las medidas necesarias para la salud de sus trabajadores.
Si su preocupación por luchar contra el covid-19 fuera real, tendría que empezar por garantizar las medidas tests a todas las y los telefonistas. Pero esta tendría que ser una exigencia de todos los trabajadores de telecomunicaciones, sindicalizados y tercerizados sin importar la empresa en que trabajamos, quienes compiten por el mercado son los patrones, nosotros compartimos intereses, hoy de forma más clara que nunca.
Por su parte, Hernández Juárez y el CEN del STRM tendrían que actuar cómo verdaderos representantes de los trabajadores y exigir de urgencia pruebas de coronavirus para toda la base del sindicato, pero no podemos esperar sin actuar.
Para defender nuestra vida hay que luchar
A falta de una respuesta de la dirección sindical que esté a la altura, debemos ser nosotros desde la base quienes exijamos tests masivos para la base, formando comisiones de seguridad e higiene en cada centro de trabajo y votando democráticamente un plan de lucha en defensa de nuestra vida y nuestra salud.
Debemos retomar el ejemplo de los obreros de la maquila en la zona fronteriza, que con paros y organización desde abajo han doblegado a empresas autopartistas, de la electrónica o de la industria aeroespacial que se negaban a acatar el cese de labores.
Con su lucha en decenas de empresas han conseguido que muchas se detengan, que se les respeten salarios y se tomen medidas sanitarias mínimas e incluso han orillado al gobierno a amenazar con sanciones a las empresas no esenciales que sigan laborando aún con la declaración de emergencia sanitaria.
Esa es la clave, que seamos nosotros desde las bases con medidas de lucha como el paro y la organización democrática los que conquistemos los tests masivos y la defensa de nuestra vida.
Somos un sindicato de decenas de miles, con presencia nacional y sostenemos un sector esencial de la actividad económica. Tenemos la fuerza para imponer nuestras demandas, hay que ejercerla y forjar la solidaridad con los compañeros de las demás empresas de telecomunicaciones para gritar de manera conjunta ¡nuestras vidas, antes que sus ganancias!