Las cifras vienen en un aumento sostenido desde el año 2007. La tendencia es a acentuarse en los próximos años. La mayoría de los presos son inocentes.
Martes 30 de mayo de 2017 09:43
Carlos Marx decía que la verdad era revolucionaria y combatir el sentido común basado en mentiras que los medios de comunicación reaccionarios y los políticos de derecha quieren imponer tiene mucho de esto.
Mientras la Corte Suprema quiso instalar un festival de impunidad con un fallo basado en la ley del “2x1” para liberar genocidas condenados, ahora nos preguntamos si algún juez piensa aplicar también el “2x1” para el 60 % de las personas detenidas inocentes en prisión preventiva.
Cualquier persona que sea detenida en forma preventiva lo está en calidad de inocente, lo que da cuenta de la gravedad institucional que esto implica.
Que no se le escape al lector que, según el ordenamiento jurídico, la prisión preventiva no es una pena, no es un castigo. Es una medida procesal. Seguramente no lo parezca por su uso indiscriminado, pero se supone que una persona sólo puede ser encarcelada en forma preventiva, o sea mientras dura el proceso penal, si hay peligro de fuga o que pueda entorpecer una investigación penal.
Se supone, como todo en el sistema jurídico, que por lo tanto detener en forma preventiva a una persona debe ser evaluado con mucho cuidado y respetando las garantías constitucionales, porque justamente se está encarcelando un inocente que aún no ha sido declaro culpable por una sentencia judicial.
La mayoría de los inocentes presos
El gobierno y los medios de comunicación reaccionarios han hecho uso de ciertos mitos en su objetivo de legitimar una nueva oleada punitiva que lleva ya varios años de gestación. Constantemente quieren instalar el aumento de las escalas penales como solución a cualquier conflicto social.
Recientemente se instaló, por ejemplo, el debate para modificar la ley 24.660 de ejecución de la pena para restringir las salidas anticipadas y endurecer el ya duro sistema carcelario, siguiendo obviamente estos lineamientos y el “mandato de la gente” de que se “pudran adentro”. Pues bien, este objetivo ya se viene llevando a cabo en forma silenciosa pero sostenida.
Uno de estos mitos instalados para hegemonizar la opinión pública es la supuesta existencia de una “puerta giratoria”, en donde las delincuentes entran por una puerta y salen por la otra en forma inmediata. Así que quiere instalar que son necesarias penas más duras y en consecuencia mayor cantidad de personas detenidas.
Pero como todo mito, los datos empíricos derriban cualquier creencia metafísica, a continuación la realidad sobre los encarcelamientos preventivos en Argentina.
Los datos
Las cifras corresponden al Informe presentado al Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU en su visita a la Argentina por parte de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). Para marzo de este año las personas detenidas a disposición del Servicio Penitenciario Federal ascienden a 11.233, siendo que 6.773 se encuentran detenidas en forma preventiva, esto significa que el 60,3 % de las personas que están presas son inocentes.
Hay que señalar que este incremento se fue gestando hace varios años atrás ya que la población encarcelada preventivamente se incrementó considerablemente, pasando de representar el 45 % de la población en 2006 al 60% en el año 2014 y mantenerse hasta la actualidad.
Pero si estas cifras son alarmantes, el panorama es aún más perverso para las mujeres y los jóvenes adultos.
En el caso de las primeras, las cifras dan cuenta que las mujeres encarceladas cuentan con un nivel más elevado de encarcelamiento preventivo que la población general. El 75 % de las mujeres con causas federales se encuentran encarceladas sin condena firme.
Para el caso de los jóvenes adultos para marzo de este año, el 76,1 % de dicho colectivo estuvo detenido en forma preventiva. Y para quienes se encuentran imputados en causas que tramitan en el fuero federal, el encarcelamiento preventivo es del 87 %.
Todos estos números no sólo desenmascaran el discurso punitivista sino que dan cuenta de la descomposición de un sistema penal y carcelario que año a año encierra cada vez a mayor cantidad de personas inocentes, que criminaliza a los sectores más vulnerables y que permanentemente es legitimado por la clase política de derecha que, en complicidad con los discursos mediáticos, tiene como finalidad endurecer e incrementar el poder punitivo del Estado.