Sumado a innumerables anomalías y abusos laborales que mantiene a cientos de conductores en la más completa precariedad. Empresa que a pesar de mantener el monopolio en casi toda la zona Norte y Centro del país, además de prestar servicios a empresas mineras bajo el nombre de Tandem, encubierto por el abusivo multi-rut, no tan solo no responde a sus trabajadores, sino que además no cumple compromisos con otros servicios paralelos y colaboradores más pequeños, (alojamiento, comida, mantención, etc.)
Viernes 27 de mayo de 2022
La empresa es una de las tantas que no dejó de funcionar durante la pandemia, consiguiendo aumentar sus ganancias de manera grotesca a costa de explotar a sus choferes y exponiéndolos al contagio. Con la escusa de cumplir con los protocolos de prevención del Covid 19 desvinculó a la totalidad del personal auxiliar a nivel nacional, personal que hasta el día de hoy no ha sido reintegrado, lo que derivo en sobrecarga de trabajo para los conductores, que han sido obligados a cumplir con todas las labores que involucran el servicio de transporte de pasajeros además de velar por el funcionamiento de la maquina. (Carga y descarga de equipajes, recaudación de pasajes, aseo y mantención de la maquina durante y al final del trayecto, lavado del baño químico etc.) privándoles con ello de su descanso reglamentario y perjudicando peligrosamente su salud física y mental, causante principal de accidentes fatales en carretera.
Aun así la empresa logró el reconocimiento público y del gobierno durante la pasada administración criminal de Piñera al colaborar con el Ministerio de salud en el traslado de pacientes contagiados a residencias sanitarias. Servicio pagado a los dueños de Pullman Bus, pero desmejorando los salarios de los conductores ya que ello no significaba obligadamente el aumento de producción para los conductores.
Luego de la pandemia los abusos sumaron y siguieron, y siendo Pullman Bus, una de las empresas de transporte interurbano de pasajeros mas grandes del país, que se ha mantenido en el rubro no por su buen servicio ni por mantener a sus conductores en las mejores condiciones. Si no que por todo lo contrario, ha logrado crecer valiéndose de artimañas, siendo incluso denunciada años atrás por colusión de precios y el impedimento para que nuevos actores ingresen al mercado [1]. Un sinfín de reclamos y denuncias de los mismos usuarios que generalmente quedan en nada, además de cuantiosas víctimas fatales, tanto pasajeros como la misma tripulación que se han visto envueltos en violentos accidentes carreteros por desperfectos de sus maquinas o peor aún, por el agotamiento de sus choferes a los que no se les permite cumplir con su descanso.
Esto y mucho más han significado para esta empresa, la principal fuente de ganancias para sí misma, y en ningún caso la mejor opción de sustento para profesionales del volante y sus familias. Qué decir de las traumáticas experiencias vividas por usuarios que frecuentan el servicio únicamente porque otra opción no tienen, muchas de las personas obligadas a viajar en esta criminal empresa son en su mayoría trabajadores, debiendo soportar 24 y hasta 30 o más horas de viaje, incómodos, sin una debida alimentación ni servicios higiénicos adecuados, expuestos a enfermedades y estrés. Esto por supuesto con la venia y a sabiendas de las empresas que contratan a Pullman.
Tiempo atrás habíamos ya denunciado las paupérrimas condiciones en las que se desenvuelve la tripulación, pero lejos de dar soluciones favorables, la empresa de propiedad de Luis Pedro Farías, hijo del fallecido fundador Pedro Farías Soto, no solo da la espalda a los trabajadores que por años han dejado la vida en el volante para enriquecerles. Si no que no ha hecho más que encomendar a inhumanos gerentes e inoperantes jefaturas y encargados de zona a dar nula respuesta a sus exigencias, ni mucho menos aclarar la actual situación en la que se encuentran los trabajadores.
Se registran impagas imposiciones desde casi 4 meses o más, abruptamente también se les ha rebajado el sueldo mensual puesto que este es variable de acuerdo a la producción, vale decir, el conductor está obligado a trabajar bajo la modalidad de comisiones por venta de pasajes y la empresa descaradamente les ha disminuido las salidas o viajes debiendo cumplir su jornada laboral en tierra ejecutando otras labores que no les compete, aseo y mantención mecánica de las maquinas principalmente.
El desmedro es tal para cientos de trabajadores de la empresa, puesto que al disminuirles sus ingresos muchos se han visto en la obligación de gestionar prestamos, ya sean bancarios o de consumo, de manera infructuosa puesto que no son sujetos de crédito por no registrar pagadas sus cotizaciones. Otro punto aun más grave es el no pago de sus cotizaciones en el sistema de salud, sea este Fonasa o Isapre, a la hora de requerir asistencia médica esta se le ve perjudicada enormemente en el caso de las Isapres, que no son mas que entidades privadas usureras y mafiosas que operan impunemente y no escatiman en demandar judicialmente al trabajador si no cotiza 1 o más meses, además de no otorgarle atención en caso de alguna urgencia bajo la modalidad de algún plan de salud favorable.
Pullman Bus mantiene demandas millonarias por no cumplimiento con sus acreedores, y deudas que arrastra por años, pese a ello no le tiembla la mano al dejar en la calle y en total desamparo a trabajadores que se han atrevido a reclamar por sus derechos o han hecho ver sus descontento y de paso abaratar costos. Conductores que han dejado toda una vida detrás del volante, muchos de ellos alejados de sus propias familias por mucho tiempo, sin siquiera ver crecer a sus hijos en muchos casos, otros tantos nunca más volvieron, todo por enriquecer a una sola, la familia Farías, de Pullman Bus.
Si durante los dos gobiernos empresariales de Sebastián Piñera, se acentuaron los abusos laborales en beneficio de los grandes capitales, hoy no podemos permitir que Boric pretenda darle continuidad a un modelo calcado a la vieja Concertación, otorgando garantías únicamente a gremios de empresarios extractivistas y criminales como lo hizo con los dueños de camiones. Nuestra total desconfianza con las direcciones de las grandes centrales sindicales que mantienen a la clase trabajadora desmovilizada, decidiendo por nuestras vidas entre 4 paredes con gobiernos asesinos de derecha o reformistas que pactan con los grandes empresarios.
Con movilización de la clase trabajadora y las mayorías populares debemos exigir a las centrales sindicales como la CUT, que dejen de actuar como “ministros “del gobierno, y que ante la actual situación de aumento de la “carestía de la vida” dejen de ubicarse en silencio. Debemos impulsar asambleas donde los trabajadores discutamos un plan de lucha para enfrentar la crisis, y que esta la paguen los empresarios. Una empresa tan grande como Pullman Bus que lidera a nivel nacional su participación en el rubro, pero que mantiene sueldos y condiciones de miseria, luego de amasar grandes fortunas por décadas, debe pasar a manos del Estado, pero controlada por las y los trabajadores.