Este miércoles primero de junio, la constitución establece que el presidente de la república deberá dar cuenta al congreso pleno del estado de la nación y de los avances del gobierno. La cuenta pública, como se le conoce popularmente, es una instancia que los presidentes utilizan para marcar los tiempos de su mandato y desplegar sus estrategias comunicacionales para ganarse un par de puntos de popularidad, en especial cuando los gobiernos afrontan ciertas “turbulencias”.
Martes 31 de mayo de 2022
Comienza el segundo tiempo
Durante el siglo XX, la constitución de 1925 estableció el 21 de Mayo como la fecha histórica para efectuar la cuenta pública, de tal manera de ligar el acto cívico del presidente dirigiéndose a la nación en el congreso con la “gesta heroica” del combate naval de iquique, para reforzar el ritual repúblicano.
Sin embargo, al ser el 21 un día feriado, durante los años 2000 las organizaciones estudiantiles aprovecharon el fin de semana largo para organizar viajes de contingentes de estudiantes de todo el país a movilizarse fuera del congreso nacional para protestar contra el régimen político, que se encontraba literalmente completamente concentrado en dicho edificio. Las protestas adquirieron tal notoriedad que “empañaban” el desarrollo del discurso presidencial. Por esto es que prácticamente no hubo discusión de ninguno de los partidos del régimen, por correr su fecha para el 1 de junio.
Para un gobierno que nos tiene acostumbrado a los “símbolos” desde que fue electo, el hito no deja de ser algo menor. El que otrora fue un estudiante de esos que rodeaba el congreso nacional para cada 21 de mayo en su rol de dirigente universitario, hoy se dirige al país como Presidente de la República. Y para no ser menos que sus predecesores, Boric hablará desde el congreso pleno con un fuerte operativo de seguridad, recibiendo el homenaje de las fuerzas armadas.
El discurso de este miércoles será la culminación del proceso de instalación para el actual gobierno. Un proceso que no ha carecido de turbulencias producto de la debilidad de la presidencia de Boric, cuya ausencia de una mayoría parlamentaria propia lo llevó a tener que formar un gabinete de “dos coaliciones” junto a los miembros de la ex concertación. Durante estas primeras semanas la pugna al interior del gabinete entre Apruebo Dignidad ( PC+FA) y el “Socialismo Democrático”(PS, PPD, PL, PR) se tomó prácticamente la agenda paralizando en gran parte al gobierno.
Los intereses del gran empresariado han encontrado en Mario Marcel, ministro de hacienda de Boric, la voz autorizada para “bajar” las expectativas respecto a las reformas prometidas por el frenteamplista durante la campaña. Con el argumento de que la actual crisis económica y la inflación son producto de la “alta liquidez generada por las “ayudas sociales y los retiros de las AFP”, Marcel ha impulsado una agenda de ajuste del gasto fiscal, continuando con el dogma neoliberal, para así que no se vean ajustadas las grandes fortunas.
Y pese a que la ausencia de ayudas estatales comienza a sentirse en el bolsillo de los trabajadores, cuyo salario pierde valor día a día producto de la inflación, los grandes empresarios continúan amasando grandes fortunas y millonarias ganancias producto de la actividad especulativa y de la extracción de los recursos naturales, cuyos precios actualmente baten récords en el mercado mundial.
Pero Marcel no sólo ha impuesto el programa económico de los grandes empresarios en el gobierno. También ha sido el principal artífice del desembarco de importantes funcionarios concertacionistas en las empresas públicas, en importantes cargos del estado y finalmente en puestos claves del engranaje del gobierno. Finalmente, el período de instalación de Boric concluye con un peso prácticamente mayoritario de la coalición, la ex concertación, que perdió las últimas elecciones en las decisiones del gobierno.
La subordinación del Partido Comunista
La implementación del programa de gobierno de la coalición que perdió las elecciones, pero que supuestamente entrega legitimidad para gobernar (un sinsentido propio del sistema democrático chileno) ha terminado por golpear fuertemente a apruebo dignidad. Pero un golpe que parece no afectar la estabilidad psicológica de sus integrantes, quienes parecen aliviar el estrés que la inconsecuencia les provoca disfrutando de los altos sueldos del estado que ahora gozan.
Sin una agenda legislativa propia y con las riendas del gobierno en manos de la vieja concertación, Apruebo Dignidad se ha tendido a diluir políticamente al punto de que su discurso cada día más es completamente indistinguible del de la vieja concertación.
Con la excusa de que “la seguridad no es un tema de derecha ni de izquierda”, han aprobado importantes partidas presupuestarias en favor de los aparatos represivos, han liderado desde sus municipios verdaderas persecuciones indiscriminadas contra trabajadores ambulantes y migrantes, muchas veces lesivas de los derechos fundamentales. Para qué hablar del estado de excepción en el Walmapu, el cual pese a todo intento de buscarle una lectura positiva, al igual que todas las veces que fue decretado por la derecha y la ex concertación, los resultados de la presencia militar en la zona son más que dudosos.
Este desajuste del programa inicial, el cual también criticamos por sus ambigüedades, y la experiencia efectiva del gobierno de Boric, ha comenzado a abrir brechas importantes principalmente en la juventud. Han sido los estudiantes quienes han puesto en evidencia la hipocresía del gobierno de Boric. Aumenta el gasto en represión en cifras millonarias, sin embargo, los compromisos respecto a los problemas de infraestructura de colegios y universidades, los salarios de los trabajadores de la educación, entre tantos otros problemas, han quedado en nada. Es más, en esta cuenta pública se ha vuelto a reafirmar de la boca del ministro de educación que la condonación del CAE será gradual y parcial.
Pero en esta historia, sin duda que el papel protagónico se lo lleva el Partido Comunista. Hay que reconocer su habilidad respecto a cómo nuevamente convenció a la izquierda de unirse en un proyecto de alianza con partidos que sostienen el orden neoliberal porque esta vez si o si se realizan las transformaciones demandadas por los movimientos sociales. El problema es que a diferencia del gobierno de Bachelet 2 el PC no podrá desentenderse como antes. Su principal figura y actual vocera de gobierno, Camila Vallejos, se ha dedicado a pronunciar de memoria el discurso concertacionista con el ánimo de “calmar” a la derecha. Y pese a negar la existencia de presos políticos, de avalar la represión a los trabajadores de ENAP , a los migrantes y al Pueblo Mapuche, la derecha nunca se calma y siempre exige nuevas concesiones que solamente atan de manos y colocan de rodillas al partido que supuestamente representa los intereses de la clase trabajadora.
Y aquellos que juegan a ser el ala “crítica” o de “izquierda” dentro del PC y que supuestamente se encuentran disputando la conducción del partido , han demostrado no ser más que personajes útiles a la política concertacionista del gobierno, para intentar contener a los sectores críticos con el gobierno. Una lógica clásica de los burócratas sindicales quienes constantemente gustan de jugar al doble agente: A los trabajadores les prometen que están peleando por subirles el sueldo y a los jefes que hacen todos los esfuerzos por contener a los trabajadores.
Así es como vemos a Jadue y a varios diputados del PC twitteando contra varias de las políticas del gobierno, para luego verlo compartiendo con la ministra del interior o diversas autoridades la planificación del despliegue de los dispositivos represivos o de la toma de decisiones económicas. Su posición crítica no ha sido más que eso, una simple pose para enmascarar que finalmente tienen un compromiso completo con el actual rumbo del gobierno de Boric, y solamente se encuentran negociando pequeñas cuotas de influencia o de cargos en el aparato del estado.
El plebiscito: La madre de todas las batallas.
El pleno del comité central del PC lo ha definido y el Gobierno también. Es en la aprobación de la nueva constitución, cuyo borrador ya se encuentra en la fase de armonización. Es en la implementación de la nueva constitución donde el gobierno pretende dejar su marca sorteando así la difícil situación que tiene en el actual congreso esperando que al menos cambien ciertos quórum de votación que le permitiría mayor margen de maniobra de acá al 2026.
Pero lo cierto es que el triunfo del Apruebo es aún algo incierto y quedan muchos meses en los cuales las condiciones de la mayoría trabajadora continúan deteriorándose. Y aún cuando la nueva carta fundamental contiene importantes consecuencias en materias de derechos seculares y reproductivos , laborales, educativos entre otros, su implementación estará condicionada por que la misma carta fundamental reconoce el gasto fiscal como un importante límite a la hora de ejecutar tales derechos. Es decir, podemos tener una serie de derechos garantizados formalmente, pero sin financiamiento para implementarlos.
Todo esto no impedirá que las alusiones a la nueva constitución sin duda serán parte de la retórica con la cual Boric intentará adornar el discurso de este miércoles, para devolverle una cierta épica a su gobierno. Épica cada día más deslucida y parecida al de una típica comedia de baja calidad argumentativa de los años 90s.
Ιωαχειν
Editor y columnista de la Izquierda Diario