Se cierran las puertas de la Universidad ante la emergencia sanitaria. Es posible jugar otro rol, desde las carreras de la salud mental, ante esta crisis.
Pablo Minini @MininiPablo
Miércoles 18 de marzo de 2020 23:24
Tras el anuncio del presidente, las universidades nacionales se pliegan a la emergencia sanitaria, tomando como medida, la suspensión de clases para evitar la circulación de gente.
Las corporaciones se disputan los espacios de la producción científica al servicio de los grandes laboratorios y de “lo que vende”. La agrupación universitaria EnClaveRoja alerta sobre la necesidad de disponer de los conocimientos de las casas de altos estudios, en función de atender las necesidades del pueblo trabajador. Indican que la universidad no puede limitarse a cerrar sus puertas y buscar los medios para que continúe el dictado de clases. Durante la emergencia sanitaria, estudiantes, docentes y trabajadores deben organizarse para poder tomar decisiones ante esta situación.
Hablemos de salud
La OMS ha definido a la salud como el completo bienestar físico, mental y ambiental, y no solo como la ausencia de enfermedad. Desde el marxismo se entiende que el ambiente es un condicionante de la salud en general y mental en particular. Pero es en la emergencia sanitaria en la que quedan en evidencia los grandes padecimientos que son tan evitables como invisibilizados, y también el limitado o casi nulo debate y cuestionamiento sobre este tema en las carreras donde se forman los futuros profesionales de la salud.
En la ciudad rionegrina de Cipolletti el número de asentamientos ronda los 40. Sumemos a esa condición la falta de agua potable en gran parte de ellos. Si nos referimos a la población que se alimenta en comedores escolares o populares y a la insuficiencia en recursos humanos y económicos en los centros de salud, que no dan abasto, como el del Anahí Mapu, el panorama se enturbia más aún. Pero nada de esto parece ser importante para los gobiernos que escatiman en partidas presupuestarias a Salud.
Surgen preguntas sobre el estado actual de la salud mental: ¿Qué sabemos acerca de las condiciones de personas con padecimiento mental que transcurren una internación prolongada, y de los trabajadores de ese ámbito? ¿Cómo se contiene a trabajadores del sector de salud ante la pandemia?¿Desde qué perspectiva se toman decisiones?
Organización para exigir respuestas profundas a problemas estructurales
Los trabajadores, junto a estudiantes e investigadores de salud mental, podrían poner en pie comités y coordinadoras en su comunidad para poder elaborar, de conjunto, decisiones informadas y científicas, habilitando un espacio donde la voz de la comunidad tenga expresión. Actualmente sucede lo contrario: el poder estatal baja normativas pero no escucha las necesidades ni las opiniones de la población. Una correcta medida sanitaria se vuelve inaplicable cuando no se consensúa entre quienes la aplican y quienes la llevan adelante para su propio cuidado. A consecuencia de ello se suscita un estado generalizado de angustia e incertidumbre, más por incomprensión de las medidas que por características reales de la pandemia.
Psicología ¿Para qué?
La psicología puede aportar herramientas para la contención ante los padecimientos psíquicos; pero no solo para dar la asistencia específica y técnica, sino porque desde su conocimiento en el manejo de grupos, relaciones interpersonales, las dinámicas familiares, puede servir a instancias organizativas y de toma de decisiones. Desde construcciones colectivas se podrían centralizar acciones:
- Preventivas, como campañas de información jerarquizada y comprensible para su difusión.
- Un relevamiento sobre la situación de internación o de atención ambulatoria, para garantizar a usuarios las condiciones de aseo preventivo, como también atender las demandas de resguardo específicas de los trabajadores del sector.
- Crear alternativas para la contención de usuarios que acuden cotidianamente a espacios artísticos, recreativos, centros de día, entre otros.
- En salas de emergencia, junto a familiares de pacientes, intervenir para permitir procesar el miedo, la angustia, la desesperación, elaborando simbólicamente lo que sucede y abriendo un canal de expresión y toma de decisiones conjuntas. El objetivo es informar y generar participación activa en la resolución de la contingencia que estamos viviendo.
Aumento urgente del presupuesto para salud y educación
El Estado tiene que centralizar todos los recursos existentes, unificando los sistemas de salud público y privado y garantizando atención gratuita inmediata a todo el mundo. A la vez es necesaria la integración de los trabajadores de salud y los estudiantes de salud, para que se pueda combinar el trabajo con la investigación científica. Para ello hay que rechazar el pago de la deuda pública ilegal y fraudulenta y afectar las ganancias de los empresarios, para destinar esos recursos a la salud de la población y a la producción pública de medicamentos. Así terminará el negocio millonario de los laboratorios con nuestra salud.