Tras el inesperado resultado electoral del domingo el escenario está cruzado por la incertidumbre hacia el balotaje. La tensión crece al ritmo de los posicionamientos de los dos presidenciables y de todo el arco político. El Frente de Izquierda impulsa una campaña activa por el voto en blanco.
Ruth Werner @RWlaruta99
Miércoles 28 de octubre de 2015
Tras el inesperado resultado electoral del domingo 25 el escenario político está cruzado por la incertidumbre hacia el balotaje del 22 de noviembre. La tensión crece al ritmo de los posicionamientos de los dos presidenciables y de todo el arco político. Abundan, además, los rumores y operaciones, desde uno y otro frente.
Sergio Massa, el dirigente del Frente Renovador y ex candidato a presidente por la Unión por una Nueva Alternativa es el hombre hacia donde se dirigen tanto las miradas de Daniel Scioli como de Mauricio Macri. El resultado obtenido por la UNA, ubicada en el tercer puesto con el 21,34% de los votos y la nada despreciable cantidad de 5.211.705 votos, es una de las claves capaz de definir el balotaje. Hacia esos votantes, centralmente, orientan sus discursos el candidato del Frente Para la Victoria y el de Cambiemos.
Mauricio Macri es quien lleva por ahora la ventaja aprovechando el envión de su sorpresivo resultado y pareciera estar más cerca de ganar el apoyo de sus antiguos rivales. "Sí, estamos dialogando con Massa”, informó a los medios. El dirigente del PRO dijo que busca "acordar políticas" de cara al balotaje y prometió que si gana llamará el día de su asunción "a todos los que fueron candidatos a presidente y a los gobernadores" para "acordar políticas de Estado".
Daniel Scioli, por su parte, acusó el golpe. Su ajustado triunfo, esperaba superar el 40% de los votos y quedó a solo dos puntos de Macri, lo mostró, magullado y con poco énfasis en sus apariciones públicas. La estrategia definida parece ser similar a la que ungió victoriosa a Dilma Rousseff cuando polarizó el año pasado en la contienda con el derechista Aécio Neves y logró de esa forma la presidencia en el balotaje brasilero. En un estilo más moderado, Scioli anunció que confía en que "va a prevalecer la voluntad de lo que yo sintetizo como el círculo celeste y blanco". El bonaerense le hizo un guiño a los seguidores de Stolbizer y de Rodríguez Saá pero fundamentalmente a los votantes peronistas de UNA a quienes llamó a valorar los logros de la gestión del gobierno kirchnerista. “Estado” versus “mercado”, “Círculo celeste y blanco” contra el “Círculo rojo” de Macri es la nueva campaña de Scioli que combina con algunos cambios formales en su imagen. El bonaerense propuso realizar un debate con Macri en TN y en la ONG Argentina Debate, buscando distanciarse de lo que los medios opositores llaman el estilo “confrontativo” de Cristina Fernández. La prensa filtró, además, que desde el sciolismo, se intentará tentar a tres hombres claves del espacio de Massa. Se trata del ex ministro de Economía Roberto Lavagna; José Manuel de la Sota, y Felipe Solá. Habrá que ver en estos días los resultados que va logrando Scioli, pero su nueva campaña se inscribe en el marco de una crisis abierta en el peronismo y en el gobierno tras la elección del domingo pasado. El triunfo de María Eugenia Vidal en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el territorio clave para definir la elección general, ha dejado una interna al rojo vivo donde escalan las acusaciones entre kirchneristas y sciolistas por quién es el responsable de la derrota. La pérdida impensable de algunas intendencias en el conurbano indica que fueron varios los caciques peronistas que no acataron órdenes y que –por abajo- militaron para Cambiemos. Los pases de factura están a la orden del día ahondando la brecha con el kirchnerismo que postuló al gran perdedor de la jornada del domingo, Aníbal Fernández. "Desgarrados", sectores del progresismo kirchnerista de Carta Abierta también criticaron la campaña de Scioli.
Massa por su parte se prepara para hacer valer caro su resultado electoral. Con un aparato constituido fundamentalmente por hombres provenientes del peronismo su desempeño hasta octubre estuvo signado por los saltos de varios de sus candidatos hacia el espacio de Scioli, y es ahí donde buscan hacer mella las propuestas del candidato del FpV. Sin embargo, las primeras apariciones del dirigente de UNA lo ubican más cerca de la vereda de enfrente: “la gente dijo que no quiere continuidad" aseveró mientras consideró, además, que "la gran derrotada" del domingo fue la presidenta. Desde el massismo se adelantó que apoyarán a quien adhiera a una agenda de prioridades entre las que se encuentran el pago del 82%, el fin del “cepo”, la eliminación de impuesto a las ganancias y la lucha contra el narcotráfico. Consultado sobre si cree que Scioli llevará adelante esos cambios, respondió que "para garantizar esto tiene que animarse a sacarse de encima al kirchnerismo", algo que consideró que el bonaerense no iba a lograr. Las chances del sciolismo parecen alejarse.
Mientras Adolfo Rodríguez Saá aún no adelanta posición y negocia con unos y otros, Margarita Stolbizer ya dio señales claras de hacia dónde apunta. “No vamos a cometer el pecado de soberbia de dar una indicación de cómo el resto tiene que votar" dijo ayer la ex candidata de Progresistas. Pero pese a esa supuesta “libertad de acción” que otorgaría a los integrantes de su fuerza y a sus votantes, sólo hace falta sumar dos más dos, para darse cuenta cuál es su verdadera política. Stolbizer no dijo a quién iba a votar, pero sí a quién no. “En la segunda vuelta no votaría a Scioli porque representa la continuidad de este gobierno" afirmó la dirigente. La trayectoria de Stolbizer habla por sí sola. Mientras en su campaña electoral decía que Macri, Scioli (y Massa) disputaban por ver “quién era más reaccionario” su misma fuerza integraba alianzas en todo el país junto al PRO.
Stolbizer viene de pagar caro su doble discurso. Ubicada en el quinto lugar acaba de realizar la peor elección de la centroizquierda en años con el 2,5% de los votos, detrás del Frente de Izquierda y por debajo de la suma de votos en blancos y nulos.
La disyuntiva planteada hacia el balotaje ¿Scioli o Macri? sólo va a servir para resolver por derecha la crisis abierta con el resultado electoral del domingo pasado. Con variantes, tanto Scioli como Macri representan una política de ajuste contra la clase trabajadora y de mayor mano dura contra los derechos democráticos conquistados. Lo reconocen incluso los propios empresarios. El industrial Juan Carlos Sacco, vicepresidente de la UIA declaró ayer que “no hay grandes diferencias entre Scioli y Macri” y que están confiados en que si Scioli gana “hará los ajustes que hay que hacer”. La única fuerza que se propone en esta difícil situación plantar bandera para hacerle frente a lo que se viene es el Frente de Izquierda. La campaña activa que encara el Frente llamando a votar en blanco tiene el objetivo de mostrar que existe una importante avanzada de trabajadores, jóvenes y mujeres que no le hace el juego a la derecha y le dan la espalda a los candidatos de los poderosos.