Ahora es el turno de la Compañía de Radio y televisión Nuevo Mundo S.A, estación ligada al Partido Comunista, que anunció acogerse a la Ley de Protección al Empleo. El Partido Comunista aprobó en la cámara está maldita ley y ahora resulta que se acogen a esta misma para suspender y precarizar a sus trabajadores.
Domingo 10 de mayo de 2020
La mal llamada ley de “Protección al Empleo” ha arrojado a miles de personas y familias trabajadoras a la miseria, enfrentándose al hambre, al contagio y a la muerte de familiares por Covid-19. Los empresarios no han hecho nada más que asegurar sus riquezas despidiendo y suspendiendo a las y los trabajadores, mientras entre ellos se reparten las utilidades, sacando provecho de las legislaciones pro empresariales del Congreso.
Ahora es el turno de la Compañía de Radio y televisión Nuevo Mundo S.A, estación ligada al Partido Comunista, que anunció acogerse a la Ley de Protección al Empleo. El Partido Comunista aprobó en la cámara está maldita ley cuestionada por las y los trabajadores puesto que ha sido derechamente un ataque al pueblo trabajador y ahora resulta que se acogen a esta misma para suspender y precarizar a sus trabajadores.
Es realmente escandaloso, se denominan oposición pero no han hecho nada más que conciliar y legislar junto a la derecha. Muestran su cara más empresarial despidiendo a sus trabajadoras y trabajadores, en un momento en el que más que nunca necesitan del sustento económico para poder enfrentar la pandemia. Siendo parte activa en la precarización que sufren en la vida laboral, que se expresa también en que en sus trabajos no hay medidas necesarias de higiene, no se les garantiza el sueldo y así cargan con la crisis en sus hombros.
Bárbara Figueroa (PC), presidenta de la Central Única de Trabajadores (CUT), justificó la situación: “Lamentablemente, el gobierno optó por abaratar el costo a las empresas por la vía de los salarios, lo que ha generado abuso de las grandes y a puesto en una situación complicada a las pymes”.
Con estas declaraciones expresa el total abandono que existe por parte de sus direcciones de la perspectivas y necesidades del pueblo trabajador, desligándose del rol que podrían jugar, actuando como cualquier grupo empresarial, justificando el hambre de las y los trabajadores despedidos con la “complicada situación” que viven, renunciando a la lucha contra los despidos.
Esta oposición -que de eso solo tiene el nombre- en vez de estar lamentando esta situación, producto de las votaciones de sus bancadas parlamentarias y así también de la pasividad de los organismos sindicales en los cuales lideran, debería poner en marcha un plan de acción para enfrentar los despidos, a la vez de denunciar rabiosamente los ataques empresariales.
La Ley de Protección del empleo no debería existir. Es necesario prohibir los despidos. Sin embargo se ha demostrado que las conversaciones con los empresarios nos llevan a caminos más infértiles y que la fuerza de las y los trabajadores organizados puede conseguir los cambios necesarios. Por lo mismo es necesario un plan de lucha contra los despidos y el conjunto de los ataques empresariales, en en estos tiempos de pandemia es más necesario que nunca.
Para dar paso a una salida a la crisis desatada por el Coronavirus a la medida de las familias trabajadoras, para que no signifique que miles de trabajadores sean despedidos - como viene sucediendo -, que no se toque un peso de los sueldos de los trabajadores y que se provea de licencias laborales pagas a todas las personas que pertenezcan a trabajos no esenciales para el momento.
Frente a la subordinación del Partido Comunista y el Frente Amplio a las medidas empresariales del Gobierno, que vergonzosamente se acogen a la misma ley que precariza a nuestras familias trabajadoras, es más necesario que nunca que las y los trabajadores se organicen en sus lugares de trabajo para enfrentar los despidos, suspensiones y todos los ataques que el Gobierno y los empresarios quieran pasarnos por encima. Si los trabajadores no damos respuesta a estas medidas de Piñera y sus amigos empresarios, aprovecharán esta crisis para despedir y precarizar aún más, con la complicidad de las cúpulas sindicales.
Hay que seguir el ejemplo del Comité de Emergencia y Resguardo de Antofagasta donde se organizan distintos sectores de trabajadores de la industria, el comercio, trabajadores de la salud y distintos sindicatos quienes se han coordinado para enfrentar los despidos y la precarización a la cual han sido arrojados por la desidia empresarial, para así fortalecer estas peleas y resistir estos ataques con organización, coordinación y unión de la clase trabajadora.
