El día de ayer, Meta, matriz de Facebook, Instagram y Whatsapp anunció la desactivación de 1500 cuentas de dichas redes sociales así como del servicio de mensajería, las cuales eran utilizadas para espiar y acosar a activistas, disidentes y periodistas de distintos países. El número de usuarixs afectadxs asciende a 50 mil.
Sábado 18 de diciembre de 2021
Las cuentas estaban ligadas a empresas de cibermercenarios como Cobwebs Technologies, Cognyte, Black Cube y Bluehawk CI originarias de Israel; BellTroX de la India; Cytrox de Macedonia del Norte; y una firma que, según Meta, aún no ha sido plenamente identificada, pero cuenta con matriz en China. Se trata de la “industria del pago por vigilancia en internet”.
Esta industria se dedica al acaparamiento de información pública a través de perfiles falsos con los cuales construían confianza con las víctimas a fin de conseguir datos privados o información sensible para llevar a cabo tanto ataques de phishing como campañas de desprestigio.
El caso de la mencionada empresa israelí Black Cube destaca por haber desplegado espías cibernéticos en favor del productor de Hollywood Harvey Weinstein, quien en 2020 fue sentenciado a 23 años de prisión por violación.
El procedimiento que Black Cube implementó consistía en el uso de cuentas falsas con las cuales se charlaba con las víctimas de Weinstein -en el momento en que transcurría el juicio- con el objetivo de compartirles enlaces maliciosos que intervinieran sus dispositivos personales de telefonía y cómputo para así recabar información de su vida cotidiana que pudiera ser utilizada para amedrentarlas y hacerlas desistir de sus acusaciones.
Precisamente la “vigilancia en internet” se trata de un método de monitoreo de la vida de un usuario que, en estos casos, se convierte en un objetivo político. Dentro de las redes sociales estas cuentas de cibermercenarios operan también en grupos de Facebook desde donde observan silenciosamente el comportamiento de las víctimas; así se construyen perfiles de caracterización que permiten diseñar estrategias de hostigamiento más efectivas.
El problema del espionaje en contra de activistas, disidentes políticos y defensores de derechos humanos en México ha salido a relucir tras la ventilación de los contratos millonarios que los gobiernos de Peña Nieto y Felipe Calderón llevaron a cabo con NSO Group para utilizar el software pegasus, con el cual se intervinieron cientos de dispositivos de telecomunicaciones de periodistas y activistas.
Por su parte, la administración de Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que el espionaje contra la disidencia política y los defensores de derechos humanos y laborales es cosa del pasado.
Nada más lejos de la realidad: los casos de ataques cibernéticos que, por ejemplo, las autoridades de Notimex encabezadas por Sanjuana Martínez ha orquestado en contra de trabajadoras y trabajadores del Sutnotimex son clara muestra de ello. Los trabajadores de Notimex llevan 20 meses en huelga, estallada en defensa de sus derechos laborales y por la defensa de sus puestos d trabajo.
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