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Red Internacional
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Unidad de las y los trabajadores. Rompamos la tregua ¡Impulsemos un verdadero plan de lucha unitario por todas nuestras demandas!

Este 31 de enero, las organizaciones que integran la UNT, el FASU y el ENADI, convocaron a un mitin afuera del Senado, en el marco de una “jornada nacional de lucha” virtual.

Martes 1ro de febrero de 2022

Imagen: Marcha de la UNT en 2019

Imagen: Marcha de la UNT en 2019

Este 31 de enero, las organizaciones que integran la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Frente Amplio Social Unitario (FASU) y el Encuentro Nacional de Dirigentes (ENADI) convocaron a un mitin afuera del Senado, en el marco de una “jornada nacional de lucha” virtual.

Su propósito es “demandar que las propuestas de las organizaciones sindicales y sociales sean escuchadas. El camino para lograrlo -afirman- “es el diálogo social y la solución a los conflictos laborales y sociales.”

Cada año por estas fechas, tradicionalmente la UNT convoca a alguna acción de este tipo. Pero esta vez se da en un contexto más crítico para la clase trabajadora, a pesar de las promesas de cambio del gobierno de la 4T.

Con la “cuarta ola” de la pandemia que continúa mermando la salud y provocando nuevas muertes entre los trabajadores y sus familias, ante lo cual la respuesta gubernamental ha sido mantener la reanudación indiscriminada de las actividades económicas por disposición oficial, con el fin de mantener a toda costa las ganancias de los empresarios.

Pandemia que también les dio el pretexto a los patrones para avanzar con la precarización laboral, tanto en el sector público como en el privado, con la continuidad del outsourcing y de otras formas de contratación precaria; violaciones sistemáticas a los contratos colectivos de trabajo de los trabajadores sindicalizados; despidos injustificados; aumento de la carga laboral sin mayor remuneración; paros técnicos; recortes salariales; etc.

A la par que el aumento brutal de la inflación está mermando aceleradamente el ya de por sí magro poder adquisitivo de los salarios, disminuidos durante décadas por los “topes salariales” impuestos por los gobiernos neoliberales y continuados por el actual, y que no es compensado por los aumentos al salario mínimo.

Mientras tanto, el gobierno federal, a pesar de sus discursos “progresistas”, hace oídos sordos a los reclamos obreros y populares. Las luchas de trabajadores se alargan sin encontrar solución, como sucede con la huelga del SUTNOTIMEX que está por cumplir dos años. Los trabajadores de la salud y de otras dependencias, que estuvieron en la primera línea contra la pandemia, siguen reclamando derechos laborales, al igual que los docentes universitarios. Mientras los maestros de educación básica enfrentan en las aulas el aumento de los contagios, tanto de ellos como de sus alumnos.

En ese contexto, se sigue asesinando mujeres, periodistas y ambientalistas con total impunidad, mientras se avanza con los megaproyectos ecocidas y de despojo contra las comunidades.

Jornada de lucha, ¿real o virtual?

Ante este panorama, el llamado a una acción unitaria para exigir la solución de las demandas obreras y populares resulta más que necesario. Sin embargo, con el argumento del aumento de los contagios, los dirigentes de las organizaciones convocantes se limitaron a impulsar una “jornada virtual” y una acción “representativa”. No llamaron a una movilización que fuera realmente nutrida y significativa y que podría haberse realizado con medidas de seguridad sanitaria, ni impulsaron asambleas en sus centros de trabajo para que las bases de sus organizaciones decidieran cómo participar.

Si su preocupación por la pandemia es real, no se explica por qué estos dirigentes permitieron la reactivación económica indiscriminada sin convocar a ninguna acción, dejando a los trabajadores de los diferentes sectores librados a su suerte y expuestos al contagio. O por qué no han convocado a ninguna movilización para rodear de solidaridad la huelga del SUTNOTIMEX, a pesar de la gran exposición de las trabajadoras que la sostienen, varias de las cuales han enfermado.

Tampoco se explica por qué si su intención es defender las demandas de los trabajadores, han postergado reiteradamente la huelga en Telmex, ante la amenaza permanente a las pensiones de los telefonistas. O aceptado una y otra vez los topes salariales en el caso de la UNAM.

Su preocupación real parece ser más bien no confrontarse con el gobierno de la 4T. Sino sólo pedirle que los considere para dialogar y así poder negociar los reclamos obreros y populares. Pero el gobierno ha demostrado que prefiere pactar con los empresarios, las trasnacionales y el gobierno de Estados Unidos, en vez de resolver las demandas de los trabajadores.

Ya aprobó una reforma laboral que —a pesar de tener el respaldo de organizaciones como la UNT— lejos de servir para lograr una mayor democracia sindical, ha servido para debilitar y dividir a los sindicatos y ponerle obstáculos al derecho de huelga, mientras el charrismo sindical sigue haciendo de las suyas.

Por un verdadero plan de lucha unitario

No se puede seguir depositando confianza en que de la mano de este gobierno -que decidió no confrontarse realmente con los empresarios ni el imperialismo- puede haber una “verdadera transformación” favorable a los trabajadores y el pueblo pobre.

Es necesario que los sindicatos rompan la tregua y se movilicen. Hay que impulsar asambleas en cada centro de trabajo para exigirles a los dirigentes sindicales que convoquen a un verdadero plan de lucha unitario, sumando al mismo no solo a los demás sindicatos, sino también a los trabajadores precarios, a los desempleados, a los periodistas y ambientalistas que están siendo asesinados, a las organizaciones de mujeres, al movimiento estudiantil, a las comunidades que se oponen a los megaproyectos y al pueblo en general.

Solo con la unidad de los trabajadores, junto a sus aliados y los métodos de lucha de la clase obrera, como el paro y la movilización callejera, con independencia del gobierno, de la derecha y de todos los partidos del régimen, es posible lograr nuestras demandas.

Por aumento salarial de emergencia para todos los trabajadores y un salario mínimo equiparable al costo de la canasta familiar (alimentaria y no alimentaria), que se actualicen automáticamente por arriba de la inflación.

Por la eliminación total del outsourcing y de toda forma de precarización laboral tanto en el sector público como en el privado.
Por el respeto a los contratos colectivos de trabajo y plenos derechos laborales para todos los trabajadores.
Por una verdadera democracia sindical, impuesta por la organizacion de los trabajadores de base. Fuera charros y el Estado de los sindicatos.